La derrota frente a Corea, 2-1, no habla a las claras de lo ocurrido en el estadio mundialista de Seúl
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Los resultados y más en el inicio de una era, como en el caso de la de Carlos Queiroz al frente de la Selección Colombia, no pasan de ser una simple estadística o una mera anécdota y lo que realmente cuenta son las enseñanzas que estos dejen.
Es por ello que no se pueden echar las campanas al vuelo por la victoria del viernes frente a Japón, 1-0, ni rasgarse las vestiduras por la derrota 2-1 de este martes frente a Corea en el estadio mundialista de Seúl.
Tal vez la mejor definición la dio el técnico portugués: “Ganamos jugadores dentro del campo en varias posiciones, jugadores que no venían actuando mucho en el equipo nacional”.
A Queiroz, como a James Rodríguez, Falcao García o cualquiera de los 23 jugadores que estuvieron por esa gira asiática, no les gusta perder, pero nuevamente el luso tiene razón: “Estos son los partidos con los que jugadores van a crecer, van a ganar experiencia y van a estar mejor preparados para el futuro”.
El seleccionador nacional seguramente se formó una idea de qué le puede aportar cada uno de los jugadores que convocó, qué puede esperar de los que faltaron (Juan Guillermo Cuadrado, Teófilo Gutiérrez, Bernardo Espinosa o Johan Mojica) y quienes no encajan en lo que quiere, de cara a la Copa América.
Le queda un microciclo en Colombia, en el que solo trabajará con jugadores del torneo rentado, el 22 y 23 de abril, más un amistoso con Bolivia y otro con Perú, antes de enfocarse en la Copa América de Brasil (14 de junio a julio 15).
¿Qué lecciones dejaron los dos partidos en Asia?
- La mano del técnico. No se puede decir que Carlos Queiroz le metió mano al sistema de juego a fondo. Sí dio algunas pinceladas, como por ejemplo la de jugar con un cabeza de área, acompañado por un volante con manejo de balón, como es el caso de Mateus Uribe en el partido de ayer y dos extremos: Duván Zapata y Luis Díaz. En lo que sí se notó la mano del técnico portugués fue a la hora de corregir sobre la marcha o con la charla en el entretiempo. Es un técnico práctico, serio, sin ganas de protagonismo y que en sus decisiones deja entrever que sabe.
- El arco. Es posible que tras los dos goles, en los que tuvo culpa Iván Mauricio Arboleda, se pida a gritos que se busque un tercer arquero y de ser necesario lo hay: Giovanni Banguera, pero si hay un puesto que está bien cubierto es justamente ese. David Ospina es titular inamovible; Camilo Vargas seguirá siendo el suplente pero también demostró que está para ser titular. Y, en el caso de Arboleda, el juvenil guardameta del Banfield tuvo el infortunio de encajar dos goles, sí, en los que tuvo responsabilidad, pero también mostró condiciones y los partidos le irán dando la experiencia que requiere para ser el tercer o cuarto en ese puesto en la Selección.
- La defensa. Es una de las zonas en las que queda un sabor agridulce. Por un lado, Dávinson Sánchez demostró que es inamovible, que ha crecido mucho en la Premier al servicio del Tottenham y por ese lado hay tranquilidad, como también por la respuesta de los laterales que actuaron ayer. Cristian Borja se acomodó y terminó jugando como si llevara mucho tiempo en el equipo y lo mismo sucedió con Luis Manuel Orejuela. Los dos estuvieron firmes en la marca, rápidos y aportaron al ataque. El problema está en quién acompañará a Sánchez por el centro. Con Yerry Mina lesionado de nuevo, habría que ver a Bernardo Espinosa o esperar la recuperación de Cristian Zapata.
- El sector medular. Varias lecciones quedaron. Wilmar Barrios debe ser el cabeza de área porque quita y acierta en el primer pase; Gustavo Cuéllar no se acomodó al esquema y fue evidente que se necesita de un talentoso que genere ideas, factor que fue mucho más evidente cuando ingresó James Rodríguez.
- El ataque. Es claro que Morelos y Duván Zapata no pueden jugar juntos y que el artillero del Atalanta se siente mejor jugando en punta o por izquierda pero no por derecha.
- Los extremos. Luis Díaz por el sector izquierdo muy bien pero cuando lo cambiaron al derecho se perdió y copó el espacio que necesitaba Orejuela para proyectarse. Zapata entró poco en juego como extremo y en ese caso aportó más Luis Fernando Muriel.
- Solidaridad. Factor para tener en cuenta la forma como la totalidad del plantel arropó a Arboleda después del segundo gol de Corea.
- El ensayo. Queiroz, contrario a lo que se esperaba, probó una Selección sin los dos referentes, James y Falcao, ensayo que no le salió mal, aunque se notó la falta de manejo de balón en el mediocampo.
- Los referentes. Justamente cuando entró James, el seleccionado tuvo otra cara, como también cuando entró Falcao. Se nota que tienen ascendencia en el grupo y que el tenerlos en la cancha genera confianza.
- Para corregir. El funcionamiento de la primera línea de volantes cuando no está Barrios y el de la defensa, requiere trabajo para corregir errores. Tal vez si Carlos Sánchez está listo para la Copa América, se solucionen muchas falencias y lo mismo podría suceder con Cristian Zapata al lado de Dávinson porque la experiencia del jugador del Milán redundaría en las coberturas y en los cierres.
- Preocupante. El desempeño del portero Arboleda es el que menos debe preocupar. Es joven y está en proceso de aprendizaje. Sí inquieta la lesión de Mina y su nivel, el rendimiento de Déiver Machado y Helibelton Palacios frente a Japón y el de Gustavo Cuéllar este martes.