ACTUALMENTE, las pequeñas y medianas empresas (pymes) constituyen el 91.8% de las empresas en Colombia y generan el 80% de los empleos formales. Confecámaras señala que, para el 2023, el número de pequeñas empresas sumaban 106.120 (6,1%) y medianas empresas eran 27.238 (1,6%). En comparación, las microempresas eran el 91,8% del total de sociedades en el país, con más de 1.590.000, y las grandes empresas representaban sólo el 0,5%, con 8.175.
En el primer semestre de 2024, el informe “Dinámica de creación de empresas” de Confecámaras reportó la creación de 174.937 compañías. Aunque la formalización de emprendimientos por personas naturales disminuyó un 2,7%, las sociedades experimentaron un crecimiento del 7,1%, siendo las microempresas las más representativas de este segmento.
En medio de un entorno económico desafiante, los bancos y entidades de financiamiento deben jugar un papel proactivo en la identificación y atención de las necesidades financieras de las pymes, asegurando que cuenten con los recursos necesarios para superar obstáculos y adaptarse a los cambios del mercado. Esto no solo beneficia a las compañías, sino que también contribuye al desarrollo económico general del país.
En este sentido, Coltefinanciera ha implementado productos financieros diseñados específicamente para atender las necesidades de estas empresas, promoviendo así su crecimiento y sostenibilidad. Entre las soluciones ofrecidas se destacan créditos de capital de trabajo: para financiar operaciones diarias y asegurar un flujo de caja saludable.
“Nuestro compromiso en Coltefinanciera es fortalecer a las pymes, brindándoles las herramientas necesarias para gestionar sus recursos de manera efectiva y planificar su crecimiento a largo plazo. Creemos en su potencial para transformar la economía de Colombia”, afirmó Juan David Alzate, vicepresidente ejecutivo de Coltefinanciera.
El impacto de estos créditos y oportunidades enfocadas en la financiación empresarial formal, se evidencia en la capacidad de las pequeñas y medianas empresas para no solo sobrevivir a desafíos económicos, sino también para prosperar. Las empresas y emprendimientos beneficiarios han logrado aumentar su producción y a su vez, generar nuevos empleos, contribuyendo al bienestar de sus trabajadores y al desarrollo económico de sus comunidades y del país.