La desaceleración de la inflación y la debilidad de la economía colombiana podrían llevar al banco central del país a recortes más agresivos de los tipos de interés, aunque las autoridades monetarias deben permanecer atentas a los riesgos potenciales que se presenten.
Esta es una de las principales conclusiones que ha compartido la codirectora del Banco de la República (el banco central de Colombia), Bibiana Taboada, en una entrevista con Bloomberg en la que ha pedido "prudencia" ante el hecho de que la inflación haya estado por encima de la meta durante los últimos tres años.
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"Desde la junta pasada, dijimos que en la medida en que la inflación lo permita, y que los datos en general lo permitan, veíamos la posibilidad tener recortes de un tamaño un poco más alta", ha afirmado. "La información que ha venido saliendo se mueve en esa dirección", ha añadido.
Colombia sigue teniendo los costos de endeudamiento más altos entre las economías latinoamericanas con sistemas de meta de inflación, tras dos recortes de 25 puntos básicos, que situaron la tasa en el 12,75%.
Desde que la junta directiva del banco se reunió en enero, los datos de inflación han mostrado que el fenómeno meteorológico de El Niño no ha provocado grandes shocks en los precios de los alimentos, aunque existen dudas sobre su impacto en la energía de las centrales hidroeléctricas. Los efectos de la indexación derivada de un aumento del 12% en el salario mínimo no han sido pronunciados, a excepción de algunos indicadores de alquileres y educación.
Flexibilización ordenada
En esta línea, Taboada ha abogado por un ciclo de flexibilización monetaria "ordenado", que resultaría preferible a realizar recortes de tasas muy grandes y tener que revertir el rumbo si la inflación se desvía de su objetivo a largo plazo.
"Si bien uno no puede decir exactamente cómo va a ser el ciclo, y siempre decimos que dependemos de los datos, uno tiene que ser cuidadoso en no sorprender en exceso al mercado. Uno preferiría que fuera una senda más predecible", ha afirmado.
En reuniones anteriores, la junta del banco central ha discrepado sobre la magnitud de los recortes de tasas, y el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, ha argumentado que Colombia necesita acelerar el ciclo de flexibilización porque la tasa de inflación anual ha disminuido durante 11 meses consecutivos y es hora de estimular la demanda interna.
En este sentido, Bonilla ha dicho que el banco debería considerar recortes de más de 50 puntos básicos en la reunión del próximo 22 de marzo.
La inflación se desaceleró al 7,74% en febrero desde un máximo del 13,34%, mientras que los aumentos de precios que excluyen los alimentos y los artículos regulados han disminuido al 8,53%, todavía casi tres veces la meta de inflación del banco central del 3%.
Lecciones de Chile
Las autoridades colombianas también son conscientes del riesgo que suponen para el tipo de cambio grandes cambios en la política monetaria, según ha advertido Taboada.
"Una de las cautelas que uno debe tener es comunicar de alguna manera clara al mercado para que no haya sorpresas y no se generen depreciaciones de la tasa de cambio a causa de recortes inesperados en los tipos de interés, como ocurrió en Chile", ha sostenido.
Colombia no tiene como objetivo ningún nivel de tipo de cambio y lo deja flotar libremente, pero el banco central debe evitar fuertes depreciaciones que podrían avivar la inflación e impedir que converja hacia la meta, lo que las autoridades esperan que suceda a mediados de 2025, tal y como ha explicado la codirectora.
Los analistas encuestados por el banco central en febrero esperaban que los siete miembros de la junta bajaran la tasa de referencia al 12,25% en la reunión de este mes, mientras que los operadores del mercado de swaps de tasas de interés descuentan una tasa del 8,5% en los próximos 12 meses.