EL FONDO Monetario Internacional incrementó sus previsiones de crecimiento para Colombia este año de 1% a 1,4%.
En su último informe publicado durante el encuentro del organismo con el Banco Mundial (BM) en Marruecos, el organismo proyecta un mejor escenario económico del país para 2024, pues estima que la economía nacional crecería al 2%, por encima del 1,9% que se había establecido en abril de este año.
Pese al ligero crecimiento económico que tendría Colombia, el informe del FMI apunta a que se registraría una mayor inflación con 11,4% para este año, mientras que en 2024 se desaceleraría hasta llegar al 5,2%. Además, la tasa de desempleo para este año sería de 10,8%, y del 10,4% en el 2024.
A pesar de las altas cifras, los pronósticos de inflación muestran una moderación respecto al escenario que veía en abril cuando observaba una variación de 13,1% para este año y de 8,4% para el siguiente.
Colombia viene luchando contra una alta inflación desde hace más de un año, que incluso tocó máximos que no se veían desde 1999. Los incrementos en los precios de la gasolina, para reducir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios del Combustible, han frenado la desaceleración del indicador.
El sector de transporte sigue presentando una variación que está muy por encima del IPC nacional, pues registró 18,56% anual en septiembre, con una contribución de 2,33 puntos porcentuales al total. La subclase de combustibles para vehículos registró una variación de 47,95% y contribuyó en 1,18 puntos porcentuales al resultado final.
Latinoamérica
Por otra parte, este mejor escenario que hay para Colombia también se observa para toda América Latina y el Caribe, pues el FMI ahora proyecta que la región crecerá 2,3% este año, desde 1,9% que observaba en julio. El desempeño de las economías más grandes, Brasil y México, impulsarán el crecimiento regional.
No obstante, significará una desaceleración respecto al 4,1% que hubo el año pasado. La desaceleración se debe a una "normalización del crecimiento junto con el efecto de políticas más estrictas, un entorno externo más débil y precios más bajos de las materias primas", agregó el FMI.
En el caso de Brasil, hubo un alza del pronóstico de crecimiento de 3,1%, desde un 2,1% que observaba en julio, gracias al desempeño del sector agrícola y de servicios. "El consumo también se ha mantenido fuerte, respaldado por el estímulo fiscal", dijo el Fondo.
Para México, se revisó en 0,6% el pronóstico hasta 3,2% gracias al desempeño de la construcción, los servicios y el impulso de la demanda en Estados Unidos.
El FMI espera que Argentina se contraiga -2,5%, mientras que Chile, lo hará en -0,5%, dijo el FMI.
El mundo
Asimismo, el FMI proyecta que la economía global crecerá 3% este año, y redujo en 0,1% el de 2024, a 2,9%.
La institución reconoce que la inflación a nivel global se está desacelerando, y pasará del 9,2%, que se registró en 2022 para todo el planeta, a 5,9% este año y 4,8% en 2023.
Pierre-Olivier Gourinchas, consejero económico y director del Departamento de Estudios del FMI, mencionó durante la presentación del informe que el crecimiento esperado para este y el próximo año se mantiene “por debajo del promedio histórico”, pero también reconoció que “las proyecciones son consistentes con un escenario de ‘aterrizaje suave’ para la economía, en el que la inflación se está reduciendo sin una caída fuerte en la actividad económica”.
El vocero del FMI aseguró que "están apareciendo divergencias en las economías más importantes". En el caso de EE. UU., el pronóstico (2,1%) fue revisado al alza, gracias al impulso del consumo y la inversión; por el contrario, la proyección de Europa (1,2%) bajó, al igual que la de China (5%), que vio un recorte de 0,2 puntos debido a la crisis inmobiliaria y al deterioro en la confianza que experimenta el país asiático.
Según Gourinchas, tres factores están detrás de esa “desaceleración ordenada”: la recuperación de los servicios tras la crisis de la pandemia, que “está casi completa”, pues estos sectores fueron los que impulsaron durante el último año a las economías orientadas hacia ellos; en segundo lugar, por la política monetaria “apretada”, es decir, el aumento de tasas de interés, que están asumiendo los bancos centrales para atajar la inflación; y finalmente por la incidencia en los mercados del choque generado por la guerra de Rusia y Ucrania.