Por Alejandro Munévar

Enviado especial EL NUEVO SIGLO

Pensar si quiera en la posibilidad de realizar un Mundial o practicar un deporte, cualquiera que sea, en un desierto es imposible. A fin de cuentas, las condiciones climáticas adversas harían inclusive riesgosa la práctica de las actividades deportivas de alto rendimiento.

Cuando se le entregó el Mundial a Catar, empezaron a pensar qué hacer con el tema de la temperatura, pues la FIFA requería que se garantizara un ambiente favorable para la práctica del fútbol. El tema con los hinchas era distinto; sin embargo, comenta el encargado del sistema, cuando se dieron cuenta de que tenían que construir los estadios desde cero, supieron que tendrían la posibilidad de dar la oportunidad a los hinchas de sentirse frescos durante la Copa.

EL NUEVO SIGLO habló con el doctor en ingeniería Saud Abdhu Ghani, el hombre que se inventó el sistema de enfriamiento para los estadios del Mundial.

Ghani explica que lo primordial a la hora de crear este sistema era pensar a largo plazo y no solamente en un evento de un mes, así que el desarrollo de la idea fue para escenarios que puedan durar hasta 100 años.

Ahora bien, ¿en qué consiste el sistema de enfriamiento? La tecnología que utilizaron para enfriar los estadios no es una cuestión de temperatura sino de percepción de la misma. Lo que se quería no era enfriar un cuarto y ya, o en este caso un estadio entero, sino lograr mantener un balance en la sensación de temperatura y humedad.

Según Ghani, el sistema no solamente enfría, sino que también filtra el aire, quita del ambiente el polen, el polvo, la arena y todo tipo de desperdicios que se pudieran colar en los ductos de aire, lo que hace que los hinchas y los jugadores, en este caso específico del fútbol, respiren un aire más puro.

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En cuanto a las quejas que ha habido sobre la baja temperatura de los estadios, el doctor Ghani dijo que siempre se mantiene sobre 20 grados, que es, según ellos, la temperatura ideal para no sentir ni mucho frío ni mucho calor y, al contrario, estar “tranquilos”. De hecho, Ghani explica que la temperatura del campo es lo único que no tocan; esto porque por las altas pulsaciones que manejan los jugadores, la sudoración y factores anatómicos, podría poner en riesgo la salud de los futbolistas, debido a que podrían sufrir lesiones musculares por el frío u otro tipo de complicaciones. De allí que lo único que regulan del campo de juego es la humedad.

Ahora, algo que preocupa, sobre todo en los últimos tiempos, es la sostenibilidad, el dinero y qué tanto cuesta realmente cada uno de los aspectos. Pero, según Ghani, “cuando se habla de sostenibilidad no es solamente una cuestión de costos, sino de durabilidad y legado. En el caso de los sistemas de enfriamiento la gente debe entender que desarrollamos el sistema no solamente para el Mundial; lo que hoy son estadios, mañana, cuando termine el evento, serán edificios multifuncionales que están pensados para el desarrollo de la comunidad. Esto está hecho para que funcione durante los próximos 100 años. Es el caso del estadio Al Bayt: cuando entregaron el terreno era un pedazo de tierra en medio del desierto, hoy es un oasis en medio del desierto”.

En total, siete de los ocho estadios tienen este sistema implementado. Hay uno, el 974, que es un estadio movible y tiene el sistema solamente al 50%, pues al estar cerca del mar cuenta con la brisa natural para el enfriamiento.

Esta tecnología no es nueva en Catar, pues ya la habían utilizado en diferentes sitios alrededor de la ciudad, en algunos parques en donde se probó para ver si realmente era funcional o no.

Quizá lo más importante es que el sistema no se quedará solamente en Catar, pues decidieron no patentarlo y, en cambio, han abierto las puertas a las diferentes naciones que quieran aprender o tratar de implementarlo a que vengan y sepan qué hacer.

A fin de cuentas, Ghani logró revolucionar no solo el mundo árabe, sino el mundo del deporte.