UNA DE las transformaciones que ha tenido el país en la calidad de la educación, es en el aporte en el desarrollo transformador de la sociedad y en el liderazgo empresarial de la población.
Para de este liderazgo empresarial, hoy es compartido con calidad entre hombres y mujeres, dentro de una sociedad moderna y creativa, en donde los valores de la educación son fundamentales para alcanzar el éxito.
Prueba de ello es el que ejerce la empresaria María del Rosario Concha, una de las personas que más se destaca en el país en el empoderamiento.
Como rectora del colegio Santa Francisca Romana, ella ha seguido el camino de su familia: “vengo de una familia de mujeres líderes, fuertes, empáticas, irreverentes y empoderadas, que marcaron un hito, tanto en lo personal como en lo laboral, Y no porque no hubiera también hombres líderes, amorosos y con grandes capacidades en mi familia, sino porque ellos tuvieron la inteligencia, la sensibilidad y la visión para promover que estas mujeres fueran e hicieran la diferencia para sí mismas y para otros”.
Señala a EL NUEVO SIGLO, que “como líder de una institución femenina, tengo el inmenso privilegio de formar de manera intencional, en un liderazgo femenino que fortalezca el poder transformador de la mujer en la sociedad y en una educación que promueva y desarrolle el máximo potencial de cada una de nuestras estudiantes. Una educación que reconozca y privilegie la diferencia como un valor, que tenga en cuenta, como varias investigaciones lo indican, que hombres y mujeres somos distintos, que tenemos formas diferentes de ver el mundo, de relacionarnos, de aprender y que cada uno puede llegar a ser todo aquello que sueña, cuando cuenta con las herramientas que le permiten reconocerse desde sus fortalezas, desde sus habilidades, potencialidades y particularidades”.