Expansión de 4,5% en créditos bancarios | El Nuevo Siglo
Foto archivo
Martes, 22 de Enero de 2019
Redacción Economía

Una expansión en la cartera de créditos del sistema bancario de 4,5% prevé la Asobancaria durante ese año, cuando en 2018 tuvo un comportamiento de 2,8%.  Según el gremio, este incremento se debe a que se espera la reactivación de los canales de inversión, al fortalecimiento del consumo privado y unas condiciones de liquidez aún favorables para la dinamización de la economía, esto último en razón a que las condiciones monetarias continuarían siendo expansivas durante buena parte de 2019.

Sin embargo, existen elementos que podrían restar tracción al crecimiento de la cartera bancaria, entre ellos el incremento de las presiones inflacionarias por la devaluación del peso y los efectos de fenómenos climáticos, un menor dinamismo del sector externo por una eventual exacerbación de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, una lenta recuperación del sector construcción y de vivienda y los efectos adversos de la sobretasa al impuesto de renta al sector financiero.

Indica el gremio que asimismo el crecimiento de la cartera estará influenciado principalmente por la recuperación de la cartera comercial, que representa aproximadamente el 55% de la cartera total y que pasaría de una lánguida variación de solo 0,1% en 2018 a un crecimiento cercano a 2,9% en 2019. Este dinamismo se explica por el crecimiento de la inversión, impulsado a su vez por la disminución del 37% al 33% en la tasa de renta corporativa que supuso la Ley de Financiamiento, el mayor crecimiento de la demanda de bienes y servicios en todos los sectores de la economía y la previsión de un ambiente de mayor confianza privada y mejores expectativas empresariales.

Consumo

Asimismo, señalan los expertos, la cartera de consumo presentará un impulso moderado, alcanzando en 2019 un crecimiento de 6% real anual, solo 0,4 puntos superior al registro de 2018. “Si bien consideramos que las expectativas de los consumidores alcanzarán el terreno positivo en 2019 y apoyarán las decisiones de gasto de los hogares, su crecimiento estará acotado por cuenta de la mayor carga tributaria de las personas naturales y la suavización moderada (aunque sostenida) de los niveles de riesgo”, sostienen los analistas.

Indican que “proyectamos un mayor dinamismo en la cartera de microcrédito, la cual cerraría en 2019 con un crecimiento cercano a 3,9% real anual, un resultado positivo frente al débil 0,1% que habría registrado en 2018. Esta aceleración estaría soportada por la elasticidad de este segmento al ciclo económico y al buen desempeño en todos los sectores de la economía. La fuerte contracción de la cartera MiPyme durante 2018 configuraría un piso, lo que vendría acompañado de una mayor demanda de créditos”.

Sostienen que en materia de vivienda, “esperamos que la cartera de este segmento presente un crecimiento cercano a 7,5% en 2019, lo que representa una notoria desaceleración frente al 8,7% de 2018. Este comportamiento se atribuye principalmente a una disminución tanto en la demanda actual de vivienda como a la evolución pasada de las preventas de vivienda nueva”.

Vivienda

Según Fedesarrollo, la disposición a comprar vivienda fue bastante débil en 2018 (en noviembre del año pasado se ubicó en -8,4%), comportamiento que podría mantenerse durante buena parte de 2019. De otra parte, las preventas de vivienda de los últimos años se han contraído4, lo cual debería reflejarse en una menor cantidad de cierres financieros de los hogares en 2019. Debe temerse en cuenta, además, que la terminación del programa FRECH No VIS del Gobierno empezará a restar dinámica a este segmento.

Asegura Asobancaria que el comportamiento más dinámico del crédito total a lo largo de 2019 vendrá aparejado de una mejoría en la calidad de la cartera, que pasaría de niveles de 4,6% en 2018 a 4,1% en 2019. El crecimiento económico, que deberá traducirse en un fortalecimiento de los ingresos en los hogares, permitirá el saneamiento de obligaciones financieras, a la vez que el mayor consumo privado deberá traducirse en una mayor holgura financiera para las empresas. A esto se agrega el continuo fortalecimiento de la gestión de riesgos por parte de las entidades bancarias. No obstante, consideramos que el impulso en la actividad económica tenderá a ser gradual, mientras se irriga a los distintos sectores y agentes económicos. Particular relevancia tendrá la evolución de la tasa de desempleo y los posibles avances en formalización que signifiquen mayor acceso al sector financiero.