No hubo ‘Poderoso’ que le quitara la estrella a Junior | El Nuevo Siglo
AFP
Domingo, 16 de Diciembre de 2018
Redacción Deportes
El Medellín, que había caído 1-4 frente a los ‘Tiburones’, no se entregó y ayer se impuso por 3-1, pero no le alcanzó

 

De la decepción por no haber ganado la Copa Suramericana, el Junior pasó al júbilo por conquistar su octava estrella en el fútbol profesional colombiano, aunque no le fue fácil porque el Medellín fue un rival digno, que luchó desde el pitazo inicial hasta el final por equilibrar la cuenta y estuvo cerca de lograrlo.

Los barranquilleros llegaron al Atanasio Girardot con una ventaja de 4-1, que parecía suficiente para dejar que los minutos transcurrieran y así alzar el trofeo de la Liga Águila, pero con angustia vieron cómo esa ventaja se acortaba de a poco y al sufrimiento padecido a mitad de semana cuando perdieron la final de la Copa Suramericana ante Atlético Paranaense de Brasil, añadieron el de ayer.

Pero finalmente lograron defender la ventaja obtenida hace una semana en su estadio para registrar un 4-3 en el global a su favor. “Fuimos mejores de principio a fin”, dijo Teófilo Gutiérrez, baluarte de los rojiblancos y quien se coronó campeón por primera vez en Colombia.

El cuadro orientado por el ecuatoriano Octavio Zambrano los hizo temblar gracias a un partido heroico del atacante Leonardo Castro, que anotó doblete en los minutos 44 y 55, y un tanto del goleador argentino Germán Cano, en el 79. Por los visitantes descontó Yony González en un contragolpe (70).

Con el título, los rojiblancos rompieron una sequía de siete años sin alzarse campeones. La última vez fue en el Clausura del 2011. Ahora, tanto Junior como Medellín disputarán la Copa Libertadores-2019.

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Tormento

Lo que parecía un partido de trámite ante la ventaja cosechada en Barranquilla se convirtió en tormento para el Junior y en luz de esperanza para el Medellín.

Aprovechando el golpe anímico por la pérdida de la Suramericana, los locales empujaron desde el pitazo inicial. El Medellín fue un huracán, una amenaza en los aires a la que le costó pisar tierra.

Y se le dificultó hacer daño, como las tormentas tropicales, porque por momentos fue presa de la ansiedad al ver que los minutos pasaban y no vencía al uruguayo Sebastián Viera. 

A las manos del portero y capitán tiburón para acallar los intentos del argentino Germán Cano y del voluntarioso Luis Fernando Caicedo por anotar, se sumaba la imprecisión de los anfitriones en el último cuarto de la cancha.

La actitud conservadora de los rojiblancos era un premio injusto ante la voluntad del Medellín para acortar ventaja. Pese a fallar con reiteración, los de Zambrano no cambiaron el libreto. Con Cano como estandarte del ataque, lograron irse a las duchas con la mínima ventaja tras un derechazo al ángulo de Leonardo Castro.

El gol sirvió de envión anímico para los rojos de Antioquia. En el segundo tiempo se repitió el libreto. El argentino y capitán Cano guió a los suyos, que otra vez se encontraron con la resistencia charrúa.

Susto innecesario

Como si fuera un déjà vu, la situación se apretó cuando Castro aprovechó un pase de cabeza de Cano y definió por encima de Viera. El 2-0 prendió los temores: en una semana Junior podría pasar de tocar dos títulos a perderlos.

Medellín siguió volcado al ataque y en un contragolpe, la única opción de riesgo hasta entonces para los visitantes, dio una muestra de autoridad. Yony González remató al borde del área, el balón pegó en el palo derecho del arco de David González y puso el 2-1 parcial. Restaban veinte minutos y el aire volvía a Barranquilla.

El viento que refrescaba a los tiburones duró poco. Cano, el goleador del campeonato con veinte dianas, aprovechó un rebote de Viera tras un disparo de Castro y puso el 3-1. El caluroso Atlántico debió registrar un clima más frío que Bogotá.

El ‘Poderoso’ siguió insistiendo, pero su rival cerró filas. A Junior le bastó la ventaja conseguida en el estadio Metropolitano hace una semana para ganar su octava estrella. Aunque sufriendo, fue un premio justo para el equipo que a lo largo del semestre dio gala del fútbol más vistoso de la nación cafetera.

El alma

Si Cano fue el alma del Medellín, la del Junior fue Teo Gutiérrez. El nacido en el barrio La Chinita terminó siendo el motor y el líder en ataque del nuevo rey del fútbol colombiano. Su habilidad para abrir espacios y habilitar a sus compañeros, volvieron a relucir en el campo de juego durante todo el semestre, más allá de las adversidades.

El exjugador de River Plate es uno de los grandes responsables de que en Barranquilla se haya prendido el precarnaval y que el festejo haya alegrado todavía más el inicio de la Novena de Aguinaldo.

Celebra Barranquilla celebra. También lo hace Julio Comesaña quien conquistó su segundo título en el fútbol profesional colombiano y tercero en su largo paso por el país en el que es nacionalizado. El otro fue en la Copa Águila.

Su primer título en 1993 fue dirigiendo a nada más ni nada menos que a un equipazo encabezado por el ‘Pibe’ Valderrama, el ‘Nené’ Mackenzie, Víctor Danilo Pacheco y al ‘Bombardero’ Iván René Valenciano.

El Medellín, en tanto, tendrá que conformarse con competir el próximo año en la Libertadores, en la que también competirán Deportes Tolima y Atlético Nacional.