Un indicador que mide la percepción de cómo va la economía, refleja los altos riesgos a los que está expuesto el país por la incertidumbre fiscal que atraviesa.
Esta medición creada por la dirección de investigaciones económicas, sectoriales y de mercado del Grupo Bancolombia a cargo de Laura Clavijo y conocido por EL NUEVO SIGLO, ha sido diseñado con el objetivo de capturar de forma holística las expectativas de los agentes económicos sobre el desempeño futuro de la economía colombiana.
El análisis del sentimiento en los informes ilustra un deterioro generalizado que podría tener relación con la incertidumbre en materia fiscal, donde el recaudo tributario se ha mantenido débil y estamos en un terreno inexplorado con la definición del Presupuesto de la Nación de 2025. Hacia adelante, el IPE se mantendrá expuesto al avance de los indicadores económicos fundamentales.
El indicador de percepción económica (IPE), se compone de dos subíndices: uno que mide la polaridad del sentimiento económico y otro que mide la volatilidad de las proyecciones. El primero surge de una metodología de análisis de múltiples reportes que permite caracterizar qué tan positivo o negativo es el tono de análisis de la situación y perspectiva macroeconómica en Colombia. El segundo indicador es calculado a partir de la desviación estándar de las proyecciones de las variables económicas incluidas en la encuesta de expectativas del Banco de la República.
Señalan los analistas que “nuestro indicador de percepción alcanzó un nivel crítico (-1,3 desviaciones estándar en la serie ajustada por efecto estacional; SA por sus siglas en inglés) en el tercer trimestre de 2024, y se situó como el segundo peor registro histórico (la serie inicia en 2011)”.
Peor que prepandemia
Este resultado, que es inferior a los niveles observados durante la pandemia, refleja un deterioro relevante del sentimiento de los informes. Además, el promedio móvil de tres trimestres alcanzó su mínimo histórico, lo que evidencia una tendencia a la baja consistente para lo corrido del año.
A su vez, el índice de polaridad registró un balance negativo en el tercer trimestre del año, y se ubicó en -1,6 desviaciones estándar SA. Este valor, el segundo más bajo desde el inicio de la serie -solamente detrás de las -1,7 desviaciones estándar que se registraron en el primer trimestre-, confirma una persistencia en terreno adverso de la polaridad del sentimiento expresado en los informes analizados.
Entre tanto, el indicador de volatilidad mostró un comportamiento neutral, que se ubicó en 0 desviaciones estándar (en el promedio histórico). Esta volatilidad, aunque ligeramente superior al promedio prepandémico (2015- 2019: -0,1 desviaciones estándar), representa una ruptura de la tendencia alcista observada desde el cuarto trimestre de 2020 hasta el primer trimestre de este año, cuando llegó a ubicarse en 0,1 desviaciones estándar.
El comportamiento
Indica el informe que los resultados de ambos subindicadores reflejan la naturaleza dual del contexto que atraviesa la economía colombiana. La menor volatilidad que captura este último subindicador confirma la recuperación del crecimiento económico que se ha evidenciado desde el primer trimestre del año, acompañada de un proceso de desinflación y reducción de las tasas de interés. Esta convergencia de las variables macroeconómicas clave refleja un escenario económico más estable y predecible, en línea con las expectativas de los analistas.
Explican los autores del indicador que los reportes incluidos están segmentados según el idioma. Los reportes en inglés corresponden a los Five Year Forecast de Economist Intelligence Unit, mientras aquellos en español contemplan múltiples informes y reportes periódicos de Fedesarrollo, el Ministerio de Hacienda y Crédito Público y el Banco de la República. Ahora bien, esta lista está sujeta a ampliarse, conforme continúe el desarrollo de este indicador.
El índice de volatilidad mide el grado de dispersión de los pronósticos puntuales de analistas en todas las variables incluidas en la encuesta de expectativas del Banco de la República. Para esto utilizamos el coeficiente de variación (desviación estándar como proporción del promedio) de los pronósticos consignados en los resultados mensuales de la encuesta. Para resumir la dispersión de los pronósticos tomamos la mediana de los coeficientes de variación para todas las variables posibles.