El presidente Donald Trump, arremetió contra China y le impuso aranceles a productos que le compra por al menos 50.000 millones de dólares, en otro paso que alienta temores de una guerra comercial.
En una ceremonia en la Casa Blanca Trump estampó su enorme firma al documento que orienta al Representante de Comercio, Robert Lighthizer, a elaborar en 15 días una lista de productos chinos cuya importación será pesadamente tarifada.
Cuando Lighthizer anuncie esa lista, en un plazo de dos semanas, será posible conocer el valor aproximado de los aranceles.
Horas antes de que Trump formalizara la decisión, el gobierno de China dijo que "no se quedará sentado" y "tomará definitivamente todas las medidas necesarias para defender con determinación sus derechos e intereses legítimos".
El primer ministro chino Li Keqiang ya había alertado el lunes sobre la necesidad de evitar actuar de forma "emocional", ya que una guerra comercial entre ambas potencias "no beneficiaría a nadie".
"Apenas una fracción"
Poco antes de que Trump firmara el decreto, uno de sus asesores, Everett Eissenstat, había mencionado que los aranceles abarcarían importaciones por unos 50.000 millones de dólares, aunque Trump posteriormente elevó esa previsión.
"Hay muchas cosas que están pasando. Pero en particular con China, estamos adoptando una acción comercial (...). Podría llegar hasta a los 60.000 millones de dólares. Pero es realmente apenas una fracción de lo que estamos hablando", dijo.
Trump dijo que China es un país "amigo" pero dijo que el déficit comercial de Estados Unidos llegó tan alto que "esta fuera de control".
El déficit comercial es "el mayor de cualquier país en la historia del mundo. Está fuera de control", aseguró.
En 2017 Estados Unidos exportó a China por 130.400 millones de dólares e importó de allí por 505.600 millones, según el departamento de Comercio.
Según Eissenstat, la decisión de aplicar los aranceles está basada en que Pekín obliga a las empresas extranjeras que deseen operar en su mercado a que compartan tecnología con sus socios chinos.
Para la Casa Blanca, eso constituye el robo de propiedad intelectual estadounidense, y por lo tanto se trata de una "competencia desleal".
La Resolución firmada por Trump también orienta a Lighthizer a iniciar acciones contra China en el ámbito de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para evitar que las empresas estadounidenses sean obligadas a repasar tecnología.
Reacciones y advertencias
Inmediatamente después de la firma de la resolución presidencial, Wall Street bajo casi 1,4%, como reflejo de la incertidumbre de los mercados financieros ante la medida.
En Europa, las bolsas de valores de Londres, París, Fráncfort, Milán y Madrid cerraron a la baja.
El nuevo presidente de la Reserva Federal Jerome Powell, admitió el miércoles que "el riesgo más prominente" para la economía de Estados Unidos es precisamente el inicio de una guerra comercial generalizada.
Esos temores a una guerra comercial de consecuencias imprevisibles se habían despertado a fines de febrero, cuando la Casa Blanca adelantó que impondría aranceles de 25% a la importación de acero y de 10% a las de aluminio.
Trump finalmente firmó esa controvertida resolución el 8 de marzo. Sin embargo este jueves Lighthizer dijo al Congreso estadounidense que Washington eximirá temerariamente a un grupo de economías que incluye la Unión Europea, México, Argentina y Brasil.
Ya al firmar la Resolución Presidencial que impuso esos aranceles Trump había adelantado que México y Canadá quedarían "por ahora" eximidos.
México, Canadá y Estados Unidos ya realizaron siete rondas de negociaciones para cambiar los términos del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), sin que hasta ahora las partes hayan dado cuenta de avances significativos.
El 12 de marzo, el director de la OMC, el brasileño Roberto Azevedo, ya había formulado una severa advertencia sobre el riesgo de una escalada de "represalias recíprocas" que sería muy "difícil de revertir" una vez puesta en marcha.