Los resultados negativos de tercer trimestre para la economía, hizo que el Gobierno y otros sectores propusieran eliminar la regla fiscal para quitar esa atadura con el manejo de los recursos-
Las razones eran tener medidas de contrapeso por el debilitamiento que viene presentando la demanda privada a través de dar un impulso a la inversión y el gasto público. Para ello se debía flexibilizar la regla fiscal y quitar ese freno de mano al gasto.
De acuerdo con un análisis del equipo de investigaciones del Bancolombia, sin importar lo que suceda con el gasto en intereses, el Gobierno puede cumplir la meta de la regla fiscal este año solo a partir del gasto de funcionamiento e inversión.
Aseguran que “no solo es inconveniente considerar una nueva flexibilización de la regla que pueda golpear la credibilidad de la política fiscal, sino que lo deseable sería sobrecumplir las metas para lograr una estabilización más contundente de las finanzas públicas”.
El gasto
Indican que “no es necesario considerar una flexibilización de la regla fiscal para que el gasto público pueda hacer un contrapeso positivo en medio del debilitamiento que atraviesa la demanda privada. Aseguran que las reformas fiscales de 2021 y 2022 ya le empezaron a dar una cuantía significativa de recursos adicionales al Gobierno desde este año. Los ingresos fiscales en general y tributarios en particular con corte a septiembre de cada año dieron un salto muy importante este año hasta un nuevo máximo histórico. Así pues, se debería disponer de recursos suficientes para dar un impulso al gasto público sin necesidad de incurrir en un importante incremento del desbalance”.
Además, “no solo los ingresos han tenido esta tendencia favorable, también la capacidad de gasto. El Presupuesto General de la Nación ha tenido incrementos significativos. Sin incluir el rubro de servicio de la deuda –es decir, solo si se considera el gasto de funcionamiento y de inversión- el gasto aprobado para la Nación creció en 2,6% del PIB en 2023 y aumentaría otros 2,2% en 2024, lo que permitiría un nivel de gasto solo superado por lo que se tuvo en 2020. Los recursos para 2024 son casi equiparable a lo que se tuvo para enfrentar la pandemia, pero sin una emergencia sanitaria de tal envergadura. La clave, entonces, estará en mejorar la eficiencia en la ejecución del Presupuesto de la Nación”.
Manifiestan en su análisis, que la reforma a la regla fiscal que se concretó en 2021 introdujo varios cambios en la metodología del cálculo de las metas que, ante choque de la pandemia, se tradujo en una senda mucho menos retadora de cumplir que aquello que hubiera sucedido en el caso de haber mantenido la regla vigente hasta 2019.
Esta nueva especificación de la regla permite que el Gobierno tenga un déficit 3,7% del PIB promedio superior a lo que hubiera sucedido con la especificación anterior de la regla. Sobre esta base, una propuesta de volver a ajustar una institución que ya pasó por una flexibilización tan significativa atenta contra la credibilidad de la misma, consideran los expertos.
Análisis
Señalan que en un análisis histórico de la regla fiscal de Colombia muestra cómo se ha flexibilizado a la luz del ciclo económico. En primer lugar, entre 2014-2019 se suavizó en casi todos los años la senda de metas para el déficit total, lo que introdujo cierto nivel de incertidumbre respecto a cuál sería la evolución efectiva de las finanzas públicas en los años posteriores.
A pesar que desde que se implementó la regla fiscal hasta 2019 el Gobierno siempre cumplió con la meta de déficit, la deuda pública subió consistentemente. Pero como la regla fiscal vigente hasta 2019 falló en lograr una estabilización de las finanzas públicas, esto hizo que el país perdiera el grado de inversión en 2021 luego del choque de la pandemia y configuran hechos estilizados que reducían la credibilidad de la regla.
Todo esto con la inclusión del concepto de ‘ancla de la deuda’, a partir del cual el objetivo en el mediano plazo es lograr que la deuda neta del Gobierno Nacional Central se ubique en 55% del PIB.