Las tres principales Iglesias cristianas que administran el Santo Sepulcro de Jerusalén anunciaron un acuerdo para emprender trabajos de renovación del suelo de la basílica, construida sobre la supuesta tumba de Jesucristo, según un comunicado en común.
Estos trabajos están destinados a luchar contra la humedad del subsuelo de la basílica y renovar el piso de ésta, explicó el patriarca de la Iglesia ortodoxa griega, Teófilo III, durante una conferencia de prensa conjunta de los jefes de las tres principales confesiones cristianas del Santo Sepulcro (greco-ortodoxos, franciscanos -representantes de la Iglesia católica- y armenios).
Según la tradición, el Santo Sepulcro es el lugar en el cual Jesús fue crucificado y sepultado. Esta basílica, considerada el lugar más sagrado del cristianismo, se encuentra en la Ciudad Vieja de Jerusalén Este, que Israel ocupa desde hace más de medio siglo y cuya anexión es considerada ilegal por la comunidad internacional.
"Nosotros, jefes de las comunidades cristianas a cargo del 'statu quo' del Santo Sepulcro, anunciamos con gran regocijo nuestro acuerdo para lanzar un proyecto de restauración y renovación de los cimientos de la tumba sagrada y del suelo del Santo Sepulcro", afirma el comunicado.
En una primera parte de los trabajos, finalizados en 2017, especialistas griegos restauraron la tumba y reconstruyeron el ediculo (templete) de mármol que durante décadas estuvo sostenido por una estructura metálica, a causa de los daños provocados por un terremoto.
La continuación de los trabajos se realizará en dos partes, la primera será un periodo de estudio que empezará en septiembre, para luego pasar de manera concreta a la segunda, precisa el comunicado de las tres Iglesias.
Dos universitarios italianos y una institución científica de alto nivel serán los responsables de estos trabajos, que estarán bajo la supervisión de un comité integrado por representantes de las tres comunidades cristianas, añade el texto.
Las Iglesias esperan que el sitio se mantenga abierto al público, como ocurrió durante los doce meses de trabajos de la primera fase, en que la basílica estuvo cerrada apenas 60 horas, confió a la AFP el padre David Neuhaus, un responsable cristiano.
El costo de los trabajos y su duración se conocerán después del periodo de estudio por parte de los expertos italianos, que en principio duraría un año, señaló el patriarca ortodoxo griego en la conferencia de prensa.