Colombia, de los países con intereses más altos en A. Latina | El Nuevo Siglo
Captura de pantalla- Banco de la República
Viernes, 16 de Diciembre de 2022
Redacción Web

Tal como lo había anticipado EL NUEVO SIGLO, la Junta Directiva del Banco de la República decidió por mayoría incrementar en 100 puntos básicos (pb) la tasa de interés de política monetaria, llevándola a 12,0%.

En su discusión de política, la Junta Directiva tuvo en cuenta varios elementos. Lo primero es que en noviembre la inflación anual mantuvo una tendencia creciente, superior a la esperada. La inflación total se situó en 12,5% y la inflación básica (sin alimentos ni regulados) alcanzó 8,8%. Cabe recordar que el Banco tiene como meta del IPC el 3%.

Por otro lado, el Banco Central tuvo en cuenta que el déficit de la cuenta corriente como proporción del PIB en el tercer trimestre de 2022 alcanzó un nivel históricamente alto de 7,2%. Si bien las condiciones financieras internacionales para Colombia han mejorado recientemente, se mantienen apretadas a nivel global, en un contexto en el cual se prevé una desaceleración de la economía mundial.

En segundo lugar, el crecimiento anual del PIB en el tercer trimestre alcanzó 7,1% y superó el pronóstico del equipo técnico (6,4%). A pesar de que en los meses más recientes se observa una desaceleración de la actividad económica, para el año completo se pronostica un crecimiento de 8,0%.

De acuerdo con Jackeline Piraján, economista de Scotiabank Colpatria, esta es “una tasa realmente alta si se compara con el resto de la región e incluso con las economías a nivel global”.

Agregó que esto ha llevado en particular a que el consumo privado se haya expandido de una forma bastante significativa durante este año. “Hemos visto ese reflejo por ejemplo en el crecimiento de la cartera de los créditos de consumo y en este contexto el Banco considera prudente seguir aumentando su tasa de interés”, sostuvo la analista.  

Continuarán las alzas

Según Piraján, esto significa que  vamos a seguir viendo cómo este incremento de las tasas de interés se transmite a las tasas activas de la economía tanto para los préstamos como para los depósitos, y en ese sentido “el mensaje hacia los consumidores sigue siendo preferir instrumentos de ahorro o depósitos remunerados, en lugar de adquirir nuevas deudas. Ya el costo de crédito se está incrementando, vemos que la tasa de usura supera el 40% y las señales del Banco de la República nos sugieren ser un poco más prudentes con esas decisiones de gasto”.

No hay que olvidar que las expectativas de inflación continúan por encima de la meta (3%). En el caso de la encuesta de expectativas del Banco de la República realizada en diciembre, la inflación total sería del 7,5% y la inflación sin alimentos de 7,0% a final de 2023.



Los movimientos

Por su parte David Cubides, director de Investigaciones Económicas de Alianza Valores, le dijo a EL NUEVO SIGLO: “el mercado esperaba un incremento de tasas de interés de 100 puntos básicos como efectivamente se entregó por parte del Banco Central.

Aseguró que las alzas de tasas de interés funcionan para intentar controlar las expectativas del IPC, “ya que realmente la inflación de cortísimo plazo observada no cambia con los movimientos de tasas de interés, es decir, que a través del canal del crédito se empiezan a ajustar las tasas del Banco Central y posteriormente las de toda la economía, con el objetivo de que se entre a una senda de moderación económica y eventualmente también la inflación empiece a retroceder. Pero esto por supuesto toma un tiempo”.

De acuerdo con el analista, se espera que la inflación ceda hasta 2023. “Desde Alianza estamos pronosticando una caída de la inflación del 12,5% al cierre de este año a un 9,4% para el próximo año”.

De otro lado, cabe recordar que hace unos días la Reserva Federal (Fed) de EE.UU. aumentó su tasa de interés al rango entre 4,25% y 4,50%, en línea con lo esperado por el mercado. A la vez se prevé que la tasa de interés llegaría al rango entre 5,0% y 5,25% a inicios de 2023 y se mantendría en ese nivel durante todo el año. Estas decisiones monetarias, de acuerdo con los analistas de mercado, pueden estar enviando señales para que otros bancos, como es el caso de Colombia, continúen con tendencia alcista en sus tasas.  

Sin embargo, se espera que, mediante la decisión adoptada en su sesión de ayer, la Junta Directiva continúe con el proceso de ajuste de la política monetaria en el mediano plazo y esto permita llegar a una inflación de 3%, con un crecimiento económico sostenible.

Señalan los expertos que “más allá del dato total, la principal preocupación para la Junta del Emisor es que el alza de la inflación básica no da tregua. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la inflación es una tendencia en todo el mundo y que bancos centrales han tenido que subir sus tipos con el objetivo de mitigar el IPC.

De acuerdo con Corficolombiana, el desanclaje de las expectativas respecto al objetivo de inflación es más alto en Colombia que en Brasil, Chile, México y Perú. El permanente alto costo de los alimentos y el grupo de energéticos, la depreciación adicional del peso colombiano respecto a otras divisas de la región y la dinámica sobresaliente de la demanda interna están configurando un escenario preocupante de inflación más elevada y persistente frente a los países comparables de Latinoamérica.

Por su parte, algunos funcionarios del Banco de la República han argumentado que los mercados del dólar y las coberturas cambiarias han funcionado correctamente en la coyuntura reciente, por lo que una intervención cambiaria por medio de instrumentos derivados no se ha considerado necesaria.

Sin embargo, la volatilidad y la depreciación del peso colombiano han corregido parcialmente y su nivel frente al dólar aún se encuentra en niveles comparativamente altos frente a otras monedas de la región. “En efecto, si el peso colombiano se hubiera comportado como las demás monedas principales de Latinoamérica, hubiera fluctuado en un rango entre $3.882 y $4.131, en promedio $880 superior a su nivel actual”, sostuvo Corficolombiana.

Medidas insuficientes

Dice Corficolombiana que pese a que se han anunciado medidas para reducir el porcentaje de indexación local, el impacto de estas medidas sería limitado, pues el nuevo indexador de inflación básica cerraría el año entre 9% y 10%. A esto se sumarán presiones por la reciente depreciación de más de 25% anual del peso colombiano, el incremento en los precios de alimentos ultraprocesados por la reforma tributaria, un eventual aumento en los precios de la gasolina y el aún incierto panorama de producción agropecuaria.

En conjunto, estos factores podrían socavar la efectividad de la política monetaria para moderar el aumento de los precios. De esta manera, el incremento persistente en la inflación esperada refleja dudas crecientes sobre la capacidad de la Junta de llevar la inflación al rango meta (2% a 4%). Aunque el aumento en los precios ha sido global e incorpora en buena medida choques relacionados con la oferta, la desviación de la inflación esperada frente al objetivo es una señal inquietante para la credibilidad del Banco Central.

De acuerdo con varios analistas del mercado, el Banco de la República deberá reafirmar una postura monetaria restrictiva hasta que la inflación básica y las expectativas de inflación se corrijan de forma contundente. Vale la pena destacar que esta es la tasa de interés más alta desde diciembre de 1999.