Bajar tributo empresarial es tendencia global | El Nuevo Siglo
Foto El Nuevo Siglo - Oscar Martínez
Jueves, 8 de Marzo de 2018
Redacción Economía
Para mejorar la competitividad empresarial varios países han reducido los tributos. Los más avanzados aplican esta fórmula con relativo éxito. En América Latina se han dado algunos pasos y Colombia tiene en la agenda presidencial este tema

_________

Las naciones más industrializadas y desarrolladas siempre están en constante preocupación por tener las cargas impositivas bajas con el fin de no perjudicar su productividad y competitividad. Con estas decisiones la inversión aumenta, pero también se cuestiona que la medida perjudica las arcas fiscales y por ende, afecta a las políticas sociales de cada país. En este sentido, Colombia no es la excepción y ahora el tema de los impuestos ha salido a flote con la campaña presidencial.

Desde las distintas campañas se habla de bajar los impuestos que pagan los colombianos, tanto personas naturales como empresas en busca de una mayor eficiencia tributaria y para aliviar la difícil situación que viven las empresas por el alto costo que representa la carga impositiva frente a otros países.

En campaña

El candidato Germán Vargas Lleras sobre el tema, ha dicho que de llegar a la Presidencia, prepara una reforma tributaria en la cual se reducirá la tributación de los negocios hasta alcanzar la tasa del 30%, que permita hacer competitivos a los empresarios.

Por su parte Iván Duque, del Centro Democrático, sostiene que “cuanto más impuestos se les cargan a las empresas, menos recursos les queda para invertir, generar empleos formales y dar mejores salarios a los trabajadores”. Dijo que la última reforma tributaria del Gobierno Santos ha tenido graves consecuencias para los colombianos: “afectó el bolsillo de la clase media, los ingresos de los más vulnerables, la inversión y la competitividad e incentivó por otro lado el contrabando y la informalidad”.

El candidato de Colombia Humana, Gustavo Petro, ha señalado que de ser Presidente, presentará una reforma tributaria que grave con impuesto a tierra improductiva, tasa carbón a importación, fin a las exenciones y menor imporrenta de industria entre otros puntos.

La reforma tributaria

El exministro de Estado, Guillermo Perry Rubio, en Carta Financiera de la publicación de ANIF, planteó que la reforma tributaria aprobada en 2016 y que entró en vigencia en 2017, tomó en cuenta recomendaciones realizadas por la Comisión de Expertos que fue nombrada por el Gobierno para ese propósito.

Explica en su informe, que dentro de las recomendaciones se destacan la eliminación del Impuesto al Patrimonio de las empresas, que desestimulaba considerablemente la inversión y capitalización de las mismas.

La reducción de la tasa nominal a la renta de las empresas, la cual con la reforma de 2014 ascendería a cerca del 43% (al sumar la del Impuesto de Renta, el CREE y la sobretasa), muy superior a las tasas de otros países, con los cuales la inversión en Colombia compite por flujos de inversión extranjera y de residentes colombianos.

La tendencia

Según “Valora, estrategias para tu futuro”, esta situación ya se ha transformado en tendencia e incluso, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), informó que se está intensificando la competencia en el impuesto a las empresas como respuesta a la baja inversión.

Esta modalidad comenzó a replicarse en el mundo, luego de que el gobierno de Donald Trump pasara de un impuesto de 39% para las corporaciones -el más alto de los miembros de la OCDE-, a uno de 21%, quedando por debajo del promedio de 25% del mismo organismo.

A pesar de que el presidente de EU no goza de la mejor popularidad a nivel mundial, su manejo en esta materia ha sido ejemplo a imitar en otros países de la organización.   Por ejemplo, Francia propuso en el presupuesto 2018, reducciones de impuestos a empresas y particulares por 7 mil millones de euros a través de medidas fiscales.

Bélgica promulgó la ley que rebaja la tasa corporativa desde el 33% actual a 29% en 2018 y 25% en 2020.

Reino Unido ya había iniciado este proceso antes que EU, pero sin revuelo mediático, y ha recortado desde la última década desde una tasas de 30% hasta el 19% y para el final de la década debería estar en 17%.

Dinamarca también espera volverse más competitivo y atractivo para los inversionistas copiando un modelo de reducción de impuestos que se ha instaurado en Suecia y Noruega.

Para los analistas la medida genera desarrollo corporativo, lo que significa que se crean más puestos de trabajo e impulsa a la empresa. Por otra parte la baja de impuesto a las personas, habla de devolver poder al contribuyente, para que tenga mayor capacidad económica, mayor grado de decisión frente al Estado desde el punto de vida del poder económico.

En América Latina se han dado algunas gestiones en ese sentido. Por ejemplo, Argentina dio un paso considerable al aprobar la baja gradual del impuesto a las empresas desde el 35% al 25%. Dicho recorte sólo se aplicará a las compañías que reinviertan sus beneficios.

Brasil, aún mantiene una tasa promedio de impuesto corporativo de 34%, y actualmente se encuentra discutiendo sobre si sumarse a esta modalidad.

El IVA

En Colombia el descuento por IVA pagado en la adquisición de bienes de capital sobre un periodo de cinco años o la vida útil de dichos bienes, que conducía a que un impuesto al consumo, como debería ser el IVA, terminara gravando la inversión de muchas empresas.

Las dos primeras recomendaciones fueron adoptadas. La tercera se sustituyó por una deducción de ese IVA en el Impuesto  de Renta, que equivale solo a cerca de la tercera parte del efecto que se hubiera obtenido con la propuesta de la Comisión. Debe observarse, sin embargo, que la Comisión había sido explícita en que, en razón de su alto costo fiscal, el descuento pleno solo podría otorgarse si se ponían en práctica todas las recomendaciones que incrementaban el recaudo.

Por tanto, se avanzó de manera importante, aunque no suficiente, con respecto a la reducción de gravámenes excesivos a la inversión. Pero muy poco en materia de reducción de distorsiones originadas en el régimen tributario, que disminuyen la eficiencia y la productividad de nuestra economía.

Ello se debe, en primer lugar, al hecho de que la Ley, en contra de las recomendaciones de la Comisión, mantuvo una gran parte de los privilegios existentes a favor de empresas o sectores específicos (o formas de ingreso, como las ganancias de capital) en nuestro sistema tributario. Esos privilegios socavan la competencia económica y conducen a una asignación ineficiente de recursos y a un bajo crecimiento de la productividad, como acaba de demostrarlo el informe sobre productividad elaborado por el Consejo Privado de Competitividad y la Universidad de los Andes.