‘Cuerpos gloriosos’ en una Colombia rural | El Nuevo Siglo
Sábado, 4 de Mayo de 2013

El Teatro La Candelaria sigue sorprendiendo a los bogotanos con obras de teatro que resaltan las tradiciones del país, los pensamientos más profundos de los seres humanos y en este caso exalta el cuerpo humano con la obra Cuerpos gloriosos.

La muestra teatral, que entra a su última semana de la temporada, hace parte de una trilogía de cuerpos y cuenta la historia de una periodista cansada de la ciudad, quien  se adentra en la profundidad de la geografía nacional con la ilusión de encontrar un lugar para admirar y descansar alejándose conscientemente de la rutina y penosa realidad.

La obra se desarrolla durante las fiestas de San Pacho en un pueblo cualquiera de Colombia, desde allí se cuentan historias donde se evidencian características de las fiestas patronales: La belleza de las reinas y el poder de los gamonales dueños de la tierra. “Pues no hay festividad en Colombia sin la tradición popular, los reinados, donde la mujer desde la edad temprana es exhibida en carrozas por las calles de pueblos y veredas. También aparecen los personajes que ostentan el poder, algunos desde la sombra, esos que van en las cabalgatas, los caciques, los dueños de estas fiestas”, afirma Rafael Giraldo, director de la obra.

Cuerpos gloriosostoma elementos de la cultura popular y del teatro más tradicional y característico de La Candelaria, se diría que dentro de la “trilogía del cuerpo” es la pieza que más conserva una experiencia del teatro. Es una historia de la Colombia rural y provincial. Una reflexión sobre lo que oculta el espíritu festivo de las gentes de nuestro país y su convulsionada realidad. Pero al mismo tiempo una reflexión sobre el culto al cuerpo, a la belleza y el miedo a no cumplir con el estereotipo de la mujer mediática.

“Cuerpos gloriosos es una obra con palabras y sonidos urbanos, rurales, de la sierra, sonidos del llano… incluso aparecerán notas de la Serenata para Cuerdas de Tchaikovski”, explica Luis Hernando Forero, director musical de la obra. En la parte estética se integran elementos de la plástica, el vestido, la danza, la música y notas de buen humor negro.