Frida, amor y dolor de una mujer atormentada | El Nuevo Siglo
Jueves, 11 de Abril de 2013

El corazón y el alma de Frida Khalo quedan al desnudo gracias a la puesta en escena de Ditirambo teatro, Corrido desafinado en Diego para su Frida. El dolor y la melancolía son los protagonistas de esta obra fragmentada que muestra el amor de la mexicana y el deseo de que la amaran igual.

EL NUEVO SIGLOdialogó con Margarita Rosa Gallardo, quien le da vida a Frida en las tablas, acerca de su personaje y de lo que pudo descubrir de esta mujer atormentada en cuerpo y alma mientras preparaba su interpretación.

EL NUEVO SIGLO: ¿Su personaje es un fiel retrato a Frida?

MARGARITA ROSA GALLARDO: Yo creo que cada persona tiene su percepción de los demás y la mía de Frida está construida a través de las lecturas biográficas, del conocimiento que hemos hecho en el terreno de la investigación que se realizó para el personaje, pero es una visión subjetiva que tengo de ella porque es mi propia interpretación. 

ENS: ¿Cuál fue su análisis, en medio del proceso de la creación del personaje, de la relación que tenían Diego y Frida?

MRG: Primero que ella tenía una admiración profunda hacia él, luego de mucha desilusión porque había idealismo de lo que sentía hacia Diego, pero también existía la esperanza del regreso del hombre amado que ella se imaginó que era, lo que pasa es que Diego nunca iba a ser como ella quería y esa esperanza se convirtió en el deseo de encontrar en él al hombre que soñó.

ENS: ¿Los espectadores se identifican con esta Frida?

MRG: Mucho, pero particularmente las mujeres tienen una relación más directa con el personaje dado que los sentimientos de Frida, la desilusión, la tristeza y las nostalgias son muy femeninos y la obra se centra en una relación de pareja que es lo que llega a tener uno en cualquier momento de la vida.

ENS: ¿Cuál es ese corrido desafinado?

MRG: Ese corrido desafinado son fragmentos de la vida de Frida Khalo y Diego Rivera en una melodía melancólica, de nostalgia y esperanzadora. Vemos a una mujer que se exhibe al dolor, a sus enfermedades e incluso a sus cirugías, pero todo eso lo convierte en una obra de arte y lo que hacemos nosotros es mostrar  varias escenas fragmentadas que muestran la relación de ellos dos. Desafinado, porque finalmente existe esa desafortunada situación en la que uno ama a quien no lo ama como uno quiere que lo ame.  Entonces es como si Diego estuviera afinando en La y Frida afinara en Sol, pero aún no han encontrado su melodía.

ENS: ¿En algún momento llegan a afinarse?

MRG: Sí. A uno en la vida siempre le pasa, porque hay momentos en los que uno está alineado con su pareja y hay atracción, pero hay momentos en los que uno se desencuentra y surgen esos desafines, entonces eso le pasaba a ellos.

ENS: ¿Cuál es el ejercicio creativo que hace usted antes de entrar al escenario?

MRG: Creer en una fuerza poderosa que se desarrolla desde la tras-escena, que luego se revela en la escena y cuando el público se va me deja el corazón con una vivencia. Siento que es una experiencia espiritual, orgánica y física, desde antes que me preparo asisto a un ritual y me sumerjo con una sugestión. 

ENS: ¿Tiene algo de Frida?

MRG: Yo creo que sí, porque tengo un carácter obsesivo: cuando algo me gusta lo hago. Tengo un profundo amor y respeto por el arte y mi práctica artística,  y a ella le pasaba lo mismo. Es que antes de iniciar la obra pasamos por muchas cosas para entrar a la dimensión de Frida Khalo, nos hizo sentir su dolor, amor, desengaños, cuernos, todo lo que nos podamos imaginar porque parece que ella nos estuviera diciendo: “ustedes quieren representar mi vida, pues sientan todo lo que yo viví” y cuando entendimos esos sucesos nos dimos cuenta que habíamos entrado, ella nos dio permiso para entrar en esa dimensión.