El arte visto por los niños del espectro autista | El Nuevo Siglo
La exposición cuenta con 38 muestras de 120 personas y el cual irá hasta el próximo 7 de septiembre
Cortesía Eduardo Mendoza
Sábado, 3 de Septiembre de 2022
Redacción Cultura

Mostrar las capacidades y habilidades de personas dentro del espectro autista es el objetivo de una exposición que desde el mes pasado se exhibe en el Planetario de Bogotá y que ha llamado la atención de los visitantes por su amplia variedad de colores y exhibición creativa.

Esta muestra tiene como protagonistas a personas dentro del espectro autista que dejaron volar su imaginación y plasmar su creatividad en verdaderas piezas de artes.

Plastilina, crayones, lápices, óleo, colores e ilustraciones son algunas de las técnicas utilizadas por estos niños y jóvenes que a partir de su imaginación crearon su propia definición de arte.

Acabar con los mitos y demostrar que el espectro del autismo no es una limitación para el arte es el enfoque que busca transmitir el creador de esta exposición, Eduardo Mendoza, quien le dijo a EL NUEVO SIGLO que la actividad cuenta con 38 muestras, participan 120 personas e irá hasta el próximo 7 de septiembre.

“La gente está desinformada. Se cree que todas las personas con autismo tienen discapacidad cognitiva o que somos genios de las matemáticas. La idea es establecer un protocolo en los museos y centros culturales para que estos sitios tengan una guía de cómo abordar esta población, conocer sus necesidades y comprender sus inquietudes”, resaltó Mendoza, quien junto con su hermana crearon TEArte, una organización sin fines de lucro que tiene el reto de que los museos y centros culturales sean más incluyentes para las personas con espectro autista.

Esta exhibición se lleva a cabo gracias al apoyo de diferentes entidades como el Planetario, TEArte, la Asociación de Autistas de Colombia, que en este caso dio varias conferencias y apoyó en la difusión y abrieron la convocatoria; también contó con el respaldo de la Liga Colombiana de Autismo, la red distrital de referentes con discapacidad y el Instituto Nacional para Ciegos.

Falta de inclusión

De acuerdo con la reflexión de Mendoza, esta población “está excluida de los museos. La inclusión solo está en el papel, no hay una atención para nosotros. Mi hermana y yo tenemos diagnóstico de síndrome de Asperger, lo que se denomina a veces como autismo de alto funcionamiento. Es decir, podemos trabajar, relacionarnos y hacer lo mismo que el resto de las personas. Y pensamos que sería bueno visibilizar el autismo, porque la proporción de esta población es muy alta. Es decir, si usted mira cuántos invidentes hay es una proporción relativamente baja con el resto de la población. En cambio, en cuanto a las personas con autismo, según las últimas cifras, una de cada 44 entra dentro del espectro del autismo. Es realmente una proporción muy alta y nadie nos tiene en cuenta. Por ejemplo, en Transmilenio el ruido de las puertas puede afectar la tranquilidad de estas personas. En colegios distritales es probable que no reciban a un niño que tiene autismo: dicen que no están capacitados, que no tienen maestros, tiempo ni instalaciones. Hay mucha desinformación, básicamente”.

“Para poder llevar a cabo este proyecto lo primero que hicimos fue abrir una convocatoria para las personas con autismo. Hay un grupo de artistas que van desde los cinco años hasta más de 60 años, quienes hicieron una amplia variedad de muestras, como por ejemplo los niños hicieron creaciones tomando como ejemplo sus personajes favoritos”, resaltó el creador de la exposición.

En la sala de exhibición se encuentran tres áreas artísticas que fueron preparadas durante meses por estos jóvenes y niños ávidos por aprender y ser reconocidos por sus habilidades: la primera de ellas es la de pequeños de cinco a 16 años o más, luego se encuentra la exposición de los jóvenes y finalmente una de diseño.

Asimismo, hay piezas que son solo dibujos de superhéroes como Superman y otras figuras como Titanic. Según Eduardo Mendoza, una de las características particulares de las personas con autismo es el tema de interés en el arte, es decir, a partir de eso pueden nacer grandes figuras del arte, como lo son Greta Thunberg, Bill Gates o Tim Burton.

“Es muy importante resaltar que hay adolescentes que trabajan digitalmente y han hecho un excelente trabajo artístico, los trabajos de los niños y algunos más profesionales demuestran su ingenio y habilidades con este género. Incluso aparecieron muchas personas con talentos musicales. Adicionalmente, tenemos en pantalla videos de personas interpretando música, otros muchachos que exponen sus cálculos en pantalla. Otros escuchan una canción una vez y la pueden interpretar enseguida, por ejemplo. Son tantas las habilidades que tenemos, pero el problema aquí es la invisibilización. El Estado colombiano no sabe cuántos somos. En Bogotá, la cifra oficial dice que hay 44 con síndrome de Asperger, lo que representa la cifra más baja de todo el planeta”, reflexionó Mendoza.



El arte para comunicar

En este sentido, el arte es para las personas del espectro autista una forma de expresar sus sentimientos, emociones y necesidades.

Estudios de la Universidad Complutense de Madrid señalan que los dibujos actúan como una terapia. Según la investigación “Creatividad, arte terapia y autismo. Un acercamiento a la actividad plástica como proceso creativo en niños autistas”, los dibujos y cuadros muestran distintas cualidades comunicativas y constituyen en especial una forma de comunicación no verbal.

“Los niños de cuatro a 11 años pueden expresar mejor sus conflictos internos a través del dibujo y la pintura, que por medio del lenguaje verbal. Esto se debe a su lenguaje, todavía poco diferenciado, aunque también a que el proceso gráfico permite expresar las situaciones conflictivas del Yo sin censura ni control consciente. Las representaciones de dibujos y cuadros no pertenecen solo a lo inconsciente, sino también a lo consciente. Hay que partir de la base de que los pensamientos que se ponen de manifiesto en un dibujo en forma de recuerdos o de representaciones mentales, no son, en modo alguno, una producción exclusiva del inconsciente", dice el estudio.

Por ejemplo: un niño hace un dibujo libre, dejándole elegir los medios de expresión que prefiera. Tal situación no es nueva para él respecto a su experiencia en el jardín de infancia o en el colegio, al igual que la elección del tema será el que tenga más a mano. Así representa, por ejemplo, la situación familiar tal como él la vive. La parte que podría considerarse como producto del inconsciente es la disposición y concretización de los roles que el niño presenta gráficamente, los cuales le serían muy difíciles de explicar verbalmente. En términos psicoanalíticos, el dibujo permite una satisfacción parcial de los afectos, fantasías, etc., porque los exterioriza.

De esta forma, estos pequeños genios ven reflejadas sus emociones, sentimientos y formas de ver la vida a través de las imágenes, pintura y materiales que de una u otra forma hablan de sus capacidades y de sus sentimientos.

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