Cada vez son más en demostrar que convertirse en madre no significa poner fin a una carrera deportiva de alto nivel: en el Abierto de Australia es el turno de Naomi Osaka y Angelique Kerber, dos antiguas números 1 que regresan a un Grand Slam.
Caroline Wozniacki, que tiene dos hijos, de dos años y 15 meses, también competirá en Melbourne. A sus 33 años la danesa, antigua número 1 y campeona del Abierto de Australia en 2018, regresó tras tres año y medio de retirada deportiva hace unos meses, consiguiendo rápidamente avanzar a octavos del US Open.
Jugadoras de alto nivel y madres. En el Abierto de Australia habrá ocho en el cuadro principal. Además de las tres mencionadas; Elina Svitolina, Victoria Azarenka, Tatjana Maria, Taylor Townsend y Yanina Wickmayer.
Este grupo toma el relevo de las leyendas Kim Clijsters y Serena Williams.
“Estoy muy contenta de ver a las jugadoras volver. Lo dije hace tiempo: creo que rompimos el estereotipo que decía que no se puede ser jugadora de alto nivel y tener una familia. Esto se ha acabado. Y está evolucionando cada vez más. La prueba es el número de jugadoras que lo están haciendo”, señaló recientemente la bielorrusa Azarenka, 22ª jugadora mundial, que regresó al circuito en 2018 tras haber dado a luz a su hijo Leo a finales de 2016, alcanzando una final de Grand Slam tras su maternidad, la del US Open 2020.
‘Es genial, supera el deporte’
“Lo encuentro genial, supera el deporte. Hay a veces sectores en los que hay miedos. Espero que esto muestre, más allá del deporte, que una mujer puede gestionar una carrera y tener niños. Y que sale bien, que vuelven bien. Que las deportistas lo muestren es un buen ejemplo”, dice el tenista francés Gaël Monfils.
Su pareja, la ucraniana Elina Svitolina (23ª), regresó en gran forma tras haber tenido un hijo: Descolgó la raqueta en abril, seis meses después de dar a luz, alcanzando los cuartos en Roland Garros y las semifinales en Wimbledon.
“Como deporte femenino de primer plano, todavía tenemos mucho que hacer para continuar avanzando, no solamente al más alto nivel”, opina Azarenka, una voz potente en los temas sociales. “Es nuestro momento, espero que se pongan los medios necesarios”, añade.
“Nos inspiramos las unas a las otras”, continúa la alemana Kerber, de 35 años, de vuelta un año después del nacimiento de su hija Liana.
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“Elina y Caro (Wozniacki) regresaron el año pasado, Naomi y yo aquí. Creo que tenemos un estado de ánimo completamente diferente: ya no somos la persona importante en nuestras vidas ahora, hay otra”.
“Más abierta, más paciente, más fuerte”
“Tengo todavía este fuego interior”, avisa la alemana con tres títulos de Grand Slam: “Odio perder, esto no ha cambiado, lo que sí lo ha hecho es que paso página más rápido, porque hace falta, intento aprovecharlo, no complicar las cosas como antes”.
“Convertirme en mamá cambió mucho mi mentalidad, esto es así. Me siento una persona diferente. Soy más abierta, mucho más paciente y me siento mucho más fuerte. Desde mi regreso no camino con cascos en las orejas, es un cambio de personalidad”, describe Osaka, que ha viajado a Australia sin su hija de seis meses Shai, en su regreso a la competición.
“Tengo más confianza en mí como persona. No intentaba tener conversaciones con otras jugadoras antes, había construido un gran muro. Hoy veo que interacciono con la gente”, explica la japonesa de 26 años.
“Es como tener dos trabajos a tiempo completo. Encontrar el equilibrio para poder hacer los dos es duro, algunos días es la supervivencia, otros va bien”, subraya Wozniacki./AFP