Economía a un ritmo moderado | El Nuevo Siglo
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Domingo, 4 de Febrero de 2018
Redacción Economía

Pasado ya un mes de 2018 los analistas han comenzado a realizar ajustes a las previsiones sobre el comportamiento de la economía del país, luego de conocidos algunos de los indicadores como la tasa de inflación o la de desempleo.

Tal es el caso de Bancolombia que dio a conocer una actualización de las proyecciones para 2018 realizaras por su Departamento de Investigaciones Económicas.

El director de este grupo de estudio, Juan Pablo Espinosa, dijo al cierre de enero ya se tiene un panorama más completo de lo que pueda ser este año en materia económica para el país.

 

Crecimiento económico

El crecimiento se acelerará de un estimado de 1,6% en 2017 a 2,5% en 2018. La economía apuró su ritmo de crecimiento en el tercer trimestre de 2017.

En este periodo el PIB se expandió a un ritmo de 2% anual, superior en 80 puntos básicos al registro tanto del segundo trimestre.

El consumo de los hogares y la inversión evidencian cierto rezago. Estos rubros no mostraron una aceleración clara en los primeros nueve meses de 2017.

Dicho comportamiento obedece a la baja confianza de hogares y empresarios, junto con las alzas en la carga impositiva y el efecto rezagado del ciclo contractivo de política monetaria. Además, los altos niveles de tasa de cambio habrían afectado la demanda de bienes importados de capital y de consumo.

Los indicadores líderes sugieren que la recuperación continuará a ritmo moderado. De un lado, algunos factores como la recuperación en la confianza de consumidores y empresarios, las importaciones para la industria, las ventas minoristas y la demanda de energía sugieren que la fase de mayor debilidad en materia de crecimiento ya quedó atrás.

No obstante, persisten señales que alertan sobre las presiones a las que podría enfrentarse el ciclo de recuperación, tales como los continuos deterioros del mercado laboral, la debilidad en la producción industrial y la baja dinámica de la cartera de créditos.

Es de esperar que estos riesgos se disipen conforme avance el año, de modo que la reactivación económica tome mayor fuerza.

Para Espinosa la actividad productiva ganará tracción en 2018. En concreto, el periodo de mayor dinamismo sería el último trimestre, periodo en que el crecimiento rondaría el 2,9% anual y el 1,1% trimestral.

El panorama sería más favorable en el segundo semestre, pues a medida que transcurra el año la demanda agregada se recuperará gracias al efecto de los catalizadores de crecimiento que ya se han empezado a materializar.

Eso será particularmente evidente durante los últimos dos trimestres, una vez se haya superado la incertidumbre asociada al ciclo electoral.

Además, el comercio y la percepción de los consumidores recibirían un impulso adicional a mitad de año por cuenta de la celebración del mundial de fútbol.

 

Inversión

El reporte de la entidad financiera plantea que la inversión recuperará dinamismo en 2018. Para el analista la depreciación cambiaria de los últimos años y la baja confianza de los empresarios han explicado el bajo ritmo de la inversión desde 2015.

Esto habría creado un rezago en la capacidad instalada de los sectores productivos. De cara a 2018, las condiciones más favorables de tasa de cambio, tasas de interés, expectativas de los empresarios y desempeño de la actividad económica, conducirían a la ejecución de planes de inversión postergados.

Lo anterior se reflejaría en una aceleración de la inversión desde 0,7% en 2017 a 3,5% en 2018.

El consumo público se tornará menos dinámico. La proyección señala que este rubro habría liderado el crecimiento de la demanda en Colombia en 2017 con una expansión de 3,4%.

Para 2018 se espera una desaceleración moderada hasta 3%, asociada principalmente a la Ley de Garantías durante el primer semestre y a las restricciones sobre el gasto alineadas con el cumplimiento de la Regla Fiscal.

El consumo de los hogares se reactivará y la variación anual en el gasto de las familias se acelerará de 1,6% en 2017 a 2,6% en 2018, gracias a la disipación de los efectos negativos del aumento del IVA en la reforma tributaria, la reducción en las tasas de interés, la moderación en la inflación, la recuperación de la confianza de los consumidores, el impulso que daría el torneo mundial de futbol y los niveles más favorables de tasa de cambio para la compra de bienes importados. No obstante, el potencial de recuperación del consumo privado estaría limitado por las continuas alzas en el desempleo y el incremento en la carga financiera y tributaria de los hogares.

Las exportaciones netas restarán al crecimiento del PIB en 2018. Esto se debe a que en las cuentas nacionales la variación del componente de importaciones pasaría de 0,3% en 2017 a 0,5% en 2018 como resultado de un mayor dinamismo de la demanda interna. Por su parte, las exportaciones pasarían de contraerse 0,5% en 2017 a crecer 0,9% en 2018.

 

Sectores

La agricultura mantendría su dinamismo. Este sector habría crecido 5,6% en 2017 y en 2018 evidenciaría una leve desaceleración hasta 4,5%.

Esto se traduciría en el segundo año consecutivo en el que la actividad agropecuaria lideraría el crecimiento, favorecida por la dinámica de la demanda externa y ganancias en productividad en algunos cultivos.

El comercio pasaría de crecer 0,7% en 2017 a expandirse 2,3% en 2018, impulsado por la reactivación del consumo de los hogares en un contexto de menores tasas de interés, menor inflación y mayor confianza.

En el caso de la industria, la recuperación tendría soporte en la reactivación del consumo privado y de la demanda externa derivada del buen momento del crecimiento global, factores que llevarían a que este sector creciera 1,4% en 2018, luego de contraerse 0,9% el año previo.

La construcción retornaría a terreno positivo impulsada por las obras civiles. que avanzarían 3,5% anual de la mano de un mayor dinamismo de los proyectos 4G y la entrada en fase de ejecución de obras en los entes territoriales.

La minería se vería favorecida por el buen momento de crecimiento global. Esto impactaría positivamente tanto los precios de las materias primas como la demanda externa, lo que impulsaría subsectores como la extracción de crudo y carbón. Además, la baja base de comparación, a raíz del débil desempeño del sector en los últimos años, llevarían a que la minería creciera 0,5% en 2018.