¿Y el técnico, para cuándo? | El Nuevo Siglo
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Domingo, 9 de Septiembre de 2018
Alejandro Munévar*
Les salió todo mal, porque los que más querían sacar a Pekerman eran los que andaban haciendo campaña por Osorio

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*Especial para El Nuevo Siglo

El primer partido tras el fin de la era Pekerman fue una victoria que dejó más dudas que certezas. Es evidente que cuando se gana es más fácil corregir los errores que se cometen dentro del campo, pero no los que se cometen en las oficinas de los directivos.

Haber encargado a Arturo Reyes como técnico de la Selección no es sino un paño de agua tibia, un bálsamo para intentar calmar lo que realmente está sucediendo. El hecho de no tener un técnico demuestra, entre otras cosas, la falta de organización que hay en este momento en la Federación. Entendible, pues ahora mismo deben estar más preocupados por salvar su pellejo de las autoridades por el escándalo de la reventa de boletas.

Pero como se supone que la pelota no se debe manchar por lo que pase fuera del campo, hablemos de lo que pasó en el terreno de juego. Colombia se enfrentó ante un equipo venezolano con hambre de gloria, muestra de ello fueron los primeros 15 minutos del encuentro, donde llegó el primer y único tanto Patriota, un error infantil de la defensa nacional que definitivamente no estuvo atenta. Luego el trasegar del partido no fue sino una muestra del coraje y amor propio de los jugadores colombianos que viendo el marcador en contra intentaron por todos los medios revertirlo, la mano del técnico no se vio en ningún momento, fue netamente mérito de los seleccionados el remar de atrás hacia adelante.

Juan Fernando Quintero estuvo impecable, de sus pies nacieron las opciones más claras para el combinado nacional, es superlativo el nivel de Quintero, ni hablar de Falcao García, el capitán que una vez más se echó el equipo al hombro en lo anímico y en lo deportivo, siendo el primer defensa, corriendo cada pelota, sacrificándose y por supuesto haciendo lo que mejor sabe, goles. El empate llegó tras un pase de Carlos Bacca, que recibió el capitán, quien eludiendo a un defensor convirtió ante un Wuilker Faríñez que con Venezuela se convierte en otro jugador, muy distinto al que juega en Millonarios, la diferencia que hace jugar con el respaldo de sus compañeros, los defensas. La ventaja colombiana llegó sobre el final del partido, gol obra de Yimmi Chara. En definitiva, de no haber sido por la enjundia y el compromiso de los jugadores con su país, Venezuela hubiera podido fácilmente humillarnos, porque el técnico en definitiva no mostró nada, cosa que preocupa de cara al futuro cercano de la selección Sub 20.

Eso sí, hay que dejar claro que aun si se hubiera perdido, que es uno de los posibles escenarios cuando se juega, no hubiera sido culpa del técnico, ni de los jugadores, quizá algo hubiera tenido que ver el azar, pero en definitiva los verdaderos culpables hubieran sido los directivos, que al día de hoy tras más de un mes de haber finalizado el mundial no tienen claro quién debe ser la cabeza de la selección Colombia. Están sentados sobre los laureles, mientras los demás equipos se arman hasta los dientes pensando en el Mundial Catar 2022, empiezan a gestionar proyectos a largo plazo, empoderando técnicos capaces y con experiencia, mientras que acá en vez de estar haciendo eso, los directivos se dedicaron a filtrar supuestas informaciones a la prensa buscando desestabilizar a Pekerman, generando mal ambiente para propiciar su salida.

Les salió todo mal, porque los que más querían sacar al técnico eran los que andaban haciendo campaña para que Juan Carlos Osorio llegara a la dirección técnica de la tricolor, pero este se fue para Paraguay, quisieron mostrar a Pekerman como el culpable, exponerlo ante la sociedad entera como un villano y resulta que se fue en medio del agradecimiento, los aplausos y las lágrimas de millones de colombianos que no fueron tan ciegos como para no ver lo que José Néstor genero a través del fútbol en nuestro país, hasta Iván Duque, presidente de la Nación, el mismo que se la pasaba haciendo cabecitas con un balón y tocando guitarra hasta hace muy poco en campaña, tuvo la hidalguía de llamar al profesor argentino a agradecerle, seguramente en un acto demagógico, pero al fin y al cabo lo hizo.

Nada que hacer, nuestro fútbol, nuestro equipo, porque al fin y al cabo la Selección no es de la Federación sino de todos nosotros, desgraciadamente está en manos de algunos que de fútbol saben poco y al parecer de códigos humanos menos, ahora hay que esperar el próximo partido ante Argentina, lo único que podemos hacer todos es apoyar, esperar lo mejor para nuestros jugadores y luego sentarnos a ver con qué salen los directivos.

Un tema final, pareciera que con el poder del señor Cesar Pastrana, nuevo miembro de la Federación, empezará a sentirse esa “triquiñuela” de sacar un comunicado a la opinión pública en donde se respaldaba a Pekerman. No fue más que otra jugada del expresidente de Santa Fe que ya había realizado en su club, cuando se valía de sus amigos en los medios y las redes sociales para decir que apoyaba firmemente por ejemplo al técnico Gustavo Costas, mientras por detrás fraguaba todo un plan para sacarlo del equipo.