Con la idea de sellar un inusual doblete después de haber conquistado el Giro, Tadej Pogacar aborda como favorito el Tour de Francia ante el ganador de las dos últimas ediciones, Jonas Vingegaard, cuyo estado de forma es incierto para esta 111ª 'Grande Boucle' con un cartel de lujo.
Por primera vez el Tour arrancará en Italia, nación histórica del ciclismo. Y el final también será inédito, fuera de París -Juegos Olímpicos obligan- con una última contrarreloj el domingo 21 de julio entre Mónaco y Niza (en la costa sur del país).
Pero, novedades aparte, la ronda gala se anuncia emocionante. Las seis grandes estrellas del ciclismo mundial -Tadej Pogacar, Jonas Vingegaard, Remco Evenepoel y Primoz Roglic por la clasificación general, así como Mathieu van der Poel y Wout Van Aert que aspirarán sobre todo a triunfos de etapa- coincidirán por vez primera en la misma carrera, una posibilidad que no parecía clara hace unas semanas habida cuenta de las numerosas y graves caídas que diezmaron al pelotón en la primavera europea.
Los puntos de interés son numerosos. ¿Qué nivel podrá alcanzar Remco Evenepoel en su primer Tour de Francia, y sobre todo en duras etapas de montaña donde en ocasiones se le vio justo de fuerzas?
Reto hercúleo
¿Primoz Roglic, emancipado de la sumisión a Vingegaard tras fichar por el equipo Bora, puede postular a la victoria final, cuatro años después de haber sido despojado del maillot amarillo por Pogacar en la última crono?
¿Puede Vingegaard soñar con una tercera victoria consecutiva, que sería sin duda la más meritoria luego de tres meses sin correr a causa de su caída en la Vuelta al País Vasco?
Pero la pregunta que está en todas las bocas es si Tadej Pogacar puede convertirse en el primer corredor desde Marco Pantani en 1998 en ganar el mismo año Giro de Italia y Tour.
Un logro hercúleo del que sólo siete corredores pueden presumir en la historia del ciclismo, todos los gigantes del siglo pasado (Coppi, Anquetil, Merckx, Hinault, Roche, Induráin, Pantani).
Al arrasar en el Giro con casi diez minutos de ventaja, el esloveno cumplió con la primera parte del reto.
En el Tour, después de sus dos victorias en 2020 y 2021, se estrelló los dos últimos años con Vingegaard, que se mostró superior en los puertos.
Pero, este año, la balanza parece inclinarse al otro lado. Porque parece complicado que Vingegaard esté al 100% después de su grave caída en abril (múltiples fracturas en las costillas y la clavícula y un neumotórax).
Y porque Pogacar, que en 2023 llegaba también tras lesión, nunca se había mostrado tan fuerte, fino, y acoplado a la bici en las cronos, lo que no es ventaja menor dado que habrá dos contrarrelojes en el menú.
Mucha altitud
La relación de fuerzas parece también haber sido invertida a nivel de equipos.
El de Vingegaard, Visma-Lease a bike, dominador el año pasado hasta el punto de conquistar las tres grandes vueltas por etapas, parece perseguido por el mal fario desde el inicio de temporada, mientras que Pogacar lidera un 'Dream Team' en UAE (Yates, Ayuso, Almeida...).
Además de la capacidad de Pogacar de encadenar dos grandes vueltas consecutivas, la principal duda está en la adaptación del esloveno a la gran altitud, su punto menos fuerte, sobre todo en días de calor.
Y en este Tour se subirá muy arriba, sobre todo en la terrible 19ª etapa, donde el pelotón escalará sucesivamente el col de Vars (2.109 m), la Bonnette, techo del Tour (¡2.802 m!), antes de llegar a Isola 2000.
A causa de la salida en Italia, el Galibier (2.642 m) se subirá el cuarto día y el Tourmalet (2.115 m) también espera en los Pirineos.
También estará en la salida otro antiguo ganador del Tour que sabe lo que es recuperarse de un grave accidente, el colombiano del Ineos Egan Bernal, escoltado por su compañero español Carlos Rodríguez.
Por lo demás, las dos primeras etapas prometen ya ser explosivas: el mayor desnivel de la historia para un primer día el sábado (3.700 m), y la doble subida a San Luca el domingo.
Pasado el Galibier, habrá una crono entre viñedos de Nuits-Saint-Georges a Gevrey-Chambertin, una etapa que promete en el Macizo Central y el paso por los Pirineos.
Antes de un final en los Alpes y una última crono exigente el domingo 21 de julio, con un decorado de postal entre Mónaco y Niza.
Treinta y cinco años después del duelo entre Laurent Fignon y Greg Lemond en los Campos Elíseos, los organizadores sueñan con un desenlace igual de palpitante.