Óscar Munévar Forero

Enviado especial EL NUEVO SIGLO

La inauguración del Mundial fue un sencillo espectáculo en el que no se escatimó un solo centavo de dólar para que todo saliera a la perfección. El minuto a minuto pareció inglés, nada falló, todo fue exacto.

La organización les pidió a los espectadores que llegaran a las cinco y treinta, y pareciera que acá solo hay que decirlo una vez y se cumple, cual niño de colegio. Todos estábamos en nuestros asientos, casi sin respirar, cuando aparecieron las primeras luces. Ese espectáculo solo lo puede organizar quien tiene deseos de que el mundo vea un país anfitrión, de que el planeta ponga sus ojos sobre ellos para mostrar lo capaces que son.

Pero el espectáculo, la fiesta inicial, se aguó con la victoria de los ecuatorianos que dejó a los miles de espectadores qataríes sin mucha respiración. Se quedaron mustios, cabizbajos, preocupados, porque empezar un certamen de esta naturaleza perdiendo no justifica el esfuerzo. Además, se rompió una vieja tradición de que los anfitriones no perdían nunca en el partido inaugural.

De cualquier manera, las palmas de los aficionados hicieron las delicias de una fiesta que se venía preparando hace ya ocho años para este domingo 20 de noviembre. Como dicen: no hay deuda que no se pague, ni fecha que no se cumpla.

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Los directivos de FIFA, encabezados por Giovanni Vicencio Infantino y su corte, han salido al ruedo para calmar con hechos la “mala” fama que se ganaron con las construcciones de los anfitriones. Dentro de esa corte está el colombiano Maluma, quien trajo un espectáculo al que no le cabía más gente. De hecho, cerraron el paso para que no pudieran pasar más espectadores. El artista fue quien, ante una pregunta de un periodista sobre lo ocurrido en la construcción de los estadios, solo respondió “yo vine a cantar”, se levantó y acabó la entrevista.

Ahora los ecuatorianos están a la espera de lo que pase en adelante pero, como dicen, el que pega primero pega dos veces.

Ecuador con esta victoria tiene medio cuerpo en la siguiente fase. Ahora falta saber qué pasa con Senegal y Países Bajos hoy.