La tarde del martes 6 de agosto de 2024, Cúcuta se transformó en un escenario de celebración y orgullo nacional al recibir a Ángel Barajas, quien regresó a su ciudad natal tras obtener una medalla olímpica de plata en gimnasia artística en los Juegos Olímpicos de París 2024.
El joven gimnasta, de apenas 17 años, se convirtió en el primer colombiano en colgarse una presea en la disciplina de gimnasia artística en la historia olímpica.
Barajas llegó al aeropuerto internacional Camilo Daza alrededor de las 4:30 p.m., donde lo esperaba una multitud de admiradores, entusiastas y medios de comunicación. El alcalde de Cúcuta, Jorge Acevedo, había convocado a los ciudadanos a dar una cálida bienvenida al joven atleta, y la respuesta no se hizo esperar. La Banda Músico Marcial del Instituto Técnico Guaimaral y numerosos ciudadanos se unieron para rendir homenaje al medallista.
El gimnasta ascendió a un carro de bomberos, que se convirtió en el medio de transporte de su caravana triunfal. Desde allí, Barajas saludó a los miles de aficionados que se alineaban a lo largo de las calles principales de la ciudad. La caravana se dirigió al Teatro Las Cascadas en el Malecón, donde el atleta fue recibido con una serie de actividades festivas y artísticas organizadas en su honor.
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— EL NUEVO SIGLO (@ElNuevoSiglo) August 6, 2024
"La verdad que hace mucho tiempo venía trabajando para lograr y cumplir este sueño, no fue un camino nada fácil", expresó Barajas a los medios presentes.
Ángel Barajas se destacó en los Juegos Olímpicos con una puntuación de 14.533 en la barra fija, igualando el puntaje del oro, el japonés Shinnosuke Oka, pero perdiendo por la ejecución del ejercicio. A pesar de esta diferencia mínima, el joven atleta demostró un nivel de habilidad y precisión que dejó una marca indeleble en la historia de la gimnasia colombiana.
El recibimiento en Cúcuta no solo celebró el logro deportivo de Barajas, sino también el espíritu de superación y orgullo que representa para la juventud del país. La llegada del medallista olímpico se convirtió en una fiesta de reconocimiento y alegría, simbolizando el éxito y la dedicación que llevó a Barajas a alcanzar el podio en el escenario más grande del deporte mundial.
Este evento marca un hito en la historia del deporte colombiano y en la vida de Ángel Barajas, quien ahora se perfila como una figura inspiradora para futuras generaciones. La ciudad de Cúcuta, con su recibimiento festivo, ha dejado claro que celebra y valora a sus héroes deportivos, destacando la importancia del esfuerzo y la perseverancia.