Para dejar atrás el ciclo de bajo crecimiento, la región debe aprovechar este "momento clave" y "atraer las inversiones necesarias para el desarrollo sostenible, fomentar la innovación, construir capital humano, crear más y mejores empleos", afirma Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del BM para la región, citado en un comunicado.
América Latina y el Caribe "está cerca de ganar la batalla contra la inflación y dar vuelta a la página de los problemas macroeconómicos causados por la pandemia", se lee en el informe publicado este miércoles.
Brasil y Perú están bien encaminados para cumplir sus objetivos de inflación en 2024, y se espera que otras economías importantes sigan sus pasos.
"En agosto, América Latina se situó en el 4,2% anualizado (de inflación), por debajo de la previsión del 4,4 de julio y (...) ha superado a la OCDE, y eso se debe a las rápidas Medidas adoptadas tempranamente por Brasil, Chile, México, que reflejan lo que yo consideraría una mayor profesionalización de los bancos centrales”, explicó Maloney.
Pero "los costes de la energía y los alimentos siguen siendo altos", puntualizó.
Inseguridad alimentaria y obesidad
La pobreza está por debajo de los niveles de 2019 y la desigualdad se ha reducido ligeramente, "no de forma considerable, pero sí en la dirección correcta", apunta Maloney.
Para el BM la pobreza tiene "una nueva dimensión" que hay que vigilar: la inseguridad alimentaria y la obesidad.
Los niveles de obesidad son "bastante altos en la región" y el costo a largo plazo "es de alrededor del 5% del PIB", señala Maloney, en alusión a un problema que se explica por la mala alimentación.
El informe subraya asimismo los desafíos persistentes como corregir los desequilibrios fiscales y reducir la deuda.
La relación deuda-PIB subió al 62,8% en 2024 en la región, en comparación con el 59,1% en 2019, y el elevado endeudamiento y los servicios de deuda siguen impidiendo crear el espacio fiscal necesario para el gasto público.
La inversión extranjera directa (IED) está en niveles inferiores a los de hace 13 años.
Pese a tener salarios competitivos en comparación con países como China, "los altos costos del capital, los débiles sistemas educativos, la energía e infraestructura deficientes y la inestabilidad social reducen el atractivo de la región", afirma la organización.
De modo que América Latina podría estar perdiendo el tren del nearshoring (deslocalización de servicios a una zona cercana a los mercados de consumo) y el friendshoring (abastecerse en países ideológicamente afines).
En 2022 hubo un gran salto en este apartado debido sobre todo a la inversión en Brasil, pero después se ha estabilizado y no se ha visto un aumento importante de nearshoring en 2023, afirmó Maloney.