Por Óscar Munévar Forero

Enviado Especial EL NUEVO SIGLO

Polonia necesitaba de un empate como mínimo para pasar primero de su grupo y estar más que tranquilo.

Pero el traje no le duró mucho, o mejor, le prestaron algo que no era de su talla y medida. El estratega Zeslaw Michniewicz salió a esperar a Argentina que, de la mano de Messi, quería el traje que ellos habían confeccionado y lo habían refundido.

Arrancó la fecha con un Polonia grande y terminó con la angustia de los eliminados. Cualquier parecido con el cuento de que el que sale a empatar pierde, es pura coincidencia. Argentina lo pasó las veces que quiso, tuvo en ‘La pulga’ el conductor que necesitaba, arrumaba constantemente a sus rivales y tocaba por todo el campo.

Di María funcionó. De Paul, en el que nadie creía, fue el artífice, tocó y buscó en sus compañeros al mejor posicionado. Algo similar pasó con Fernández y Álvarez, autor del segundo gol, que no fue tenido en cuenta por Lionel Scaloni, pero anoche ese equipo jugó como la Argentina que es, mientras que los polacos fueron espectadores de un partido donde los suramericanos habían podido golear a los europeos.

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A Polonia el pantalón le quedó grande. Con un solo delantero, Lewandowski, camisa ancha como la cancha y los zapatos, que podrían ser los defensas, los tuvieron amarrados en el primer periodo. Pero para la parte complementaria Argentina los confundió, les bailó terriblemente y durante todo el partido solo les lució el corbatín.

Ese traje en esta oportunidad no era para Polonia, porque hasta México le ayudó a seguir en el camino con su victoria frente a Arabia Saudita.

Los 44.089 espectadores que vinieron a ver al estadio 974 la caída del grande, vieron la derrota que tenía un equipo con vestido prestado en este Mundial, Polonia, al que dejó en sus platas. Ahora los manitos regresan porque fueron incapaces de conseguir más anotaciones; así tendremos en la próxima fecha Argentina-Australia, para equilibrar las cargas. Ahora falta que Uruguay, que enfrenta a Ghana, lo deje en el camino y así tendríamos tres equipos suramericanos en los octavos de final.

¿Ahora entienden por qué razón uno no debe ir a una fiesta con un vestido prestado? La cosa fue tan dura para los polacos que, en la estadística, Argentina tuvo el balón en un 70%; casi que ni se lo presta a su rival.

Este Mundial tomó el rumbo que es, el de los grandes de Suramérica: Brasil y Argentina, listos para chocar con los gigantes europeos.