Baja inflación abre la puerta a que Emisor rebaje más los intereses | El Nuevo Siglo
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Lunes, 6 de Abril de 2020
Redacción Economía

El resultado de la inflación en marzo  de 0,57% abrió la posibilidad a que el Banco de la República baje más las tasas de interés para suministrar mayor liquidez a los mercados financieros. En su última reunión del 27 de marzo, el Emisor ya bajó la tasa de intervención de 4,25% a 3,75%.

Esta tasa de intervención es la que cobra el Banco central al sistema financiero y que este a su vez traslada a los usuarios.

De acuerdo con los investigadores del Bancolombia,  “las presiones al alza en el corto plazo de la inflación serán de carácter transitorio, toda vez que están concentradas en la partida de alimentos. Así, mientras las expectativas de inflación incorporen este elemento y permanezcan dentro de los parámetros objetivo del Emisor, no debería haber preocupación alguna para atajar dichas presiones”.

Señalan los economistas que “este último reporte sugiere que es necesario un choque mucho más contundente para que la inflación desborde el límite superior del rango meta del Emisor (4%). Por ello, la Junta Directiva podrá seguir reduciendo la tasa de política monetaria, tal como lo demanda esta coyuntura, para aliviar la carga financiera de hogares y empresas en el corto plazo y sentar las bases para la recuperación subsecuente”

El Dane reportó que en marzo el IPC presentó una variación mensual de 0,57%. Tal como estaba anticipado, el alza más importante estuvo en el precio de los alimentos (2,2%), que estaría explicada, en parte, por la respuesta de la demanda ante las medidas de distanciamiento obligatorio implementadas hacia finales del mes.

 

Arriendos y servicios

El segundo rubro con mayor contribución al resultado fue el de vivienda (0,55% mensual), jalonado por los arriendos y servicios públicos. De esta manera, la inflación anual se aceleró y se ubicó en 3,86%. Entre tanto, las métricas de inflación básica se situaron en 3,19% y 3,04%. Sin duda, la evolución de la inflación en el corto plazo seguirá condicionada por un grado elevado de incertidumbre, por cuenta nuevamente de fuerzas encontradas.

Sin embargo, estos impulsos podrían ser mitigados por las medidas que se han implementado para aliviar la carga económica de los hogares en esta coyuntura. Dentro de estas, se destaca el congelamiento del incremento en las tarifas de arriendo y servicios públicos, que tienen un peso considerable dentro del IPC. También, sobresale el esfuerzo adicional en la supervisión de los precios de bienes de primera necesidad por parte del DANE y la Superintendencia de Industria y Comercio instauradas con el objetivo de prevenir la especulación y la usura en estos artículos. Finalmente, persiste la posibilidad de que el ajuste en el precio de la gasolina continúe reduciendo el IPC de los regulados.

 

Las presiones

“Ahora bien, consideramos que a lo largo del año predominaran las presiones bajistas sobre la formación de los precios. Tal como se observó en el resultado de marzo, los servicios directamente afectados por las medidas de distanciamiento social vieron dificultades, ante una demanda restringida, de elevar sus precios”, señalan los analistas.

Pero además, indican los investigadores que esta situación “prevalecerá en adelante: que los efectos en el crecimiento económico (y en consecuencia la brecha del producto) y el desempleo debido a la coyuntura del Covid-19 y el desplome de los precios del petróleo, se traducirán en presiones negativas de la demanda y, por lo tanto, conducirán a que la inflación descienda frente a los niveles actuales, retando así nuestra proyección base de 3,4% para cierre del año. Esto quiere decir, además, que esta fuerza, a nuestro juicio, superaría el impulso que pueda provenir en los costos por la depreciación del tipo de cambio”.

Otro elemento que se suma es que el ajuste en la tarifa de los arriendos (cuyo congelamiento sería más evidente en abril) y el de los servicios públicos, en particular energía y agua, estuvieron detrás de esta lectura. El resto de la canasta del IPC explicó apenas el 10% restante de la variación total. Las disminuciones más significativas estuvieron en los combustibles (-2,71%), por la caída en el precio del petróleo, y en los servicios de recreación (-2,43%), directamente impactados por las medidas de distanciamiento social”.

Por otra parte, los artículos de salud e higiene posiblemente más demandados por los hogares para evitar el contagio (que están dentro del IPC) no presentaron variaciones sustanciales.

Asimismo, se debe tener en cuenta que la inflación anual de la canasta básica de los colombianos ascendió a 6%, nivel que no visitaba desde principios de 2017, y por ello esta fue la partida que explicó la totalidad de la aceleración de la inflación total en marzo.