Las cinco joyas de arte y cultura que vuelven a casa | El Nuevo Siglo
Una rara escultura romana fundida en bronce, considerada uno de los mayores tesoros de Francia regresa al Museo del Pays Châtillonnais.
Foto AFP
Domingo, 13 de Febrero de 2022
Redacción Cultura

Por décadas una variedad de piezas culturales y obras de arte han estado en museos y en posesión de manos ajenas a su origen, debido a diferentes capítulos de la historia como el robo de algunos de estos objetos años atrás.

Sin embargo, durante 2022 estos tesoros de la cultura del mundo han tenido la oportunidad de regresar a su lugar, ante la reclamación de sus guardianes originales, bien sea en museos o en instituciones. Por eso, EL NUEVO SIGLO recopila cinco momentos importantes en los que el arte vuelve a su lugar.

“Guernica” en la ONU

Luego de una restauración, Naciones Unidas volvió a exponer un tapiz con una reproducción del “Guernica” del pintor español Pablo Picasso, en la antesala de su Consejo de Seguridad.

Así mismo, Rockefeller tiene intención de donar la obra al Fondo Nacional para la Preservación Histórica de Estados Unidos.

“El tapiz del ‘Guernica’ tiene un simbolismo palpable por su representación de los aspectos más horribles de la naturaleza humana, lucha con la crueldad, la oscuridad y representa una semilla de esperanza para la humanidad”, señaló Nelson Rockefeller Jr., el hijo del ex vicepresidente estadounidense.

Y añadió que esta obra “debe ser experimentada e interpretada porque Picasso se negó a revelar su mensaje cuando se le preguntó. Estoy agradecido de que el tapiz pueda llegar a más gente de todo el mundo y magnificar su capacidad de influir en cada vida y educar”.

Esta pieza fue realizada en 1985 y su reproducción fue hecha bajo la supervisión de su mismo autor, Pablo Picasso, en Francia.



“Mata Mua” de Gauguin

Este cuadro, uno de los más famosos del pintor francés Paul Gauguin, volvió la semana pasada al museo Thyssen de Madrid después de que su propietaria, Carmen Thyssen, se lo llevara a Andorra cuando negociaba con el Estado el alquiler de su colección.

Todo comenzó en 2020, cuando el museo estaba cerrado por la pandemia de coronavirus, Carmen se llevó el “Mata Mua” de España, haciendo temer al gobierno que las obras de la coleccionista acabaran abandonando la institución.

Finalmente, en agosto de 2021, el Ministerio de Cultura anunció que se había alcanzado un acuerdo de alquiler de la colección de Carmen Thyssen por 15 años y un montante de 116 millones de dólares, con “derecho de adquisición preferente sobre toda o parte” de ella, según un comunicado.

La colección objeto del nuevo acuerdo de alquiler incluye más de 300 obras, entre las que hay trabajos de Canaletto, Fragonard, Courbet, Boudin, Monet, Sisley, Renoir, Degas, Gauguin, Rodin, Matisse y Picasso.

El “Mata Mua”, una de las joyas de la colección del museo, fue realizado por Gauguin en 1892, durante su primer viaje a Tahití. El cuadro muestra un paisaje idílico de la isla polinesia, con dos chicas jóvenes en primer plano, una de las cuales toca la flauta, y otras tres bailando alrededor de un coloso de piedra que representa a la diosa de la luna Hina.

Estatua romana: tesoro devuelto en Francia

Otro de los momentos más significativos para el arte y la cultura fue el regreso de una rara escultura romana fundida en bronce, considerada uno de los mayores tesoros de Francia, al museo del cual había sido robada hace casi medio siglo.

Fue una restitución por parte de un detective y experto holandés especialista en recuperar obras de arte robadas. Se trata de Arthur Brand, apodado “el Indiana Jones del mundo del arte”, quien devolvió en Ámsterdam la escultura en bronce del siglo I del dios Baco (o Dioniso) a la directora del Museo del 'Pays Châtillonnais', ubicado en el este de Francia.

El robo tuvo lugar una gélida tarde de diciembre de 1973, cuando amigos de lo ajeno rompieron una ventana del museo abriéndose paso entre los barrotes de la reja, y robaron la escultura de apenas 40 centímetros de altura, que representa al dios del vino.

“Los delincuentes se llevaron además otras antigüedades y unas cinco mil monedas todas de origen romano, pero la más importante era la estatua de bronce de Baco niño”, declaró Brand a la AFP.

“A causa de que por entonces no existía un catálogo adecuado de obras de arte robadas, la escultura desapareció en el inframundo (de la delincuencia) y se creyó que se había perdido para siempre”, prosiguió el experto.

Perú recuperó 109 bienes culturales

Este año también Perú recuperó 109 bienes culturales, incluidas piezas arqueológicas preíncas y documentos antiguos, extraídos ilegalmente del país y que eran ofrecidos en casas de subastas.

Estas piezas fueron “repatriadas desde diversos países de América y Europa, que fueron sustraídas ilícitamente del país y eran vendidas, en la mayoría de los casos, por casas de subastas e Internet”, indicó un comunicado del Ministerio.

Entre los bienes recuperados hay 21 documentales que datan de la Colonia y 88 piezas arqueológicas pertenecientes a las culturas moche, nazca, vicús, wari, chancay, chimú e inca, entre otras, que fueron repatriadas desde Estados Unidos, Países Bajos, México, Argentina, Portugal y Reino Unido.

Además se destacan 30 piezas arqueológicas que iban a ser subastadas a través de la página web de la empresa Vendu Rotterdam de Países Bajos.

15 obras regresan a Francia

Para cerrar con broche de oro esta serie de capítulos importantes para el arte, en enero el parlamento francés aprobó por unanimidad una ley para devolver 15 obras de arte, entre ellas un cuadro de Gustav Klimt y uno de Marc Chagall, a los legítimos propietarios de las familias judías saqueadas por los nazis.

Ante estos herederos, presentes en la tribuna, la ministra de Cultura, Roselyne Bachelot, calificó de “histórico” el texto, que debe ser aprobado definitivamente por el Senado el 15 de este mes.

Entre las 15 obras se encuentra “Rosas bajo los árboles” de Gustav Klimt, conservada en el Museo de Orsay y única obra del pintor austriaco que pertenece a las colecciones nacionales francesas. Fue adquirida en 1980 por el Estado.

Investigaciones exhaustivas permitieron establecer que pertenecía a la austriaca Eléonore Stiasny, quien la cedió durante una venta forzada en Viena en 1938 antes de ser deportada y asesinada.

Once dibujos y una obra de cera conservadas en los museos de Louvre, de Orsay y del Palacio de Compiègne, así como un cuadro de Utrillo que permanece en el Museo Utrillo-Valadon, también forman parte de las restituciones previstas.

Un cuadro de Chagall titulado “El padre”, conservado en el Centro Pompidou y que entró en las colecciones nacionales en 1988, también se agregó. Fue reconocido como propiedad de David Cender, un músico y fabricante de violines polaco de origen judío que emigró a Francia en 1958.