Los alivios a las empresas implicarían un menor recaudo del 0,84% del PIB en 2020
La nueva propuesta de reforma tributaria establecida en la ponencia que pasó a segundo debate en el Congreso, frenaría el rumbo del crecimiento económico en 2019. De acuerdo a un informe del Bancolombia, esto podría generar una moderación en el crecimiento de 2019 de 0,15% en la economía.
Aunque habría una ampliación de 0,02% frente a lo planeado en el proyecto inicial, el nuevo escenario revela un impacto menos pronunciado que la desaceleración de casi 0,3% que ocurriría en caso de no aprobarse la ley. En tales circunstancias, el recorte en el gasto público el próximo año sería de casi 1,3% del PIB.
Indican los expertos que a pesar de que se reduce el efecto negativo por el incremento en los impuestos indirectos, crece el de los tributos directos. Toda vez que esta nueva propuesta elimina la modificación de la base gravable del IVA dentro de los bienes de la canasta familiar, el choque en el crecimiento por cuenta de una ralentización del consumo privado se limita de forma considerable. Este rubro pasaría de sustraer 0,4% al crecimiento a solo tener un efecto de 0,06%. No obstante, la desaceleración proveniente del rubro de impuestos directos pasaría de menos de 0,01% a 0,06%. Esto es consecuencia de un menor ingreso disponible entre los hogares de mayor capacidad adquisitiva, lo que afectaría sus decisiones de gasto en el corto plazo.
De otra parte la inversión pública limitaría su aporte al crecimiento. Debido a que la ponencia no lograría el recaudo suficiente, es previsible que el faltante implique un recorte en el gasto de inversión del gobierno, que se caracteriza por ser más flexible que el de funcionamiento. Como consecuencia de ello, este rubro no crecería en 2019 en términos reales, lo que limitaría el aporte del gasto estatal al crecimiento económico. En concreto, en este nuevo escenario la inversión pública pasaría de aportar 0,3% de crecimiento en el proyecto original a sustraer 0,02%.
Impacto en inflación
Sostienen los expertos del Bancolombia que con la ponencia que pasó a segundo debate se atenuarían las presiones inflacionarias provenientes de los cambios impositivos. Pero la nueva propuesta contiene algunos elementos que podrían afectar la formación de los precios. Al respecto hay que tener en cuenta que una sexta parte del recaudo esperado en la ponencia provendría del cambio del régimen del IVA aplicado a cervezas y gaseosas. Específicamente, estos ítems de la canasta pasarían a ser gravados con la tarifa general de 19% en todas las etapas del proceso productivo, incluida la comercialización (régimen plurifásico). Esto incrementaría el precio de venta que paga el consumidor final de dichos bienes.
“Estimamos que por esta vía existiría un impulso de 21 puntos básicos a la inflación del próximo año. Esta cifra considera dos canales por los cuales se podría afectar la variación del IPC. El primero es uno directo, que surge de calcular el impacto del cambio en el precio en 19% teniendo en cuenta la participación del consumo de cervezas y gaseosas dentro del gasto total de los hogares. El segundo canal es indirecto, en la medida en que contempla que los cambios en los precios de estos productos pueden afectar el precio de otros servicios que los utilizan como insumos.
Sin duda la mayor parte del impulso estaría concentrado en los alimentos y en los transables. En particular, en estos dos grupos se acumularía un incremento cercano a los 20 puntos básicos, que sería complementado por el efecto indirecto en los otros rubros, para un total de 26 puntos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que el año entrante se actualizará la canasta para calcular el IPC, y que en esta modificación los alimentos cederían participación dentro del total de gastos, el impacto final podría ser menor en 5 puntos.
“Consideramos que, ante las bajas presiones de demanda que existen en estos momentos, el traspaso sobre los precios podría ser menor al inicialmente calculado. En efecto, el hecho de que la actividad se esté expandiendo por debajo de su potencial y la demanda interna crezca a tasas inferiores a su promedio histórico puede llevar a que una parte del choque alcista descrito en el párrafo anterior sea absorbido por las firmas y los comerciantes, y por lo tanto no se traslade de manera completa a los consumidores. De este modo, contemplamos un escenario en el que el traspaso del impuesto fuese de apenas la mitad. En este caso, el impacto sería alrededor de 10 puntos (con la nueva canasta del IPC).
Impacto fiscal
La nueva versión de la ley de financiamiento exigirá una reducción del gasto del Gobierno Central en 2019. Con la ponencia se alcanzaría un recaudo adicional de 0,7% del PIB ($7,5 billones), del 1,3% del PIB necesario para cumplir con la meta de déficit del GNC en 2019 (2,4% del PIB). En concreto, por cuenta del recaudo adicional proveniente de la ley, el fisco recibiría 0,56% del PIB, más 0,14% por normalización de activos y mejoras de gestión en la DIAN. Por lo tanto, las autoridades han anunciado que se ampliaría el plan de austeridad en el gasto público hasta por un monto de 0,6% del PIB ($6,5 billones). Por cuenta de su mayor flexibilidad, es de esperar que este esfuerzo recaiga en el gasto de inversión.
Todo lo anterior acercaría el balance del GNC en 2019 al nivel de déficit establecido por el Comité Consultivo de la Regla Fiscal. “Sin embargo, de acuerdo con nuestras estimaciones, habría un esfuerzo de ajuste remanente el próximo año por valor de 0,3% del PIB. Tal suma provendría de las diferencias en los supuestos económicos de las autoridades y los nuestros. En particular, si la economía crece por debajo del estimado del gobierno (entre 3,5% y 4%) el recaudo tributario podría ser menor. Si bien la brecha luce manejable, su existencia pone de relieve que el esfuerzo de ajuste para 2019 no se limitará a lo ya anunciado por el gobierno”, aseguran los economistas.
En 2020, los alivios a las empresas implicarían un menor recaudo del 0,84% del PIB, que crecería hasta alcanzar un 1,04% en 2022 y se estabilizaría en adelante. Vale la pena aclarar que el descuento del 50% del GMF que estaba propuesto en el proyecto original fue eliminado en la primera ponencia, pero las otras medidas se mantienen. Lo anterior compensaría los ingresos adicionales generados por la modificación a los impuestos de personas naturales y al consumo (0,56% del PIB).
Incluso con la aprobación de la ley de financiamiento, el panorama fiscal de mediano plazo sigue siendo retador. De acuerdo con nuestros cálculos, las necesidades adicionales de ajuste fiscal ascenderían a 1% del PIB en 2020 y se incrementarían en los años subsiguientes.