Los frutos del trabajo que realizó el técnico Néstor Lorenzo desde que fue nombrado como seleccionador nacional, el 14 de junio de 2022, deben empezar a recogerse este jueves cuando Colombia enfrente a Venezuela por el clasificatorio para el Mundial de 2026, a disputarse en México, Estados Unidos y Canadá.
El balance hasta ahora, para quien fuera asistente técnico de José Pékerman en los mundiales de Brasil en 2014 y Rusia en 2018, es positivo. Probó más de 50 jugadores y no perdió en los ocho partidos de fogueo que disputó.
Sin embargo, de nada servirá todo lo que ha hecho si el jueves en el estadio Metropolitano de Barranquilla no se le gana a Venezuela.
No se trata de subestimar al rival, sino de evitar cometer los mismos errores que llevaron a la eliminación del Mundial de Catar.
La gran pregunta es a qué apostará Lorenzo para asegurar los tres puntos en Barranquilla frente a una Vinotinto que siempre le da guerra a Colombia, y como mínimo un empate frente a Chile cinco días después.
El listado de convocados incluye veteranos, algunos que no lo son tanto y también jóvenes, quienes forman parte de esa renovación que se clamaba y que el argentino ha venido haciendo poco a poco.
Es de esperarse que en Barranquilla la Selección sea ofensiva, eso sí, sin descuidarse en defensa. La tarea es salir a no dejar respirar al rival, a meterlo en su propio campo y buscar concretar el resultado en los primeros minutos.
Lorenzo lo debe saber, a Venezuela no se le pueden dar ventajas porque, especialmente frente a Colombia, las sabe aprovechar.
Además, si no llega el gol pronto, la confianza para el rival es mayor y con el correr de los minutos el desespero aumenta para el local.
No es como decía Reinaldo Rueda, “tenemos que hacer un partido inteligente”, sino saber que se tiene que apostar a ganar y buscar las alternativas.
Experiencia
Colombia, en algunos de los partidos amistosos que disputó sufrió de un mal que venía de tiempo atrás: perder los 45 minutos iniciales.
Ya en esta etapa en la que en la que los puntos son vitales, no se pueden dar ese tipo de ventajas y menos frente a rivales que se consideran débiles, pero terminan siendo muy complicados.
Lorenzo debió tomar atenta nota y analizar cuáles fueron los factores que incidieron para ese bajo rendimiento y cómo corrigió.
La experiencia recogida, no solo ahora como técnico en propiedad sino en sus días de asistente, le debe servir para tomar decisiones acordes con las necesidades del momento.
Es por ello que surge la incógnita si apostará por los veteranos, intentará combinarlos o se la juega con los jóvenes que en los partidos amistosos le dieron profundidad al ataque.
En el arco no hay preocupación, porque los dos que se disputan el puesto, Camilo Vargas y Álvaro Montero, están en un gran nivel.
El estratega ha tenido la oportunidad de trabajar con los dos y de observar continuamente al golero de Millonarios, quien especialmente en los últimos partidos se ha mostrado seguro, sin excesos de confianza y muy centrado.
Devis Vásquez, el tercer golero convocado, está siendo acercado al equipo, llevado poco a poco porque junto a Kevin Mier son el futuro del arco en el combinado nacional.
En cambio, en la zona defensiva Lorenzo debe estar pensando con quién se la juega. Por derecha tiene la alternativa de Juan Guillermo Cuadrado, que le da mucha salida al ataque, o la de Daniel Muñoz, que ofrece más equilibrio.
- Le puede interesar: Farah y Cabal dicen adiós a los Grand Slams en el US Open
La otra posibilidad es que Cuadrado vaya al sector medular o como extremo, posiciones en las que puede hacer un gran aporte por su talento y picardía.
En cuanto a la pareja de centrales, la duda está en si Lorenzo se decanta por los “viejos conocidos” Yerry Mina y Dávinson Sánchez u opta por John Lucumí y Carlos Cuesta, quienes fueron compañeros en el Genk, o si los mezcla.
Por izquierda el inicialista debería ser Déiver Machado, quien mantiene su nivel en Francia, mientras que Johan Mojica debería ir al banco.
El dilema
En el sector medular está el rompecabezas para Lorenzo. Ha probado a Jéfferson Lerma con Mateus Uribe en la primera línea y a Cuadrado con James Rodríguez en la segunda, pero los mejores momentos del combinado patrio fueron con Jhon Arias y Jorge Carrascal.
Para los extremos cuenta con Luis Díaz, el mismo Cuadrado o Luis Sinisterra, mientras que Rafael Santos Borré ha sido su preferido para el ataque.
Lorenzo debe tener en la cabeza un inventario de lo que cada jugador le puede aportar, el problema es que Lno todos llegan con ritmo de competencia.
Sánchez, por ejemplo, lleva muchos partidos siendo emergente; Mina apenas se está acoplando a la Fiorentina, James se está adaptando al São Paulo tras su para de casi cuatro meses y Borré debió cambiar de equipo en Alemania para tener posibilidades de jugar.
Ahora bien, no sería extraño que el técnico sorprendiera en Barranquilla con una formación revolucionaria en la que incluya a Richard Ríos y a Mateo Casierra o a Jhon Córdoba.
Sin importar lo que haga Lorenzo, lo que va a contar al final del partido con Venezuela es si se ganó o se dejaron escapar puntos, lo cual sería nefasto en una eliminatoria siempre complicada.
No hay que creerse ese cuento de que ahora es más fácil porque clasifican directamente seis selecciones y otra va al repechaje.
Lo ideal es ganar en casa y sumar por fuera, algo que en estas dos primeras jornadas se puede lograr. Sobre el papel, Chile no es más que Colombia y si Lorenzo analiza el partido de la roja ante Uruguay, puede tener luces de cómo jugarle para no solo arrebatarle uno, sino los tres puntos.
Al final de cuentas, la afición no se irá del estadio pensando en si se ganó jugando bien, regular o mal, sino en que se sumaron los puntos.
No obstante, tanto el técnico como los jugadores deben pensar en borrar esa pobre imagen que quedó de la Selección en la anterior eliminatoria y salir con actitud, con compromiso y pensando en conjunto, no cada uno por su lado, y eso en buena parte dependa de como gestione Lorenzo el grupo.