Jaime Moreno: de magistrado a novelista | El Nuevo Siglo
Jueves, 26 de Marzo de 2015

Por: Jorge Consuegra*

ALGUIEN ANDA detrás del presidentees la más reciente novela del abogado y exconsejero de Estado Jaime Moreno G. cuyo tema es el mundo, muchas veces oscuro, de los maestros en Colombia.

Sin lugar a dudas pone a reflexionar a sus lectores, invitándolos a hacer un acto en el camino y pensar que la historia no ha pasado en vano y que ha servido para no repetir los mismos errores de siempre.

¿Usted nació primero como escritor y luego como abogado?

JAIME MORENO:Si. Empecé escribiendo en un semanario que se editaba en Tunja llamado La Batalla. Era una columna muy agresiva que parecía una escopeta de perdigones. Disparaba contra todo el mundo. Ese sarpullido de juventud me ocasionó problemas, pues en un pueblo chico como era Tunja en los años 60 había personajes intocables y mucho menos que los cuestionamientos vinieran de un imberbe adolescente. El dueño, editor y escritor del periódico suspendió la publicación de la columna. Como defensor de derechos en dicha columna fue naciendo incipientemente el talante de abogado, muchas veces de causas perdidas.

¿Cómo nació su afición por la música?

JM:La ceguera física de mi padre lo obligó a conseguir algunos pesos en diferentes actividades musicales. Hizo parte de conjuntos de cuerdas, de empíricas estudiantinas que eran contratadas en jolgorios y festines. Mi hermano y yo éramos sus lazarillos. A fuerza de acompañarlo a muchos toques como él los llamaba, nos aficionó a la música. Además, mi hermano Alberto y yo hacíamos un buen dueto musical.

¿Y cómo nació su afición por las leyes?

JM: Por haber terminado en la Normal de Tunja como maestro de escuela, se me presentó la oportunidad de venirme para Bogotá. Me presenté  a concurso en el Distrito y pasé. Me nombraron maestro en una escuelita que funcionaba en los extramuros de la ciudad. Comenzaron las visitas de los sindicalistas para conquistar a los nuevos maestros en las filas de la lucha sindical y a exponer toda la problemática de la educación en Colombia. Y ahí empezó mi compromiso con esa causa. Inicialmente con la lucha organizada en la dirección de la agremiación y luego, en 1964, ingresé a la Universidad Libre, donde las luchas estudiantiles fueron también un caldo de cultivo para mi futura profesión de abogado.

 

¿Cómo surgió la idea de crear el Festival de Bandas de Paipa?

JM: El primer festival nacional empezó por allá en 1978. Doña Graciela de Guatibonza, junto a otros funcionarios y personalidades de ese pueblo, crearon la Corporación Concurso Nacional de Bandas de Paipa y me convertí en el maestro de ceremonias oficial del concurso durante casi 30 años. “El niño que interpreta un instrumento musical, jamás empuñara un fusil”, fue el lema del señor Herrera, una de los fundadores del certamen. Las bandas de pueblo dejaron de ser “los chupacobres” o “papayeras empíricas” para transformarse en verdaderas sinfónicas. Hoy, creo, que no hay un solo departamento del país que no presupueste y organice el Programa Nacional de Bandas Musicales.

¿Por qué decidió escribir sobre los maestros en su más reciente libro: Alguien anda detrás del presidente?

JM: En Colombia son pocas las historias noveladas del sindicalismo. En México, la gran escritora Helena Poniatovska escribió una historia sindical de los ferroviarios de gran belleza narrativa en El tren pasa primero. Decidí contar en mi novela las vidas ficcionadas de los dirigentes magisteriales.

¿Cuál es el objetivo principal de la novela?

JM: Que el lector se entere a profundidad como funciona un sindicato verdaderamente combativo, a pesar de ser de empleados públicos. Porque se supone que la orientación revolucionaria la deben liderar los obreros de las industrias y de la producción en general. Pero aquí como el Estado es el mayor empleador y no hay producción nacional y ahora menos con los TLC, les corresponderá la conducción de las luchas por el porvenir a todo trabajador organizado y consciente.

¿Ha pensado escribir un libro sobre su experiencia como Consejero de Estado?

JM: Cuando me retiré de magistrado del Consejo de Estado algunas magistradas me rogaron que si iba a escribir algo sobre lo que viví en esos extraordinarios años de judicatura, ni las mencionara, ni creara personajes parecidos a ellas. Pero, en fin, ya sobre la justicia escribí un libro de cuentos publicado por Icono Editores, cuyo título es Justicia divina, en el que la historia principal es la de un jurista fundamentalista que impone su ideología y pensamientos filosóficos y religiosos a las decisiones que como juez le corresponde, cometiendo toda clase de prevaricatos e injusticias.

*Periodista de Libros y Letras