“HABLAMOS DE una fractura territorial que afecta la ampliación y uso de las capacidades de las personas en los territorios y se configura y reconfigura según el tejido socioeconómico, la incidencia del conflicto, la integridad ecosistémica y capacidad institucional”.
Con este argumento, uno de los tantos que publica el Informe de Desarrollo Humano 2024 del Programa de las Naciones Unidas (PNUD), los expertos describen la situación de inequidad en que vive buena parte de la población colombiana.
En este tercer informe del siglo sobre el desarrollo del país, los analistas señalan que “las capacidades y oportunidades que una persona puede tener en Antioquia −uno de los 15 departamentos con desarrollo humano alto− son muy distintas a las que encuentra alguien en La Guajira −uno de los 17 departamentos con desarrollo humano medio− y sustancialmente diferentes a las que pueda hallar, por ejemplo, en Vaupés −uno de los dos departamentos con desarrollo humano bajo−. Con un agravante: durante la última década, las dinámicas entre estos territorios se han distanciado aún más”.
Aseguran que “no se trata de que Guainía siga la misma senda de desarrollo que Bogotá; la aspiración es a que todos los territorios, con sus diferencias orográficas, ambientales, culturales y productivas, tengan la capacidad de brindarle a sus habitantes las oportunidades de determinar por sí mismos lo que significa vivir una buena vida y, efectivamente, poder perseguirla y alcanzarla, independientemente del lugar en el que nazcan o vivan, de su condición social, de su identidad de género y étnico-racial, o de sus creencias religiosas o políticas”.
Las tendencias
Este nuevo informe más allá de las reveladoras cifras, mediciones y tendencias que expone, es una invitación a forjar nuevas trayectorias de desarrollo humano en armonía con la naturaleza. “El desarrollo humano no es algo que pueda ser llevado a las regiones; este debe construirse con las personas y desde los territorios como sujetos vivos, involucrando de manera activa a las instituciones locales, actores privados, políticos, ciudadanos y comunitarios”, dice el informe.
Alejandro Pacheco, representante adjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para Colombia, explicó a los medios de comunicación en la presentación en Bogotá, que estos informes tienen la posibilidad de generar una conversación que estiman es necesaria en el país. Por ejemplo, en 2003, se puso sobre la mesa un tema que viene siendo vigente desde hace 20 años y es si la paz es posible en Colombia, lo es desde y con los territorios.
“En 2011 tuvimos una mirada considerando y construyendo sobre esto que abordaba la dimensión urbana y rural de Colombia, esa relación urbana rural que después dio pie a la misión rural y luego a la reforma rural integral, es decir, hablamos de grandes transformaciones”, argumenta.
A raíz de esto, explica que este informe se construye alrededor del lema de si el desarrollo humano sostenible es posible en Colombia, lo es desde y con los territorios.
Manifiesta Pacheco que: “Si miramos el índice de Desarrollo Humano que es cómo va avanzando Colombia no solo en ingresos, sino en educación y en salud, vemos que Colombia lleva subiendo año tras año en su desarrollo humano. Pero cuando miramos estos territorios es muy distinto y lo que vemos es que los territorios que van mejor se van alejando más de los territorios que van peor y los territorios que están en el medio, están estancados. Ahí es donde está la agenda pendiente de Colombia”.
Según Pacheco, es posible que Colombia converja hacia un desarrollo humano alto, incluso hacia uno muy alto todavía, pero este pasa por una mirada de sostenibilidad y por la productividad humana.
La encrucijada
Por su parte, Sara Ferrer Olivella, representante residente en Colombia del PNUD, sostiene que: “Colombia está frente a una crucial encrucijada: continuar con un modelo de desarrollo que excluye amplios territorios y agota los ecosistemas y su biodiversidad; o, quizás, es la oportunidad de repensar con los colombianos, las trayectorias alternativas de desarrollo que necesita el país para abordar los desafíos que plantea el desarrollo humano sostenible hoy y mañana”.
Además, dijo: “Hoy, contrario a generaciones anteriores, sabemos que los dividendos de la paz superan por mucho los costos de la guerra, que el mundo globalizado ocasiona que una crisis en Ucrania tenga impacto en el Chocó, que el cambio climático no es un distópico futuro, sino una alarmante realidad reflejada en sequías, inundaciones, olas de calor, menor productividad agrícola e incluso problemas en la calidad y el acceso al agua”.
Logros y avances
El informe dice que “es fundamental comenzar reconociendo los logros y avances de Colombia en los últimos años. El país ha experimentado progresos significativos en aspectos económicos, sociales, políticos y ambientales en el siglo XXI. La estabilidad macroeconómica ha resultado en que Colombia sea el país con menor cantidad de shocks económicos de la región, los cuales afectan desproporcionalmente a personas en pobreza y vulnerabilidad”.
Asimismo, sostiene que “desde la perspectiva social, se ha mejorado el acceso a la educación y la salud, aunque aún persisten desafíos en cuanto a su calidad y universalidad. Además, Colombia ha tenido un liderazgo destacado internacionalmente, impulsando la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible, trayendo esperanza al mundo por su decidida apuesta por la construcción de paz, o con una ejemplar voluntad por acoger a población migrante.
Las regiones
Referente a las regiones, el informe señala que Bogotá y Guainía son, respectivamente, las regiones con mejor y peor IDH en Colombia. Este indicador se mide en una escala que va de 0 a 1. Cuanto más cercano a 1, muestra un nivel de desarrollo humano más alto. La capital registró el año pasado 0,78 y Guainía, 0,53, lo que da una diferencia de 0,25 puntos, mientras que Argentina muestra una diferencia al interior de sus territorios de tan solo 0,076 puntos. Una prueba más de la grave inequidad que sufre el país.
Después de Bogotá, las regiones con mejor IDH son Santander, Cundinamarca y Boyacá. En el otro extremo, se ubican La Guajira, Vichada y Vaupés.
“No solo vemos divergencias entre los departamentos, sino al interior de ellos. Ese el caso de Córdoba y Montería o Medellín y Antioquia, con áreas capitales que avanzan bien en IDH y otras que van muy atrasadas”, precisa Ferrer.
Las marcadas disparidades
El concepto de desarrollo humano, que refleja las libertades de las personas para alcanzar vidas que tienen razones para valorar, no es medible. Una aproximación, de mínimos, consiste en medir el Índice de Desarrollo Humano (IDH), compuesto por educación, salud e ingresos, como capacidades básicas que requieren las personas para iniciar trayectorias que aspiran a una vida plena, digna y en libertad.
Sin embargo, al desagregar este índice a nivel territorial, se evidencia la existencia de marcadas disparidades entre diferentes regiones. Estas trayectorias divergentes reflejan la fractura territorial en términos de desarrollo humano, la cual se ha acentuado con el paso del tiempo. El Informe logra analizar la dimensión territorial a partir de la información disponible para los departamentos, si bien reconoce que al interior de cada uno de ellos se podría reproducir la misma naturaleza divergente.
Aspectos relevantes
Durante el transcurso del siglo XXI ha habido una mejora significativa en el nivel de desarrollo humano. En Colombia, los años promedio de escolaridad aumentaron de 7,5 en 2011 a 8,9 en 2021, y los años esperados de escolaridad aumentaron de 14 en 2011 a 14,4 en 2021.
De manera similar, la esperanza de vida al nacer ha experimentado un incremento positivo y sostenido, mientras que el ingreso ha aumentado en un 20 % en el mismo periodo.
A lo largo del periodo analizado, Colombia ha presentado un crecimiento del 11,9 % en el IDH desde el inicio del siglo, una mejora 1,1 veces superior a la observada en el grupo de países que son referentes en América Latina (Brasil, Argentina, México, Chile y Perú). Este dato es relevante para el país, ya que indica que las políticas públicas están avanzando en la dirección correcta.