Mercados prevén que economía crecería 3,6% en primer trimestre | El Nuevo Siglo
LA INDUSTRIA colombiana muestra señales de una disminución en su producción ante la debilidad en el crecimiento. /Archivo
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Lunes, 17 de Abril de 2023
Redacción Economía

La actividad productiva del país se habría expandido 3,6% durante el primer trimestre de este año. De acuerdo con un análisis del Bancolombia, en los primeros tres meses de 2023 se evidenció un mejor desempeño relativo en los sectores agropecuario y energía (serv. Públicos). Por el contrario, continua el menor impulso en comercio, construcción e industria, mientras que recreación, comunicaciones y administración pública acentúan su ritmo de desaceleración, al igual que la minería.

Dicho crecimiento del primer trimestre es 1,6% más que lo registrado entre diciembre de 2022 y febrero de este año. Entre tanto, la serie ajustada por efectos estacional evidenció que la economía presentó un retroceso secuencial de 2% en febrero y un avance 0,4% en marzo. Lo anterior, contrastaría con el fuerte incremento observado en el primer mes del año.

En términos interanuales, la variación puntual de marzo fue de 2,6%, 0,7% menos que la estimación del mes previo.

La proyección de crecimiento del PIB para este periodo con base los pronósticos, con una mejora notable frente al registro del reporte anterior, y supera con creces la expectativa promedio de los analistas.

Luego de dos años de una dinámica superlativa, en medio de un ciclo volátil tras el choque de la pandemia, la economía colombiana debería recuperar su estabilidad macro. Donde el crecimiento del PIB de los últimos dos años, por encima de las capacidades potenciales, ahondaron en los desbalances macroeconómicos recientes como las presiones inflacionarias y la ampliación del déficit de cuenta corriente.

Los ajustes

En este contexto, el ajuste de la política económica (monetaria y fiscal) estaría derivando en un periodo de debilidad del crecimiento. De hecho, esta dinámica es parte del camino requerido para retornar al equilibrio y lograr que, eventualmente, la inflación retorne a su objetivo de largo plazo y que el tamaño del desbalance externo se modere, cuando menos, a su promedio histórico.

Así pues, un crecimiento del PIB esperado para 2023 de solo 0,6% y una inflación que inicie su tendencia de convergencia para finalizar el año en 9%, serían dos caras de una misma moneda. Colombia se enfrenta, entonces, al reto de recuperar su estabilidad, pero en medio de un panorama nublado por la incertidumbre.

En lo referente al contexto internacional, las tensiones geopolíticas y las crecientes preocupaciones sobre la resiliencia de los sistemas bancarios de países desarrollados serían la fuente de incertidumbre. Entre tanto, a nivel local, el foco está en la evolución de las múltiples reformas actualmente en curso por el Congreso.



Consumo

Según la investigación de los mercados, las últimas cifras de los indicadores líderes reafirmaron el deterioro de la demanda interna motivada en un consumo privado que profundiza su debilitamiento (más detalles aquí).

“En concreto, se acumuló el segundo trimestre consecutivo de contracción en el consumo de nuestros tarjetahabientes a raíz del deterioro de las condiciones financieras ante la alta inflación, las elevadas tasas de interés y los altos niveles de tasa de cambio”, sostiene el análisis.

Consideran los expertos que “de esta forma, la actividad productiva mantiene su ritmo de crecimiento por encima de las capacidades potenciales, en un escenario donde las perspectivas económicas en el corto y mediano plazo se mantienen desafiantes”.

Entre tanto, el mercado laboral registró una inesperada mejora durante febrero.  Específicamente, la tasa de desempleo nacional cayó hasta 10,3% (ajustado por efecto estacional) en febrero. En general, el desempleo disminuyó como resultado de una sorpresiva menor presión sobre el mercado laboral (participación laboral), mientras que la evolución de la ocupación se mostró resiliente.

En el sector externo, las exportaciones mantuvieron una virtual estabilidad durante febrero. En medio de esto, el petróleo continuó posicionándose como el frente negativo más relevante de los últimos meses, con un nuevo declive anual de 11,4%. Con lo anterior en mente, el déficit comercial se incrementó hasta US$1.479 en enero. Finalmente, la confianza del consumidor se sostuvo durante febrero en niveles considerablemente bajos.

Inflación y tasas de interés

En su segunda reunión de política monetaria, la Junta Directiva del Banco de la República (JDBR) incrementó la tasa de intervención en 25 puntos, tal que alcanzó el 13%. La decisión fue de manera unánime demostrando una alineación saludable entre los codirectores en que el ciclo alcista de la tasa repo estaría pronto a finalizar.

Tal y como lo anticipamos, el avance de la inflación fue la principal razón para que el Emisor realizara un nuevo aumento de la tasa de política. Al respecto, para el equipo técnico es claro en que la evolución reciente de este indicador sugiere que se estaría aproximando a su techo. De hecho, para el Banco, las expectativas de inflación ya incorporan las noticias positivas sobre la evolución reciente de los precios. Además, es importante resaltar la revisión al alza en la proyección del PIB, desde 0,2% a 0,84%, de 2023 por parte del equipo técnico.

Por otro lado, el DANE reportó que el IPC presentó una variación mensual de 1,05% durante marzo. “Este registro superó en 5 puntos nuestra expectativa a raíz de una sorpresa alcista en el componente básico. Tal y como lo anticipó nuestro monitor de precios básicos, la inflación mensual de alimentos fue de 0,91%, tal que la variación anual de este componente alcanzó el 21,8%, un mínimo desde mayo del año pasado. En cuanto a la inflación básica –sin alimentos–, sorprendió al alza a raíz de la mayor persistencia inflacionaria en la categoría de servicios”, sostienen los investigadores.

Indican que “incorporando este resultado, proyectamos que la inflación del consumidor finalizará este año en 9%. A su vez, que el descenso de la inflación iniciaría a partir de este mes”.

Tasa de cambio

De otro lado, el peso colombiano retomó de nuevo a una senda de fortalecimiento, al registrar una apreciación de 4,2% frente al dólar durante marzo. La tendencia se explicó por el incremento del apetito por riesgo en los mercados emergentes y menor percepción de riesgo relativo del país. De hecho, el contexto internacional estuvo caracterizado por cierto optimismo ante un menor estrés financiero y una mejora en las perspectivas de mercado.

A nivel local, la institucionalidad económica y política resaltaron en las discusiones entorno a las reformas que viene impulsando el gobierno. Por lo cual, una mejora en la percepción de riesgo país estaría propiciando un mayor apetito de los inversionistas por activos locales.

“Si bien la cotización del peso colombiano ha recuperado terreno, las condiciones financieras restrictivas limitan la recuperación de nuestra moneda. Prevemos un eventual rebote de la tasa de cambio y esperamos que cierre el año alrededor de la zona de $4.690”, sostienen los analistas.

La coyuntura externa

En el mercado externo, se disiparon parcialmente las preocupaciones de una crisis en el sector bancario, que inicio con la caída del Silicon Valley Bank, ante las medidas de liquidez adoptadas por los gobiernos y las autoridades monetarias.

De esta forma, el mercado empezó a descontar una pausa en los ajustes de tasas por parte de la Reserva Federal, en la medida que las señales de un deterioro de la actividad económica de EE.UU darían un impulsó para consolidar una corrección efectiva de los precios hacia el nivel objetivo.

Respecto a los mercados de Estados Unidos, la tasa interanual siguió bajando en marzo, por noveno mes consecutivo llegando a 0,1% para situarse en 5% anual.

Esta es la caída más fuerte desde que el indicador comenzó a disminuir en julio de 2022 y, según recuerda el organismo, la tasa de inflación del 5% es la más baja desde mayo de 2021.

En términos mensuales, por el contrario, los precios de consumo subieron en marzo una décima (frente a las cuatro décimas que ascendieron en febrero), en un momento en el que la Reserva Federal (Fed) analiza de cerca los efectos de las subidas de tipos en los precios.

Sin duda, el índice de vivienda fue el que más contribuyó al aumento mensual de los precios, con una subida de seis décimas.