LA SALIDA de personal calificado es una situación que actualmente se acelera en la región y Centroamérica, el Caribe y países como Venezuela están sufriendo por la falta de talento lo que podría tener repercusiones en la competitividad sectores como la producción de alimentos y la agroindustria. Otros, como Brasil, México, sufren por cubrir vacantes de alto nivel en campos como la investigación, alertó a Bloomberg la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ya en el caso venezolano, la situación es crítica por cuenta de la diáspora generada por la crisis económica y social, la cual expulsó a más de 7,7 millones de ciudadanos, de los cuales, al menos 2,8 millones están en Colombia, país que ocupa el octavo lugar en el Índice de Competitividad del Talento 2023.
El salario y el crecimiento profesional son algunas de las razones principales por las que los trabajadores llegan a Colombia; no obstante, en competitividad empresarial, el país no ocupa una buena posición.
Frente a este panorama, EL NUEVO SIGLO habló con Ana Fernanda Maiguashca, presidenta del Consejo Privado de Competitividad (CPC), para saber cómo está Colombia frente a otros países en este índice.
Según explicó la ejecutiva, actualmente con lo que miden a los países es un índice producido por una institución que se denomina el IMD, este mide diferentes categorías en una muestra total de 67 países. En esta última medición, Colombia subió un puesto con respecto al año pasado –estábamos en el puesto 58 y hoy en día estamos en el puesto 57‒; sin embargo, para Maiguashca, hay aspectos en los cuales siguen las preocupaciones, algunas nuevas y otras estructurales.
“Algunas de las preocupaciones estructurales son la educación y el empleo. En educación estamos ocupando el puesto 60 y eso genera preocupación porque esa es nuestra apuesta de competitividad futura, como estamos entrenando nuestro capital humano; en economía doméstica donde normalmente estábamos en el puesto 32, caímos sustancialmente hablando de algunas vulnerabilidades macro que habíamos logrado conmutar en el pasado y hoy por lo menos se abren como con un signo de interrogación; en eficiencia del gobierno también pasamos del puesto 61 al 64 ocupando uno de los últimos puestos del ranking y en empleo también estamos en el puesto 60”, afirmó la presidenta del CPC.
Asimismo, añadió que, dentro de los cambios que ven desde la entidad, hay cosas positivas, “aumentamos en infraestructura, en algunos de los pilares de eficiencia de los negocios, pero en estos tres aspectos economía doméstica ‒que incluye el aspecto de empleo‒, pues nos vemos mal dentro de ese ranking y lo mismo sucede en educación, todos esos aspectos que son fundamentales para la construcción de nuestra capacidad productiva de largo plazo”.
LatAm: volverse atractiva para el talento
Para que la migración sea una elección y no una obligación, la OIT insta a los gobiernos a facilitar el retorno de los talentos que migraron, pero para ello se requiere avanzar en que las calificaciones, los títulos y las competencias no profesionales que se han adquiridos en el extranjero sean reconocidas y certificadas en los países de origen.
Latinoamérica también requiere que los programas de capacitación, entrenamiento y fortalecimiento de la mano de obra y el talento local vayan más allá de la formación académica tradicional e incluyen también las competencias blandas que son necesarias en el mercado laboral, entre otros aspectos que fueron recogidos en la ‘Estrategia regional de migración laboral y movilidad humana en américa latina y el caribe 2023 - 2030’ de la OIT.
Además, se considera una prioridad implementar un enfoque de género en las políticas de empleo y migratorias, teniendo en cuenta que en el caso de Venezuela la mayor contribución a la migración de personas exactamente calificadas es de las mujeres.