Una reforma laboral que no tiene en cuenta la realidad del empleo en el país, como el de la informalidad, y que puede aumentar la desocupación, así considera el proyecto una investigación de la Universidad de los Andes, a cargo de los investigadores David Perez-Reyna y María del Mar Rojas.
Consideran los expertos, que actualmente el mercado laboral colombiano enfrenta problemas estructurales serios como tasas elevadas de desempleo, si se compara con otros países de la región, así como un alto número de personas que trabajan en condiciones por fuera de lo establecido en la legislación nacional.
Los datos sugieren que muchos colombianos que quieren acceder a la economía no lo pueden hacer (alta tasa de desempleo) y que muchos otros lo hacen pero, probablemente, no en las mejores condiciones (alta tasa de informalidad).
Puntualizan que hay más personas desempleadas o trabajando en el sector informal que personas que trabajan formalmente.
Efecto nocivo
Indican los investigadores que “la propuesta de reforma laboral que está actualmente en curso en el Congreso no ataca estas causas y, por consiguiente, puede tener un efecto nocivo sobre la economía. Para permitir que más colombianos puedan tener un trabajo formal es mejor una reforma que permita un aumento en la productividad de las empresas del país”.
Señalan que Colombia es un país donde conviven una tasa de informalidad alta y una tasa de desempleo alto, relativo a países de la región y relativo a países más ricos. La tasa de desempleo promedio entre 2000 y 2019 fue 11,5%, por encima de todos los países grandes de América Latina y del promedio de países de América del Norte, Europa y Asia oriental.
Ahora si se define trabajar en el sector informal como trabajar en un empleo remunerado, pero no cotizar a seguridad social, más del 60% de los trabajadores trabajaban en dicho sector en el mismo lapso (Fernández y Eslava Mejía, 2022). Eso puede ser paradójico, teniendo en cuenta que el sector informal por definición es más flexible.
Indican en su análisis, que si el sector informal en una economía es grande, no debería haber desempleo alto. Si una persona no puede encontrar trabajo de manera sencilla en el sector informal, puede ser porque este sector no es tan relevante para la economía.
De allí que el espíritu de la reforma es contrario a la intención de mejorar las condiciones laborales de los colombianos. En particular, dificultaría la transición de personas desempleadas o en trabajos informales hacia trabajos formales y más bien podría causar que personas en trabajos formales los perdieran.
Teniendo en cuenta el informe de Perez-Reyna y Rivera (2024), sobre el proyecto de reforma, los investigadores dicen que “estudiamos los efectos esperables de la reforma laboral, en una simulación que es consistente con el hecho de que la formalidad es menos probable para personas con menor dotación de atributos que influyen en su productividad. Esta economía teórica replica los datos del mercado laboral de Colombia previos a la pandemia, mostrando una tasa de desempleo de equilibrio del 9,8% y una tasa de informalidad cercana al 49,5%. Además, refleja la disparidad en los ingresos: el 10% de la población más rica gana 9.930 veces lo que percibe el 10% más pobre.
Poder de negociación
Indican que la reforma laboral propone aumentar el poder de negociación de los trabajadores en el momento de negociar su salario con las empresas del sector formal.
Explican que “a pesar de que el aumento en el poder de negociación de los trabajadores lleva a aumentos en el salario de toda la población que tiene trabajo formal, dicho cambio provoca una disminución del consumo del 0,195% y causa un aumento en la tasa de desempleo de 0,16 puntos porcentuales, concentrado en un aumento en la tasa de desempleo de personas que podrían trabajar en el sector formal de 0,32 puntos porcentuales y un aumento en la tasa de informalidad 0,12 puntos porcentuales”.
Estos efectos en la economía se deben a cambios en la decisión de contratación de las empresas. Al tener menor poder de negociación con los trabajadores, las empresas tienden a priorizar la contratación de los trabajadores más productivos, que les permiten tener mayores ganancias. Esto no solo eleva el umbral de productividad necesario para ingresar al sector formal, sino que también disminuye el umbral a partir del cual las empresas pagan más que el salario mínimo y reduce la cantidad de vacantes disponibles en un 3,79%.