Ecuador planteó al Vaticano reducir drásticamente el aforo de la misa campal que oficiará el papa Francisco en la ciudad de Guayaquil el 6 de julio, ante la falta de condiciones de seguridad del terreno.
La secretaria (ministra) de Gestión de Riesgos, María del Pilar Cornejo, señaló que el santuario elegido por el sumo pontífice, en las afueras de Guayaquil, solamente puede acoger a 11.000 personas de forma segura, muy lejos de los 1,2 millones de fieles que se prevé asistan a la misa.
"Indicamos que nosotros como Estado no podíamos garantizar la integridad física de 1,2 millones de personas", recordó la funcionaria durante un recorrido por el sitio con enviados del Vaticano y el canciller Ricardo Patiño.
El papa Francisco visitará Ecuador entre el 5 y 8 de julio, y oficiará dos misas a cielo abierto, una en Guayaquil (suroeste) y otra en Quito.
Apoyado en un estudio técnico, el gobierno informó la semana pasada que el Santuario de la Divina Misericordia, y su zona aledaña, no están en condiciones de recibir al más de millón de fieles que se esperan, incluso advirtió sobre el riesgo de una avalancha humana.
En ese sentido, Patiño dijo que ya "se ha hecho la consulta" al papa para celebrar una misa con un aforo mucho más reducido, y que la mayoría de fieles se reúnan en un parque de 851 hectáreas, en Guayaquil, donde podrán asistir al acto a través de pantallas gigantes.
Asimismo, se ha planteado que "el santo padre haga un recorrido (por el parque) y puedan saludarlo directamente", comentó Patiño.
Ni la Conferencia Episcopal Ecuatoriana ni el Vaticano se han pronunciado sobre la propuesta de modificar la agenda de actividades del papa Francisco.
Tras su visita a Ecuador, el máximo líder católico irá a Bolivia y Paraguay en su primera gira a los países de lengua hispana, que concluirá el 12 de julio/AFP.