Darién no tapona el irrefrenable sueño americano | El Nuevo Siglo
MILES de migrantes, mujeres, niños, ancianos, se aventuran en la selva el Darién para llegar a Panamá y de allí toman rumbo a Estados Unidos.
AFP
Martes, 1 de Agosto de 2023
Redacción Economía

MÁS de 248.000 migrantes han cruzado este año la selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, una cifra récord que supera los registros de todo 2022, pese a los peligros que enfrentan en su ruta hacia Estados Unidos.

Desde el 1 de enero hasta el 30 de julio, han ingresado caminando por la selva panameña desde Colombia 248.901 migrantes, por lo que se ha "superado la cantidad (total) del año pasado", cuando se registró el anterior récord, dijo la subdirectora nacional de Migración de Panamá, María Isabel Saravia.

En lo que va de año han ingresado 617 personas más que en todo 2022. Más de la mitad (cerca de 137.000) son venezolanos, seguido de ecuatorianos y haitianos (con más de 34.000 de cada nacionalidad). De Asia destacan los chinos (unos 10.500) y de África los cameruneses (más de 1.000).

Del total, 21% son niños, niñas y adolescentes, de los cuales la mitad tiene cinco años o menos, manifestó Saravia.

"Hablamos de personas que viven un sufrimiento inimaginable", afirmó a la AFP Martha Keays, directora de la Federación Internacional de la Cruz Roja.

La frontera

La frontera natural del Darién, de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en un corredor para los migrantes que, desde Sudamérica, tratan de llegar a Estados Unidos a través de América Central.

Realizan esta travesía pese a estar plagada de peligros como animales salvajes, ríos caudalosos y organizaciones criminales que les roban o les exigen pagos para guiarlos en su ruta.

Estas personas "llegan heridas, deshidratadas, en shock, con reacciones alérgicas severas y complicaciones de embarazos o enfermedades crónicas que pueden agravarse en los miles de kilómetros que aún tienen por delante para llegar a su destino", declaró Keays.

Además, Estados Unidos advirtió hace meses que no dejaría entrar a su territorio a quien ingresara a Panamá de manera irregular.

El ministro de Seguridad de Panamá, Juan Manuel Pino, indicó recientemente que, a este ritmo, la cantidad de migrantes que van a cruzar el Darién en 2023 llegará a las 400.000 personas.

La incógnita de los muertos

La cifra de migrantes por la jungla panameña se ha disparado en los últimos años, pasando de 133.000 en 2021 a 248.000 en los siete primeros meses de 2023.

"Estamos arriba de las 700.000 personas que desde 2009 a la fecha han ingresado" a Panamá a través del Darién, declaró Saravia.

Sin embargo, las autoridades panameñas desconocen el número exacto de migrantes que mueren en la travesía por lo inaccesible del terreno, la falta de denuncias y el abandono de los cuerpos, que en ocasiones terminan siendo devorados por los animales.

En 2022 al menos 52 personas murieron en la selva, según datos de las autoridades, que sospechan que el número de fallecidos puede ser más elevado.

"En la mayor parte de los casos no es posible determinar la causa (de la muerte)", afirmó a la AFP el director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, dependiente de la Fiscalía panameña, José Vicente Pachar.

"Cuando llegan las autoridades el cadáver está putrefacto y mutilado por actividad antropológica animal", añadió.

Ayuda insuficiente

Los expertos consideran que las causas que originan esta ola migratoria hacia Norteamérica son la violencia, inseguridad, pobreza, crisis políticas y, cada vez más, el impacto del cambio climático en los países de origen.

Para enfrentar la situación, el gobierno panameño ha instalado varios centros a lo largo del país donde brinda, junto a organismos internacionales, ayuda básica a los migrantes, pero esta ayuda es insuficiente ante la demanda.

Además, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó este año a Panamá un centenar de nichos para sepultar a los migrantes, ante unas morgues desbordadas.

"La ayuda internacional es insuficiente, pero es y seguirá siendo urgente si, como estimamos, el número de personas que cruza el Darién llega a duplicarse en los próximos meses", sostuvo Keays.

Un ejemplo de los riesgos para los migrantes, es que están expuestos a accidentes. En marzo, 39 personas murieron en Panamá en el accidente de un autobús que trasladaba migrantes desde un albergue en la frontera con Colombia a otro en Chiriquí, a pocos kilómetros de Costa Rica.

Pero otro porcentaje que preocupa aún más es la cantidad de niños, niñas y adolescentes que son conducidos en la temeraria travesía, de acuerdo con lo afirmado por la directora de la Federación Internacional de la Cruz Roja, los infantes que afrontan este duro viaje “viven un sufrimiento inimaginable”.



Respecto a la participación de organizaciones internacionales comentó Keays las graves secuelas físicas y emocionales con las que llegan los pequeños migrantes cuando son atendidos con ayuda humanitaria.

Migrando la infancia

En los últimos cuatro años cerca de 612.705 personas han transitado por la espesa jungla, y de esos el 20% son niños; o sea, un aproximado de 120.000 menores.

Precisamente, los menores de edad forman parte de las poblaciones más afectadas por este panorama. El ministerio de Seguridad Pública de Panamá informó que durante los meses que han transcurrido del 2023 han cruzado más 40.000 niños la selva del Darién, en total han sido 40.458 menores migrantes: 21.135 niños y 19.323 niñas.

Al respecto la directora del Servicio Nacional de Migración, Zamira Gozaine, mencionó un desgarrador panorama en el que han llegado a encontrar las autoridades internacionales: “niños abandonados y otros, junto al cadáver de sus madres”.

“Algunos no se sientan en un centro educativo desde hace dos o tres años y otros, por este trayecto, son víctimas de delitos contra su integridad, sufren las inclemencias del tiempo, pasan hambre, frío, miedo o son separados de sus padres en la selva”.

El otro panorama en Centroamérica

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) alentó a incrementar los esfuerzos en la lucha contra la trata de personas y citó como ejemplo a Costa Rica, en el corredor migratorio centroamericano.

Heydi González, del Programa Regional de Migración de la OIM, dijo en una entrevista con la AFP en San José que todo "país de tránsito" de migrantes debe reforzar las medidas contra la trata.

"Costa Rica es uno de los países modelos en la región porque tiene, además, un fondo para apoyar víctimas (de trata). Es uno de los países que tiene una institucionalidad más estructurada y que como modelo para la región, pero hay que retomar y reforzar estos esfuerzos", explicó.

"Dentro de lo complejo que es la ruta, puede ser que aquí (en Costa Rica) sea un espacio de descanso, porque hay una institucionalidad que responde", añadió Heydi González, también coordinadora del Programa Conjunto de la ONU para la lucha contra la trata.

Destacó la posibilidad para los migrantes de recibir "asistencia humanitaria" y "más información y servicios" en Costa Rica, aunque dijo que este país, como ningún otro, no está exento del delito de trata de personas.

La OIM y la ONU buscan fortalecer la coordinación con los países centroamericanos para la persecución de la trata de personas. Estos esfuerzos "no son todavía lo suficiente" por la complejidad de perseguir penalmente un delito que en muchos casos se torna transnacional, dijo.

Los migrantes llegan a la región tras cruzar desde Colombia hacia Panamá a través de la peligrosa selva del Darién y "a medida que se van acercando hacia el norte de América se va volviendo como un embudo y cada vez se hace más complejo el paso y las redes operan con mayor fuerza", afirmó González.