El Fluminense, campeón de la Copa Libertadores, derrotó este lunes 2-0 al egipcio Al-Ahly y espera rival en la final del Mundial de Clubes en Yedá (Arabia Saudita), que saldrá del duelo del martes entre Manchester City y Urawa Red.
El equipo dirigido por Fernando Diniz, que no ofreció su mejor fútbol, logró el primer objetivo merced a un penal sobre Marcelo convertido por el colombiano Jhon Arias (minuto 70) y a un gol postrero de John Kennedy (90).
El 'Fluzao' queda un paso de convertirse en el primer representante sudamericano en conquistar el cetro mundial desde que lo hiciese el también brasileño Corinthians en 2012.
Este triunfo devuelve a un equipo brasileño a la final del Mundialito, tomando el conjunto de Rio el relevo del Palmeiras, finalista en la edición de 2021, que perdió contra el Chelsea.
En un estadio King Abdullah Sports City con poco más de media entrada, la afición del 'Fluzao' -muy por debajo de la del equipo egipcio, país separado por apenas 200 kilómetros de Yedá por el Mar Rojo- se hacía notar.
Un juego trabado, con faltas e imprecisiones según se acercaban ambos equipos al área rival no vaticinaba un partido abierto en el que 'Flu' pudiera realizar el juego dinámico y espectacular tan del gusto de Diniz, que formó de inicio con el mismo once que ganó a Boca Juniors la final de la Libertadores.
Los egipcios salieron sin complejos, dispuestos a demostrar que su victoria en cuartos ante el Al-Ittihad de Marcelo Gallardo no fue fruto de la casualidad.
Sus rápidas contras cortaban la respiración del 'Flu', que aceptó el envite y respondió por medio de Arias, con sendos remates al palo en el primer acto.
Marcelo, sufría ante el sudafricano Percy Tau, que en más de una ocasión le ganó la posición.
Pero el antiguo lateral del Real Madrid encontró premio a su apuesta por preocuparse más de atacar que de cubrir la retaguardia y provocó un penal que Arias, a pesar de su poco ortodoxa carrerilla, no fallaría para situar al Fluminense a un paso de entrar en la leyenda en su primera participación en el Mundial de Clubes.
El gol postrero de Kennedy, decisivo también en la Libertadores tras salir desde el banquillo, certificó la victoria del conjunto de Rio.