“Tienen que parar de decirme ‘Quinterito’” | El Nuevo Siglo
Foto AFP.
Domingo, 1 de Julio de 2018
Alejandro Munévar

Es tarde y faltan energías para atender a la prensa, pero siempre Juan Fernando Quintero tiene la disposición de atender a EL NUEVO SIGLO, al menos por un par de minutos; aunque no lo dice, su cara lo denota, está cansado y quiere aprovechar el tiempo para estar un rato con su familia, con su hija.

Antes de iniciar la charla le agradezco y le prometo que no serán más de cinco minutos. El 20 se nota aliviado, no será la más larga entrevista, eso sí le advierto que no será la última lo que le saca una sonrisa.

Hemos tenido la suerte de contar con dos volantes talentosos en este Mundial: James que se encuentra en vilo por una lesión que lo aqueja y Quintero, el antioqueño que se hizo famoso en Nacional, pasó por el Pescara italiano, sacó campeona a Colombia en el Suramericano de fútbol, llegó como una gran promesa al Porto, pero la vida le empezó a jugar malas pasadas; la música, su otra gran pasión hizo que lo juzgaran mal llegando a decir que dejaría el fútbol para volverse cantante, nada más alejado de la realidad.

Hoy con 25 años y jugando en River Plate de Argentina, sabe que tiene en sus manos, o mejor en sus pies, las claves del gol para Colombia; de su pierna izquierda han salido dos de los cuatro goles que lleva el equipo en el Mundial, “yo no se, si sea la clave del gol, pero desde que pueda seguir aportando a la Selección lo voy a hacer; para eso entrenamos, para eso nos preparamos, queremos seguir adelante”.

Quintero se hizo célebre hace cuatro años cuando Pekerman lo incluyó en la lista de los 23 que irían a Brasil. El día que debutó marcó ante Japón; desde entonces lo conocen como ‘Quinterito’ pero el 20 está cansado de que le digan así. “Tienen que parar de decirme ‘Quinterito’, no es porque no me guste, en su momento tenía todo el sentido del mundo, pero ya soy un hombre de 25 años, con una hija, casado y con familia; no me pueden seguir diciendo ‘Quinterito’”, lo dice entre risas, pero sí que tiene razón, no cualquiera es capaz de vestirse de héroe y aceptar llevar las riendas de la Selección en un mundial.

Pero ¿qué tanto le cuesta realmente a Quintero afrontar esta responsabilidad? El podrá decir que no le digan más ‘Quinterito’ que ya está grande, pero es que se le ve en la cancha y es como un niño que se divierte con la pelota: dribla, engancha, burla jugadores y se hace crack con la pelota en un abrir y cerrar de ojos. “El fútbol es divertido, lo disfruto muchísimo, más cuando lo juego con mis amigos, con mi familia de la Selección; nada se hace difícil cuando estoy con ellos, todo es posible”.

Durante una charla previa con Yerry Mina, en medio de una broma le pregunté si iba a seguir haciendo goles y él me dijo que le preguntará a Quintero y a James; aproveché los últimos momentos que tenía con Juan Fernando para expresarle mi inquietud. El 20 se ríe y me dice: “Lo practicamos siempre, él es muy bueno cabeceando, además al lado siempre está ‘el Tigre’ y atrás viene Davinson; si no es uno es otro y si no, es el otro. Entrando al segundo tiempo contra Senegal, le dije a Falcao que la íbamos a meter de cabeza”; dicho y hecho, de un tiro de esquina, el mismo que han practicado por horas llegó el gol de la clasificación.

Al partido contra Senegal llegamos moribundos, terceros del grupo, dependiendo de Polonia, pero con la esperanza y la fe de los 50 millones de colombianos.  Tras el partido terminamos primeros en el grupo y lo mejor, vamos a jugar en Moscú, “nos va a tocar vernos antes en Moscú” me dice Quintero; asuman ustedes lo que dice y hagan sus propias conjeturas. Yo no me atrevo a decirlo, pero la mentalidad está más fuerte que nunca.

Estamos en Octavos.