Expertos cuestionan ajustes a regla fiscal para un mayor endeudamiento | El Nuevo Siglo
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, propone una mayor flexibilidad de la regla fiscal. / Archivo ENS
Jueves, 17 de Octubre de 2024
Redacción Economía

La estrategia del Gobierno con la ley de financiamiento para modificar la regla fiscal y abrir mayor espacio para mayor endeudamiento y así cubrir necesidades inmediatas de gasto, puede dañar la credibilidad y la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Así lo advirtió un análisis del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana enviado a este diario, y en el que indica que “estas reglas buscan estabilidad a largo plazo, y flexibilizar la regla para resolver urgencias puede aumentar el endeudamiento sin un plan claro de reducción”.

Consideran que, ante este plan, “no es conveniente lo que contempla el proyecto de ley de financiamiento que propone ajustes a la regla fiscal (modificada en el 2021) para permitir mayor endeudamiento, adelantando la vigencia del mecanismo paramétrico para calcular el nivel de déficit permitido”.

Restricciones

Explican los expertos que “las reglas fiscales imponen restricciones presupuestales para asegurar la sostenibilidad de las finanzas públicas. Refuerzan la confianza de inversionistas y mejora el acceso a crédito. Incumplirlas, afecta la estabilidad macroeconómica y aumenta los costos de endeudamiento para los países”.

En Colombia, la regla fiscal establece que el déficit del Gobierno nacional no podría superar el 1 % del PIB a partir de 2022. Se implementó un régimen de transición con límites al déficit del 2,3 % del PIB hasta 2014 y 1,9 % del PIB hasta 2018. En la práctica, con este diseño, el nivel de deuda del país podría aumentar de manera sistemática mientras se cumpliera con los límites de déficit, lo que ocurrió hasta la aprobación de la Ley 2155 de 2021, de “Inversión Social”.

Señalan los investigadores que esta ley introdujo un cambio clave al establecer un límite de deuda neta del 71 % del PIB, con un nivel prudente de endeudamiento ("ancla") del 55 %. Este nuevo esquema desaceleró el crecimiento de la deuda neta de manera inmediata.

La reforma de 2021 introdujo un nivel de balance fiscal mínimo permitido (diferencia entre ingresos y gastos) para cada año, basado en la deuda neta del año anterior.

Explican los analistas, que, entre 2022 y 2025, la nueva regla fiscal contempló un periodo de transición, en reconocimiento del posible máximo impacto que la pandemia de covid-19 pudiese tener sobre las finanzas públicas, provocando desequilibrios fiscales más severos de lo habitual. La transición establece que el balance fiscal como porcentaje del PIB debe ser de mínimo -4,7 % en 2022, -1,4 % en 2023, -0,2 % en 2024 y 0,5 % en 2025.

Este ajuste permitiría que las finanzas públicas converjan gradualmente hacia niveles de déficit alineados con un equilibrio sostenible a mediano plazo.

Nivel de deuda

El nivel de deuda neta se ubicó por debajo del ancla el año pasado y se proyecta en niveles cercanos al 55 % del PIB, contrario a lo proyectado en el 2021, cuando se asumía que la deuda neta no convendría a niveles de ancla antes del 2034. Por otro lado, se observa que en 2022 y 2023 el balance primario fue menos deficitario y las metas fijadas por el régimen de transición se cumplieron.

El actual gobierno, en vista de que el nivel de deuda pública se ubica en niveles cercanos al ancla antes de lo pronosticado y que las metas del balance primario se han cumplido, encuentra que adelantando el mecanismo conseguiría un espacio adicional para déficit de 0,3 % del PIB.

Este espacio permitiría que el Gobierno acceda a financiamiento para gastar aproximadamente $5,3 billones por encima de sus ingresos corrientes. En términos sencillos, se está pidiendo permiso para endeudar más el país y llegar a los niveles de deuda máximos pronosticados para responder a la peor crisis sanitaria en un siglo: el covid-19.

“Desde el Observatorio Fiscal de la Javeriana consideramos que podría no ser conveniente, porque la ley de financiamiento busca $5,3 billones adicionales de gasto mediante deuda, sin generar ingresos fiscales a mediano plazo ni proponer recortes al gasto o medidas de austeridad, lo que podría agravar el déficit y perpetuar una dinámica fiscal insostenible en el largo plazo”, sostienen los analistas.