EL NOWCAST, el indicador tradicional del Bancolombia sobre análisis macroeconómico, señala que el rumbo de la economía sigue siendo modesto en este comienzo de año, tal como terminó en el 2023 con un crecimiento de 0,6%.
En su análisis correspondiente de cómo puede resultar el primer trimestre de este año, los investigadores señalan que “las estimaciones de pronóstico del PIB para este periodo a partir de nuestro indicador señalan que la actividad se contraería 0,8% anual, contrario a la expectativa de los analistas (+0,3%). Incluso, este resultado es 30 puntos básicos más adverso que nuestra expectativa vigente de crecimiento para el primer trimestre de 2024 (-0,5%)”.
La investigación apunta, incluso, que la actividad productiva en el trimestre móvil terminado en febrero registró una contracción de 0,6% anual. Este resultado contrasta con el crecimiento de 0,1% de la referencia móvil hasta enero, revisado a la baja desde 0,5%. Así pues, la economía sigue exhibiendo una dinámica muy modesta.
Desempeño sectorial
Sostiene el reporte que el balance sectorial a febrero revela una aceleración en: Administración pública, agricultura, servicios profesionales y recreación. Entre tanto, continúan en terreno contractivo, pero se recuperan: construcción, comercio, industria y servicios profesionales. Finalmente, minería, servicios públicos domiciliarios e inmobiliario mostraron estabilidad en sus ritmos de expansión”.
La serie ajustada por efecto estacional del indicador muestra que la actividad registró una expansión de 0,4% mensual en enero, mientras retrocedió 0,2% en febrero. Ante esto, la variación anual del nivel de actividad mejoró en 1,0 punto porcentual, aunque completa dos meses consecutivos de contracción (-1,6% y -0,6%, respectivamente).
Es importante agregar que 2024 será, al igual que 2023, un año con bajo crecimiento económico, donde la expectativa para el PIB es del 0,9%.
Por otra parte, y para recuperar la economía este año ante el mal inicio de año, los investigadores del Bancolombia estima que el Gobierno ya debe revertir el nivel de inversión, con lo que se podría generar empleo y mayor desarrollo.
Periodo clave
De cara al 2024, el gasto del Gobierno debería tener un rol clave como motor de la recuperación económica, ante un periodo en el que persistiría cierta debilidad de la demanda privada. Dado lo anterior, es valioso analizar, en una perspectiva histórica, si la propuesta de gasto del Gobierno para este año es una que tenga la capacidad de lograr tal objetivo.
Precisamente en esa línea, los rubros que más capacidad tienen de impulsar a la economía tendrían un peso más elevado en el presupuesto: 6,3% del PIB para la inversión y 19,6% del PIB para el funcionamiento. En el caso de la inversión, este registro supera el 4,7% del PIB promedio de lo corrido del siglo, mientras el gasto de funcionamiento dispondrá de recursos que representan el segundo registro histórico más alto después de aquel del año de la pandemia (2020) y muy por encima del promedio histórico (14,9% del PIB). Así pues, desde el punto de vista del ‘tamaño de la billetera’, el Gobierno dispone de una capacidad importante para dar un claro impulso contracíclico a la economía y propiciar el inicio de la fase de recuperación de la actividad productiva durante este año, condicional.
Regular inicio
Sin embargo, el banco sostiene en su informe que “el inicio del 2024 tampoco nos dio las mejores señales en el frente de la ejecución presupuestal total y, sobre todo, de la inversión. Desde 2016 hasta 2023 el Gobierno siempre comprometió más del 29% de las apropiaciones anuales totales del rubro de inversión en el primer mes de cada año, con un máximo de 48,6% en 2018 y un mínimo de 29,5% en 2020 y 2023. Así pues, el enfoque estuvo en la firma de los contratos que permitirían el avance de los proyectos de inversión en los meses posteriores de cada año. Sin embargo, en enero de 2024 solo se comprometió el 14,8% de las apropiaciones para la inversión del año. Es decir, el rezago este año viene siendo de tal magnitud que la métrica es casi la mitad del mínimo histórico previo a 2024.
“Por su parte, el porcentaje de recursos de funcionamiento comprometidos este año también marcan un mínimo desde que tenemos cifras disponibles (2016). Así pues, el inicio del año da una fuerte señal desafiante de que se profundizó el problema de la baja ejecución presupuestal del año pasado”, señala el informe.
De allí que los analistas indican que “es clave que el Gobierno sea consciente de este gran reto en su toma de decisiones durante este año, pues de no hacerlo nos podríamos enfrentar a un periodo de incluso mayor debilitamiento del crecimiento económico. En nuestro escenario de proyecciones vigente, el PIB de Colombia crecería 0,9% en 2024 (0,3 puntos más que el año pasado) como resultado de una dinámica de aceleración paulatina de la actividad productiva que debería ser apalancada en buena medida por el crecimiento del consumo público (el gasto de funcionamiento) y la estabilización de los niveles de inversión de la economía, factor en el que serán relevantes los recortes de tasas de interés de política monetaria en Colombia y en el exterior, la ejecución del gasto de inversión del Gobierno y la evolución de los factores de seguridad jurídica y física”.
Sostienen los economistas que “a pesar del ‘tamaño de la billetera’, y si bien una ejecución presupuestal baja puede reducir las preocupaciones de corto plazo en torno al déficit fiscal, el costo sería que no se active con eficiencia uno de los motores clave que vemos para el inicio de la recuperación de la economía durante este año. Así pues, en las manos de la eficacia del Gobierno está que no nos enfrentemos a un 2024 más desafiante de lo que hoy se espera”.
Recuperar el gasto de hogares
En 2023 el gasto de los hogares colombianos totalizó $748 billones, lo que representó cerca del 78% del PIB, alcanzando un máximo histórico desde 2005, cuando se empezaron los registros, según reporte de Bancolombia.
Esto se traduce en un crecimiento real del 1,1% frente a 2022, el menor registro después de la contracción observada en el periodo de pandemia (2020). Vale la pena destacar que la base de comparación de 2023 es significativamente alta, pues 2022 fue un gran año para el consumo. Por otro lado, el resultado del cuarto trimestre del año anterior revela un leve incremento anual de 0,1% en términos reales, el tercer crecimiento más bajo desde 2006; los otros dos se registraron durante la pandemia.
La expectativa de Bancolombia indica que en 2024 el consumo de los hogares exhibirá un nivel de actividad muy similar al de 2023, lo que sugiere que, en el corto plazo no habría avances importantes.
Para que el consumo vuelva a acelerar su crecimiento, es necesario que se consolide un contexto macroeconómico más amigable para los hogares, advierte el informe.
Unos precios más controlados y tasas de interés más bajas son condiciones fundamentales para alivianar la carga financiera de las familias, al mismo tiempo que los ingresos en materia de empleo y las remesas mantengan el poder adquisitivo de los hogares.
A lo largo de 2023 las tasas de interés activas y pasivas de los bancos en Colombia evidenciaron una caída de 270 puntos básicos (pb) en promedio y de 120 pb para el caso de la cartera de consumo.
De acuerdo con las proyecciones del Banco, la inflación y las tasas de interés del Banco de la República continuarán en descenso hasta ubicarse al cierre de este año en 5,9% y 9,25%, respectivamente, lo que indica que el ritmo de desescalada de estas variables continúa siendo relativamente lento.
Dicha tendencia continuará durante este año y como consecuencia la carga financiera seguirá alivianándose en los hogares, lo cual, permitirá a su vez frenar el deterioro de la cartera de consumo.