HACE CINCUENTA años la búsqueda de agua en medio de una sequía que azotó por aquel entonces el noroeste de China, llevó a un grupo de campesinos a encontrar lo que puede ser el mayor hallazgo arqueológico de la historia: Los guerreros de terracota.
Un ejército de unos 8.000 soldados de terracota (arcilla moldeada y cocida al horno), diseñado a escala industrial 2200 años antes para defender al emperador en el más allá. Era un ejército fantasma completo, con caballos y carros, escondido bajo tierra y nunca visto por los vivos.
Investigaciones arqueológicas e históricas posteriores establecieron que dicho ejército custodiaba el mausoleo del emperador chino; Qin Shihuang, cuyo nombre significa primer soberano emperador.
Primer emperador
El gran aporte de Shihuang se centra en la unificación territorial a través de diversas acciones políticas, económicas, sociales y culturales como el Código Qin que establecía condenas y sanciones; definición de un sistema único de pesos y medidas; estableció como moneda un círculo de cobre con un agujero cuadrado en el centro, la cual es utilizada incluso hoy en día; unificó la escritura; desarrolló una amplia red de carreteras y unió las murallas de los reinos para defenderse de los pueblos extranjeros, creando así lo que en la actualidad se conoce como la Gran Muralla China.
Pero lo más emocionante de la vida de este emperador chino, radica paradójicamente en su muerte. El historiador Sima Qian, en su libro Memorias históricas, considerado el primer libro sobre la historia de China, describe cómo este hombre desde muy joven estaba obsesionado con su muerte y desde los 13 años comenzó a planear su mausoleo y diseñar su tumba.
El historiador cuenta que se empleó a más de 700.000 hombres de todas partes de China quienes a lo largo de 40 años construyeron la obra. Cuando el emperador murió, las puertas fueron cerradas y su séquito personal, conformado incluso por los artesanos que trabajaron en su elaboración, fueron encerrados junto a él en su tumba.
Sin embargo, ni siquiera las referencias históricas permitieron anticipar el descubrimiento del mayor y más grandioso conjunto de figuras de cerámica jamás conocido. Según revelaron los análisis, los guerreros fueron fabricados por piezas separadas que después se unían. “Se utilizaron diez moldes distintos para las caras, las cuales después se personalizaban añadiéndoles detalles de arcilla para que cada rostro fuera diferente a los demás. Las figuras se esmaltaban y se pintaban con pigmentos de distintos colores, hoy casi desaparecidos, para conseguir un acabado final de un sorprendente realismo”, menciona la página bbvaopenmind.com, sobre este tema.
Descubridor olvidado
Y aunque Zhao Kangmin, uno de los campesinos que hizo parte del descubrimiento, se convirtió en curador de museo en la provincia central china de Shaanxi, murió en 2018 a los 81 años, fue muy poco lo que disfrutó de la gloria del descubrimiento, “pues por esos años China estaba en las etapas finales de la Revolución Cultural del presidente Mao, bajo la cual los temidos guardias rojos buscaban destruir viejas tradiciones y formas de pensar para “purificar” a la sociedad”, dice la BBC de Londres en un artículo publicado recientemente en su página.
Zhao trató por todos los medios de mantener en secreto el descubrimiento, armó muchas de las piezas de las que solo habían, fragmentos y las tuvo ocultas por un tiempo hasta que un periodista de la agencia estatal Xinhua, llegó a la región y reportó el hallazgo, ante lo que las autoridades chinas se hicieron cargo de la excavación y de la conformación de un museo que hoy en día es Patrimonio de la Humanidad según declaratoria de la Unesco de 1987.
Documental histórico
Por estos días Netflix acaba de lanzar un documental titulado Misterios de los guerreros de terracota, que promete revelaciones intrigantes sobre los antiguos emperadores chinos. Esta producción dirigida por James Tovell, se adentra en la historia y los secretos del ejército de terracota que custodia el mausoleo del primer emperador de China, Qin Shi Huang.
El documental se centra en los cincuenta años de descubrimientos y estudios realizados desde que se encontró este impresionante ejército de más de 8.000 figuras de arcilla y varias puntas de flecha grabadas en bronce. A través de entrevistas con expertos, reconstrucciones históricas y avanzadas técnicas de grabación, la producción ofrece una inmersión profunda en el contexto histórico y cultural de la antigua China.
Los guerreros en Colombia
En el año 2006, el Museo Nacional de Colombia presentó una exposición conformada por una selección de 73 piezas, provenientes del mausoleo del primer emperador chino Qin Shihuang, que fue visitada por más de 200.000 personas, una de las cifras más altas de asistencia registrada en esos años.
Como parte de la exposición se presentó una sala didáctica titulada Humanos, dioses y tumbas en Colombia y China, con la que se buscaba establecer un paralelo entre el mausoleo que custodian los guerreros de terracota y el Parque Arqueológico de San Agustín, con el propósito de propiciar una reflexión sobre las culturas funerarias y la importancia de conservar la memoria.
Los objetos de la muestra, fueron organizados en grupos temáticos: armas, agricultura, vida cotidiana, construcción y arquitectura. Se mostró, además, la réplica en bronce de un liche, carro de guerra cuya tarea era el reconocimiento previo del terreno, con sus diversos accesorios. La réplica del carruaje corresponde a la mitad del tamaño real del vehículo.
En la distribución de la muestra hay que destacar que se presentaron siete guerreros de terracota y una armadura. Las figuras correspondieron a un general, un oficial, un soldado de caballería, un guerrero con armadura, un arquero arrodillado, un mozo de cuadra -persona encargada de los caballos- y un auriga o conductor de carruaje.