Para los expertos, este año ha sido positivo para el sector, pero falta exploración
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Pese al menor precio del petróleo en 2019 (US$65/barril-Brent frente a US$71 en 2018), las ganancias en eficiencia operativa-administrativa de Ecopetrol han hecho rentable la actividad extractiva.
La producción de petróleo se expandió un +3,5% al tercer trimestre de 2019, llegando a 889.000 barriles diarios (bpd) (859.000 un año atrás).
De acuerdo con un informe de la ANIF, los buenos resultados no se han presentado con la exploración de pozos en Colombia, registrándose a octubre de 2019 tan solo 30 pozos explorados (vs. la meta de 65). Lo preocupante es que las reservas se contabilizan en tan solo 6.2 años. Será fundamental avanzar en la exploración offshore y los pilotos de fracking (pendientes de reglamentación), de lo contrario se pondría en riesgo la autosuficiencia energética del país a mediano-largo plazo. Paralelamente, Ecopetrol trabaja ya en potenciar la antigua planta de Reficar para ampliar la capacidad de procesamiento de crudos ligeros extraídos en Estados Unidos por esta técnica. Para 2020, el mercado (incluida ANIF) prevé una estabilización tanto en el precio del petróleo (en el rango US$60US$65/barril-Brent) como en los volúmenes producidos (890kpd). GAS
Reservas
Las reservas de gas han caído hacia los 3.782Gpc en 2018 (vs. los 5.720Gpc del año pico de 2012) por cuenta de la entrada en la fase decreciente de producción de los campos Cusiana y Chuchupa-Ballena, dejándose de exportar gas (principalmente hacia Venezuela). A su vez, se proyecta un crecimiento de la demanda nacional del 1.25% promedio-año para el horizonte 2019-2028 (jalonado por el consumo de gas natural vehicular), con lo cual, de no incorporar reservas próximamente, la autosuficiencia de gas natural en Colombia llegaría hasta 2028. La entrada en funcionamiento de la planta regasificadora en Cartagena (SPEC LNG), aportando el 2% del suministro nacional, ha respaldado la generación eléctrica en la Costa Caribe. Sin embargo, se estará requiriendo de una nueva planta regasificadora en el Pacífico (estimada en unos US$600 millones con su gasoducto) para atender la creciente demanda interna. A este respecto, se estima que el costo de no construirla y requerirla (caso de un evento de estrés climático) podría ascender a los US$388 millones, mientras que construirla y no recurrir a ella solo US$40 millones.
William López, líder Comercial de la Industria de Oil & Gas de Aon, dice que “a pesar de que 2019 ha sido un año de consolidación de eficiencias operativas, ha sorprendido por la baja actividad en exploración colocando a la industria en un cumplimiento de la meta de exploración de nuevos pozos apenas del 46% de lo presupuestado. En materia de seguros para el sector, el año cierra con una tendencia al endurecimiento de primas y condiciones producto de factores como alta siniestralidad en el ámbito internacional, disminución en las alternativas de inversión de aseguradores y reaseguradores, y contracción de la oferta de reaseguro en líneas como Responsabilidad Civil, Property y Wells Control”.
Volatilidad
Por su parte Javier Beltrán, líder Técnico de la Industria de Oil & Gas de Aon, sostiene que “todos estos sucesos que se vienen presentando, han generado que la industria de Oil & Gas haya tenido que enfrentar la volatilidad en los precios como el mayor de sus riesgos, siendo este un factor que dificulta notablemente la realización de presupuestos e interrumpe las nuevas inversiones a falta de estabilidad y garantías. Las compañías del sector deben enfrentar este riesgo a través de inversión enfocada en mejorar sus eficiencias, procurando un margen más amplio de acción entre sus costos operativos y sus ingresos proyectados”.
Sostiene que “ante el riesgo de la volatilidad de los precios y la necesidad de contar con nuevas reservas de petróleo y gas para garantizar la oferta energética necesaria en Colombia a mediano y largo plazo, es vital que se den los correctos incentivos que procuren la promoción de inversiones en exploración, actividad necesaria dada la poca cantidad de reservas actualmente. Otra alternativa de protegerse ante estos cambios, reduciendo el riesgo, son los instrumentos financieros, tales como los derivados, los futuros y contratos de cobertura. Estos mecanismos exigen gran experticia y un buen control interno”.
Señala que “otro de los principales retos a tener en cuenta para esta industria es el asociado a la interrupción del negocio. Técnicas como las inspecciones basadas en riesgo permiten balancear los costos a través del análisis de la probabilidad y consecuencias de una falla, el cumplimiento regulatorio, el ser costo efectivos y la priorización de los recursos de mantenimiento en los puntos de la planta que posean los más altos riesgos”.