LA FINAL Copa Libertadores de América nuevamente se definirá entre equipos brasileños y se disputará entre Atlético Mineiro y Botafogo. En la Sudamericana serán Cruzeiro y Corinthians los que compitan por este trofeo, marcando una vez más el poderío brasileño respecto a los otros nueve países del continente.
Ya son seis finales consecutivas con por lo menos un brasileño en la final, y 4 de ellas en las que los dos equipos pertenecen al mismo país. Eso en cuanto a Libertadores. En la Sudamericana, si bien el panorama es más “alentador”, son cuatro finales seguidas con equipos de este país en la final, aunque apenas uno la ha ganado.
Son muchos los motivos que justifican este poderío en las competencias internacionales. El principal, evidentemente es la economía. Mientras en Brasil, el 7° clasificado en liga se permite fichajes de 11 millones de euros, para Boca Juniors y River Plate, los dos equipos más fuertes económicamente después de los brasileños, apenas quedan fichajes de 4 millones. La brecha es clara. Asimismo, aunque el cuadro ‘Millonario’ llegó a la semifinal de Libertadores con tres campeones del mundo, ninguno superó este monto en mención, y sus llegadas se daban en un marco de cierre de carrera.
En cambio, Botafogo finalista de Libertadores, se permitió la llegada de Thiago Almada de apenas 23 años, por casi 20 millones, y con una proyección para competir al máximo nivel en Europa. Flamengo, que se quedó temprano en esta competencia, realizó el fichaje de Carlos Alcaraz desde la Juventus, siendo un jugador de apenas 21 años y que hasta hace poco competía en la Premier League.
A término salario, Argentina tampoco puede competir, y mucho menos países como Colombia, Ecuador o Uruguay, a pesar de contar con cierta importancia en el continente. Y finalmente, en cuanto a premios económicos, la diferencia también es abismal. El último campeón de la Copa Brasil, Sao Paulo, se llevó por esta competencia un premio cercano de 20 millones de dólares, tres menos de los que se llevará el campeón de Libertadores este 2024 y más del doble de que ganará el campeón de Sudamericana.
En otros países como Colombia, el campeón de liga apenas percibe algo cercano a los 600.000 dólares, siendo la clasificación a fase de grupos de Libertadores el verdadero premio que oscila entre 3 y 4 millones de dólares.
A todo lo anterior, se suma la competitividad de la liga. Derivado de la gran inversión y, por ende, los fichajes, el nivel medio de la liga brasileña está por encima de la mayoría de ligas en Sudamérica, y casi que a la par de los mejores de la liga argentina.
Finalmente, queda la repartición de cupos en los torneos internacionales. La estructura de la liga brasileña permite que hasta 14 clubes puedan clasificar a Libertadores o Sudamericana; Argentina tiene 12 cupos totales para torneos internacionales y finalmente el resto de países se reparten de a 8 totales.
Ante esta distribución, las probabilidades de ver a equipos finalistas en zonas finales son sumamente amplias en ambas competencias, atenuando además que, en Sudamericana, Brasil y Argentina tienen sus 6 respectivos cupos asegurados para fase de grupos, mientras las otras 8 federaciones deben enfrentar a dos de sus equipos para únicamente contar con 2 en esa primera fase.
La situación está lejana a cambiar. A pesar del dominio brasileño, y las pequeñas luces que han intentado dar Ecuador o Argentina, ninguna federación ha propuesto modificar la distribución de los cupos a torneo internacional. Además, tampoco existe una oposición a la dirigencia de Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol. La única vez que se planteó el cambiar estos cupos, fue ante el hipotético retorno de equipos de México a la Libertadores, pero ello aún no se ha concretado, y según se prevé, sigue siendo una postura lejana.