UN GRUPO de académicos e intelectuales, propuso al Gobierno y al sector privado, una hoja de ruta de 7 puntos para reactivar la economía y cuidar el empleo.
Esta iniciativa, liderada por el exministro de Hacienda, José Manuel Restrepo y actual rector de la Universidad EIA, el exministro de Comercio, Jorge Humberto Botero, señalan que “la economía colombiana necesita recuperar el dinamismo perdido en el último año y evitar que esta tendencia continúe en 2024. El crecimiento registrado en 2023 fue insuficiente”.
Entre los argumentos, que también están respaldados por Hernando Zuleta, decano de la facultad de Economía de la Universidad de los Andes, Andrés García-Suaza, decano de la facultad de Economía de la Universidad del Rosario, César Tamayo, decano de la Escuela de Finanzas, Economía y Gobierno, Universidad EAFIT, Jesús Alonso Botero García, director Área de Mercados y Estrategia Financiera, Universidad EAFIT, Jair Albeiro Osorio Agudelo, decano Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, Diego Restrepo Tobón, decano Escuela de Economía y Ciencias Administrativas, Universidad EIA y Saúl Pineda Hoyos, director Centro de Pensamiento, Universidad EIA, están “la estrepitosa y persistente caída de la inversión observada en el último año, aleja la economía de su crecimiento potencial estimado entre 3 % y 3,5 %”.
Los 7 puntos de la propuesta son
- Reactivar la inversión privada
Es necesario reactivar la inversión privada como gran motor de crecimiento y recaudo fiscal. Exhortamos, por lo tanto, a fomentar la colaboración entre el sector público y el privado como factor clave de la reactivación. Es urgente moderar el lenguaje y la narrativa gubernamental que fustigan la actividad empresarial al tiempo que es necesario evitar los mensajes que generan división, polarización e incertidumbre. Y, por encima de todo, respetar las reglas de juego democrático. Es preciso, además, abandonar los cambios en las reglas de juego por medio de decretos regresivos para la inversión privada, especialmente en sectores clave como el minero-energético, la salud, la infraestructura, la vivienda y la educación. Por último, se debe incentivar la inversión extranjera directa en sectores estratégicos como las energías renovables no convencionales, la agroindustria y el turismo. La inversión pública debe ser complementaria de la inversión privada y de ninguna manera sustituta. En esta perspectiva, el papel de Ecopetrol podría ser decisivo en la reactivación a través de la promoción de nuevas inversiones en exploración y producción de gas y petróleo, que resultarían decisivas en el crecimiento de las exportaciones y la financiación de la transición energética.
- Plan de choque para el cuidado del empleo
La creación de empleo es esencial para la reactivación económica, ya que incrementa el consumo y contribuye a la estabilidad social. Es posible impulsar, con el liderazgo del Gobierno nacional, un plan ambicioso de generación de empleo con enfoque diferencial y territorial, enfatizando sectores de alto encadenamiento productivo. Este programa debe unir al sector público y privado hacia la generación de un millón de empleos, con énfasis en primer empleo, empleo joven, mujeres y madres cabeza de familia, en población migrante y en el apoyo a los sectores de la economía popular que presentan alto potencial de formalización y aporte directo a la reactivación. Las políticas financieras juegan un papel crucial en la reactivación económica.
- Estímulo a la construcción de vivienda
El sector de la construcción de vivienda es crucial para la reactivación económica por su capacidad de generar empleo y dinamizar diversas industrias. De igual manera, el acceso a la vivienda digna es un derecho constitucional del cual no gozan muchos hogares colombianos y su provisión ayuda a reducir la pobreza multidimensional. Para reactivar este sector se deben mejorar los programas de subsidios de vivienda, de acuerdo con los nuevos enfoques del Gobierno, simplificar los trámites para iniciar proyectos y ampliar los subsidios para vivienda VIS e incluso para la vivienda no VIS.
- Mejorar y acelerar la ejecución presupuestal
Ante el notable deterioro del recaudo tributario y la baja ejecución presupuestal, es fundamental incrementar la eficiencia en la ejecución del Presupuesto General de la Nación, disminuyendo el gasto de funcionamiento y ejecutando responsablemente el presupuesto de inversión en sectores clave para la generación de empleo.
- Destrabar y acelerar las inversiones en infraestructura
La inversión en infraestructura es esencial para la reactivación económica y la protección del empleo. Cada peso invertido en este sector puede multiplicarse entre 2 y 3 veces en el valor agregado de la economía, al tiempo que impacta la productividad total de los factores de manera transversal. El desafío es acelerar los proyectos de infraestructura, tanto públicos como privados, especialmente los programas de vías 4G y 5G. Para lograrlo, hay que destrabar y agilizar proyectos que están paralizados por licencias ambientales, consultas previas y la creciente incertidumbre respecto a la seguridad jurídica.
- Acelerar reindustrialización y promoción de exportaciones
Las tres políticas en marcha, de reindustrialización, de turismo y de comercio exterior contemplan acciones para estimular la reactivación a través de esfuerzos conjuntos entre los sectores público y privado. Son claramente asuntos de la “agenda convergente”. El escalamiento de los programas de extensionismo tecnológico, representado por Fábricas de Productividad, así como el estímulo al turismo sostenible deberían profundizarse en esta coyuntura. En esta misma dirección debería avanzar una estrategia de choque para la promoción de las exportaciones no minero energéticas, con metas específicas en los TLC con mayor potencial, así como la concreción de la Ventanilla Única de Inversión (VUI).
- Repensar las reformas estructurales
Hoy resulta crucial asegurar los consensos necesarios que permitan que las reformas en marcha se aprueben exitosamente en el trámite legislativo. Utilizar la vía de los decretos para imponer las reformas propuestas por el Gobierno desestabiliza y debilita las instituciones. Es fundamental repensar estas reformas para evitar consecuencias no intencionadas. La reforma laboral, tal como se está planteando, podría aumentar el desempleo y desincentivar la creación de empresas. La reforma pensional, que continúa su trámite de aprobación en el congreso, no debería avanzar sin que se garantice su sostenibilidad financiera. La reforma educativa debe enfocarse en mejorar la calidad de la enseñanza y preservar el sistema mixto de gestión, para garantizar el acceso equitativo a todos los estudiantes. Por su parte, la reforma de salud debería claramente orientarse en otra dirección, distinta a la que avanza hoy por iniciativa del gobierno y que amenaza gravemente el colapso del sistema.