CON un repertorio latinoamericano que se presta para ser interpretado por la deslumbrante desde la música lírica, Juan Pablo Cañón, el joven que desde años atrás se ha formado en una de las mejores escuelas europeas de música, la Universidad Mozarteum de Salzburgo, vuelve al país para presentar su primer trabajo musical y evidenciar porque es uno de los tenores con mayor proyección en el Europa.
Trece temas que son insignia de la región como El día que me quieras, Serenata de amor y la Flor de la Canela hacen parte de esta primera producción de Cañón y que se podrán disfrutar en dos únicos conciertos: este jueves en el auditorio del Gimnasio Moderno de Bogotá y, el sábado 1 de junio en el Teatro Jorge Consuegra de la Universidad Simón Bolívar de Barranquilla.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo y cuándo inicia su interés por la música lírica?
JUAN PABLO: Inicialmente me gustaba mucho el canto, el jazz, el pop y el rock. Yo estudiaba en una academia esos géneros, al igual que la interpretación de la guitarra y la batería. En dicha Academia, ‘La Escala’, el coro era obligatorio y a mí no me gustaba mucho, pero cuando empezamos a hacer obras de música clásica comencé a disfrutarla y, poco a poco, fui haciendo el cambio en mis gustos hasta llegar a la lírica. Fue ahí cuando decidí estudiar canto.
ENS: ¿Por qué enfocarse en la música lírica y no en la tradicional o en otro género?
JP: Era una especie de reto porque uno no se puede parar y cantar música lírica y ya. Requiere mucho estudio y mucha disciplina y es algo que siempre me llama. Los colores, las dinámicas y la expresión que te muestra esta música tiene, en mi opinión, muchas más dimensiones que lo que escuchamos en la radio hoy en día. Sin embargo me gusta mucho la música contemporánea, el jazz y el rock, lo escucho y lo canto también. Sin embargo, otro de los atractivos de la ópera, y que me agrada mucho, es que no es sólo el canto sino la parte escénica.
ENS: ¿Cómo fue su formación en Europa?}
JP: Me demoré en llegar a esa escuela de Austria porque estaba buscando el lugar donde mi voz se sintiera más cómoda. Cuando uno estudia canto el nombre de la universidad no importa, lo que importa es el profesor, porque la relación que hay entre profesor y cantante es casi paternal. Estuve primero en Hamburgo, luego en Leipzig y ninguna me gustó. Al final aterricé en Salzburgo porque encontré al profesor que se acomodaba a lo que yo quería, con él tengo muy buena relación, me he podido desarrollar muy bien y ha logrado que mi voz saque todo su potencial. Además es increíble estudiar allá, todos los días te encuentras con músicos de todo el mundo y todos son los mejores en lo que hacen. Eso te inspira mucho a trabajar con el nivel que hay, dan ganas de estudiar todo el día.
ENS: ¿Cómo fue el proceso de convertirse en tenor?
JP: Cuando empecé a cantar era barítono, una cuerda más baja que el tenor, pero trabajando la técnica salió que mi voz natural es de tenor porque es más aguda. Fue mucho trabajo porque tenía muchas malas costumbres técnicas. A pesar de los pocos años que llevo en la carrera tuve la oportunidad de trabajar con orquestas importantes, muchos conciertos de oratorio, misas de Schubert y Rossini, al igual que en producciones de ópera, en teatros medianos y pequeños. Pero ahora estoy enfocado en el estudio porque quiero una carrera larga y cantar lo que quiero.
ENS: ¿Cuál es la cúspide de un artista lírico: presentarse en algún teatro en especial o estar acompañado de un importante artista?
JP: Yo tengo una idea de cómo quiero cantar y si puedo cantar así, como lo tengo en mi cabeza, me da igual si es en el Teatro Metropolitano de Nueva York o bajo de la ducha, porque le tengo mucho amor a ese arte. En términos de objetivos profesionales, me encanta la ópera italiana, me gustaría ser capaz de hacer roles importantes. Una profesora me decía que la envidia y compararse con otros no te trae nada, hay que compararse con el Juan Pablo de la semana pasada o del año pasado y ese es el reto que debes tener.
ENS: ¿Hay mucha competencia en este género lírico?
JP: Uno piensa que hay menos, que no es un arte con mucha demanda y oferta, pero si hay mucho cantantes buenos. Yo tengo la fortuna de que en Europa no hay muchos tenores y siempre están buscándolos para producciones o para coro. Y tengo la fortuna de tener esa cuerda. Sin embargo el mundo de la lírica es muy pequeño, si haces una mala figura te van a conocer por ser alguien que no llega preparado, que llega tarde, que no es profesional. Por eso hay que tener los pies en la tierra y seguir trabajando siempre.
ENS: ¿Cómo ve usted la música lírica en Colombia?, ¿Cree que tiene buena acogida del público?
JP: Si, cuando la gente llega a los teatros les gusta, lo difícil es que lleguen a los teatros, por eso llevamos bastante tiempo con este proyecto que es un poco crossover. El Recital Lírico Latinoamericano son temas del repertorio regional que se pueden tomar desde un enfoque más lírico, donde se muestra que la voz lírica no es solo tragedia y soprano muerto. Hay muchas cosas detrás de la lírica, hay mucho futuro y se debe trabajar para acabar esa imagen que hay de que a la ópera que sólo se asiste con corbata y esmoquin. Además hay jóvenes con mucho talento en Colombia, las generaciones pasadas tienen mucho que contar como Juanita Lascarro (soprano) o Alejandro Escobar (tenor), ellos son muy grandes. El talento está, hay que educar un poco para darle la oportunidad a un género distinto.
ENS: ¿En qué consiste su trabajo discográfico actual?
JP: Fue una idea que surgió con mi papá, quien también es músico también. Al inicio era un intento de traer un repertorio distinto, estas canciones no le quedan pequeñas a un Schubert o a un Mozart, son muy líricas y se prestan mucho a la expresión vocal. Lo grabamos con un ensamble pequeño pero logramos diferentes colores, pienso que fue una producción muy buena y con mucho rigor.
ENS: ¿Y tiene algún otro objetivo con sus presentaciones en Colombia?
JP: Lo inicial es volver, me gustaría volver siempre que pueda, grabar más cosas y tener más oportunidades de cantar acá porque es muy lindo estar en mi tierra. He hecho cosas pequeñas, un par de recitales estrictamente líricos, pero no algo de esta talla.