Con el comportamiento del Producto Interno Bruto de -9% en el tercer trimestre de este año, Colombia entró en su segunda recesión económica en 44 años. La primera fue en 1999 cuando el país tuvo que enfrentar la crisis por la Unidad de Poder Adquisitivo Constante (Upac), con el que se establecía el valor de los créditos hipotecarios de los colombianos y con el que muchos perdieron sus viviendas por no poder cumplir con las cuotas. En esa oportunidad, el crecimiento fue de -4,5%.
En efecto, la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo (Fedesarrollo) publicó un análisis sobre los ciclos económicos del país en los últimos 44 años y determinó que Colombia entró en recesión desde marzo de 2020.
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La organización, que actúa como un centro de pensamiento sobre temas económicos y sociales, tomó como base dos conceptos. Por un lado, la definición de recesión de la Oficina Nacional de Investigaciones Económicas de EE. UU. (NBER, por su sigla en inglés), que dice que esta consiste en “una caída significativa de la actividad económica que se extiende por varios meses en todos los sectores de la economía, e impacta especialmente a la producción y el empleo”.
Por otro lado, afirma que los ciclos económicos son las fluctuaciones o variaciones frecuentes de la actividad monetaria en un periodo de tiempo determinado. En promedio, la fase expansiva de los ciclos económicos dura 20 trimestres, mientras que la fase contractiva dura 9 trimestres.
En ese sentido, la entidad identificó seis ciclos económicos entre 1977 y 2020, de los cuales solo catalogó a dos como recesiones económicas: el ciclo entre el segundo trimestre de 1998 y el segundo trimestre de 1999, y el más reciente, que inició en el cuarto trimestre de 2019 y en febrero de 2020 en la medición mensual.
Impacto
Esto quiere decir que el pico más reciente de la actividad económica fue en febrero de 2020.
“Este mes marca el fin de la fase expansiva del ciclo económico que comenzó en junio de 2016 y establece el inicio de una recesión económica a partir del mes de marzo de 2020”, explicó el director ejecutivo de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía.
Según Mejía, la caída de la actividad económica en marzo fue tan amplia y generalizada que la desaceleración debe clasificarse como recesión “sin importar la duración de este nuevo ciclo”.
Fedesarrollo se basó en índices como su Encuesta de Opinión Empresarial, el Índice de producción industrial, indicadores del mercado laboral y el Índice de Seguimiento a la Economía (ISE) para determinar el pico del ciclo económico.
“Siendo el ISE la variable de máximo interés como medida de actividad económica y cuyo pico se observa en esta fecha (febrero de 2020), es posible catalogar entonces este mes como el fin de la expansión económica observada desde 2016 y el inicio de la recesión en 2020”, indica el análisis.
Para determinar el trimestre más reciente del pico de la actividad económica, consideró variables como el PIB en su serie trimestral, cuyo punto más alto fue el del último periodo de 2019.
Crecimiento
La pregunta sobre si Colombia había entrado en recesión o no tomó fuerza el pasado 17 de noviembre, cuando el DANE informó que el PIB cayó 9% en el tercer trimestre de 2020.
Aunque en ese momento el director de la institución, Juan Daniel Oviedo, evitó dar una posición frente al tema, algunos expertos argumentaron que la economía nacional se encontraba en recesión porque completó dos trimestres consecutivos con contracciones, pues así se define este concepto en países como el Reino Unido.
Al respecto, Fedesarrollo apuntó que, si bien la recesión se suele asociar a una contracción económica con una duración importante en términos de meses o trimestres, su análisis contempla “dimensiones adicionales que consideran la naturaleza excepcional del choque causado por la pandemia”.
Estas incluyen la magnitud de la caída en el crecimiento económico, su prevalencia en la mayoría de los sectores productivos y el deterioro “considerable” en las cifras del mercado laboral.
“Ante las características únicas y sin precedentes de esta nueva fase decreciente del ciclo económico, Fedesarrollo designa este episodio como una recesión económica que inicia a partir de marzo de 2020, independientemente de su eventual duración”, concluye.
Reacciones
Según Juan Pablo Zárate, viceministro técnico de Hacienda, la crisis actual va a generar un choque de oferta importante y también va a tener un impacto relevante en el gasto privado. “Lo que vimos fue un buen inicio de año, luego tuvimos unos choques muy fuertes y eso nos llevará a una recesión importante”, aseguró.
Vale decir que de acuerdo con el Marco Fiscal de Mediano Plazo (Mfmp), la economía colombiana presentará su caída más fuerte con -6,8%.
En este sentido, muchos economistas consideran que para que haya una recesión se deben registrar dos trimestres consecutivos en terreno negativo, características que ya cumple el país con -15,8% en el segundo trimestre y de -9% en el tercero.
Según el MFMP publicado en junio por la cartera de Hacienda, “se estima que la máxima contracción se dará en el segundo trimestre de 2020, cuando se tuvieron las medidas de confinamiento más restrictivas, seguida de una recuperación paulatina del nivel productivo conforme se levantan las medidas de confinamiento y se reactiva la actividad económica con normalidad”.
De otro lado, Zárate, señala que “a mediano plazo hemos planteado que necesitamos una reforma fiscal de cerca de 2% del PIB para cumplir con la Regla Fiscal a partir de 2022. Si se cumple con las metas de la Regla pues nuestra sostenibilidad está garantizada”.
La crisis del UPAC
Entre 1999 y 2000, Colombia enfrentó quizás la peor crisis económica de su historia. Fue la crisis de la Unidad de Poder Adquisitivo Constante, UPAC, la cual contrajo el PIB y llevó al país a implementar el impuesto a las transacciones financieras (dos por mil). También se anunciaron medidas adicionales como compra de deudas a cooperativas, refinanciación a los deudores del UPAC, seguro de desempleo y los alivios extraordinarios a los bancos con préstamos especiales del Estado, con recursos que se conseguirían con el llamado “dos por mil”.
José Eduardo Gómez, profesor del Departamento de Economía de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas, explica que una recesión económica es un período sostenido de tiempo, durante el cual el Producto Interno Bruto (PIB) cae y el desempleo aumenta. De acuerdo con él, si bien no existe una definición oficial del período de tiempo durante el cual el producto deba caer para que se considere una recesión, varios economistas consideran que un país entra en recesión cuando su PIB cae durante dos trimestres consecutivos.
Además, “una recesión económica se produce porque, normalmente, existen unos factores que generan unos choques. Estos choques pueden ser de diversas naturalezas; por ejemplo, aquí estamos viviendo un choque, atípico, producido por la extensión de un virus”, agrega Juan Nicolás Garzón, profesor de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la misma universidad.
Si bien es difícil predecir con exactitud el impacto económico de una posible recesión a causa del covid-19, recuperarse de este tipo de crisis requiere, según el profesor Gómez, “que el Gobierno y el Banco Central lleven a cabo medidas de salvamento del sistema financiero: provisión de liquidez, apoyos de solvencia, aseguramiento para que los depositantes no pierdan sus ahorros; medidas de apoyo a los afectados, lo que implica aumento considerable del gasto público, y consistencia en las medidas tomadas para devolver la confianza al aparato productivo”.
Es decir, se requiere de un impulso decidido del sector público para que se retomen proyectos, se reactive la demanda de trabajo y se reimpulse el consumo, lo cual ayudará a evitar efectos perversos, como el entorpecimiento del flujo de la liquidez en la economía o la quiebra de bancos, entre otros efectos.