“CUANDO HAY un pasado criminal, que tenga que ver con la violencia, todo eso pasa a nuestras vidas, aunque no tengamos nada que ver con ello, aunque no queramos vamos a tener que enfrentarnos a ello en algún momento”, advierte Sergio del Molino, el escritor y periodista español, ganador por unanimidad el Premio Alfaguara de Novela 2024 con su más reciente libro “Los alemanes”, una historia sobre la familia, la traición y la culpa.
Estuvo en la Feria Internacional del Libro de Bogotá presentando su novela en la que se adentra en los secretos de las familias, sus silencios, las culpas del pasado, la sombra de los muertos y el peso del legado familiar.
ENS: ¿Por qué hacer una novela de esta envergadura?
SERGIO DEL MOLINO: “Los alemanes” procede de un episodio anecdótico que descubrí por casualidad hace 15 años y al que dediqué unas crónicas y un ensayo que tiene que ver con la llegada a España de los alemanes que estaban en la colonia del Camerún, los colonos del Camerún; una colonia de finales del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, que deciden huir hacia el sur y llegan a lo que en ese entonces era Guinea Española. Se instalan en Zaragoza, en mi ciudad, y empiezan a crear una colonia alemana muy influyente, muy vinculada con las élites y que a lo largo de los años del nazismo va a tener un papel importante en la conexión de las élites españolas con el nazismo. Esa historia era desconocida y por eso quise dedicarle un libro que me ha estado acompañando durante mucho tiempo.
ENS: En la novela centra la historia en los hermanos Eva, Fede y Gabi. ¿Existieron estos personajes en la vida real?
SDM: Quise construir una familia ficticia de uno de esos alemanes, esa es la cuarta generación de una familia, son los protagonistas. Son tres hermanos que no tienen descendencia que son los últimos representantes de esa familia cuyo fundador en España, era Hans Schuster, quien que tuvo un emporio de salchichas con la que se hizo rico, pero eso ya no existe, ya no queda nada e hicimos la novela contando esa decadencia y a partir de ahí contamos el episodio histórico, las vinculaciones que han tenido con los nazis y toda esa historia que ellos va descubriendo porque en principio desconocen cosas del pasado que les va a afectar muchísimo a sus vidas.
ENS: ¿Cuál es el mensaje de la novela?
SDM: La novela aborda varios cuestionamientos, como la imposibilidad de los afectos, la incomunicación entre unos y otros, habla también sobre el peso de la historia, lo que el pasado nos hace y cómo los muertos siempre están presentes en nuestras vidas, no de forma fantasmagórica, tampoco espectral, pero sí están siempre presente, de hecho, la novela empieza y termina en un cementerio alemán.
ENS: En una historia que habla sobre las acciones de los antepasados y que afectan el presente de esta familia, en esa medida, ¿usted cree que las culpas se heredan?
SDM: Las acciones de nuestros padres y nuestros abuelos, como ellos han vivido su vida, ese pasado nos influyen decisivamente en el presente. Cuando hay un pasado criminal, hay un pasado que tiene que ver con la violencia, en este caso con los horrores del siglo del siglo XX, pues todo eso pasa a nuestra vida, aunque no tengamos nada que ver con ello, no es tanto que se hereden las culpas es que nosotros tengamos que asumirlas, aunque no queramos vamos a tener que enfrentarnos a ello en algún momento y vamos a tener que tomar una decisión o nos van a plantear una serie de dilemas.
ENS: ¿En qué medida incluyó la historia en su vida particular?
SDM: No es una historia que a mí me haya influido mucho porque me veo muy reflejado en el desarrollo de la situación y en la forma de construir la Patria imaginaria de los alemanes, estos alemanes que no son alemanes, son españoles, aunque mantienen la lengua sus costumbres y un orgullo de casta.
ENS: Usted ganó el Premio de Novela Alfaguara por esta novela, ¿siente que valió la pena el esfuerzo de recopilar información para escribir este libro?
SDM: Confío en que sí, pero realmente uno no escribe por ganar un premio, tampoco porque lo vayan a reconocer, las motivaciones para escribir no son esas, es más porque se cree en el oficio que se desempeña, no una recompensa, porque la recompensa a veces llega y a veces no.
ENS: En la novela, usted trata el tema sensible de los lazos familiares, ante ello, ¿qué papel juega la familia de Sergio del Molino?
SDM: Mi familia es mi núcleo, es el centro de mi vida, es lo fundamental, evidentemente es una comunidad de afectos que hemos creado, gráficamente he hecho un esfuerzo porque los afectos de mi familia sean libres y espontáneos. En Los alemanes ocurre algo que a mí me parece muy importante y que creo que a lo mejor no siempre está suficientemente subrayado en las lecturas y es que los hijos no quieren al padre y eso creo que forma parte de una especie de tabú hoy en día, creo que es algo que hay en la literatura, vemos que siempre está el conflicto entre padres e hijos y al final siempre hay una reconciliación, pero en esta novela no sucede eso, no hay esa reconciliación.
ENS: ¿Por qué lo dejó así?
SDM: Porque creo que es interesante explorar esa condición, me parece que hay mucha gente que vive con unos remordimientos enormes por no querer a sus padres, es decir, porque han tenido una relación espantosa, una vida de desencuentros y a lo mejor de violencia, entonces es una situación compleja que me pareció dejarlo así para el análisis íntimo de cada lector.
ENS: Según su perspectiva, ¿cómo ha visto la literatura colombiana en los últimos tiempos?
SDM: Acabo de leer el último de García Márquez, nunca pensé que íbamos a tener un libro inédito de este escritor colombiano, aquí hay autores muy interesantes, muy buenos. Admiro mucho a Juan Gabriel Vásquez, un escritor de leyenda con una voz literaria tan potente como la suya y con un perfil intelectual que ya no se da, también está Héctor Abad Faciolince que es otro de los grandes de la literatura de este país.
El autor
Sergio del Molino es autor de las novelas “La hora violeta”, (2013); “Lo que a nadie le importa”, (2014); “La mirada de los peces”, (2017); y el ensayo “La España vacía”, (2016). Es colaborador habitual de Talleres de Escritura Fuentetaja, impartiendo talleres en Zaragoza y en Madrid. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan y el Premio Espasa.