Las modificaciones de la regla fiscal que tomó el Gobierno hace poco no incidirán tanto en el concepto de las firmas calificadoras como sí lo hará el recaudo de impuestos.

De acuerdo con un análisis del Bancolombia, “las determinaciones que acaba de tomar el Comité de la regla fiscal no cambian de forma sustancial el panorama de consolidación que deben afrontar las autoridades colombianas. De hecho, frente a la senda de mediano plazo que se fijó el año anterior los cambios adoptados en 2019 son apenas marginales. A esto se agrega que la norma en la historia de la Comisión es la de modificar la senda prevista de déficit. Por lo tanto, consideramos que el hecho de tener para este año una meta diferente a la que se previó en 2018 no es motivo suficiente para revisar el perfil crediticio del país”.

“Creemos que en materia de calificaciones un factor que puede ser mucho más determinante tiene que ver con la debilidad de los ingresos tributarios. Hay que tener en cuenta que en el corto plazo la agencia que está más cerca de decidir sobre Colombia es Moody’s. Su última decisión sobre el país fue en febrero del año anterior, cuando puso la calificación de Baa2 en perspectiva negativa”, se lee en el texto.

Asegura el análisis que “en un informe publicado hace dos meses, esta agencia reiteró que a su juicio uno de los mayores talones de Aquiles de nuestro país es el bajo nivel de ingresos tributarios. A pesar de las frecuentes reformas impositivas que se han aprobado en años recientes, los impuestos recaudados por la DIAN como proporción del PIB se han mantenido cerca de su promedio de los últimos 10 años. Esto contrasta con las dos décadas anteriores, en las que el indicador tuvo una progresión alcista”.

Proyecciones

Asimismo, se puede observar que al incorporar en las proyecciones el efecto esperado de la Ley de Financiamiento, la tendencia a partir de 2020 será a la baja. Esto se explica por el costo de los beneficios aprobados a las personas jurídicas, que incluyen la reducción en la tarifa de renta y la deducción del IVA pagado en la adquisición de bienes de capital.

Sostienen los analistas que “creemos que lo que ocurra con la calificación crediticia del país no dependerá de la senda de déficit que se determine. Al fin y al cabo el Comité ha marcado un rumbo de ajuste gradual que se ha cumplido en los últimos dos años, y que seguirá un ritmo similar en la actual vigencia, con todo y el mayor gasto asociado a la atención de la población venezolana”.

“La decisión de las agencias dependerá de lo que ocurra el próximo año. Para ese momento se requerirá que las autoridades desplieguen acciones que conduzcan a un fortalecimiento de la base de ingresos del Gobierno nacional. Del éxito de estas medidas dependerá que continuemos ostentando un estatus crediticio que le ha traído a Colombia grandes beneficios en la última década”, reza el texto.

En efecto un informe de la Cepal señala que a pesar de los esfuerzos y cambios legislativos en materia tributaria que Colombia ha llevado a cabo en los últimos años, el país todavía se encuentra rezagado en cuanto a lo que aportan los impuestos a su PIB en comparación no solo con los países de la OCDE, sino con Latinoamérica.

El recaudo de impuestos respecto al PIB se encuentra en esta ocasión en el 18,8%, lo que muestra un nivel inferior al que presenta el promedio de la región, el cual es de 22,8% según el reporte del organismo.

Por debajo del dato de Colombia se encontraría México (16,2%), Perú (15,3%) o Panamá (14,7%). El resto de naciones se encontrarían por encima. Y cabe recalcar que este rezago sería incluso más llamativo si la comparación se hace con el promedio de los países de la OCDE, el cual llega a 34,2%, es decir, 15,4% más en recaudo que el país.

“En Colombia tributan los consumidores, los asalariados y unas pocas empresas. La evasión es muy grande y el cumplimiento es caro y engorroso, el trato al contribuyente tiende a ser abusivo y los bienes públicos que se ofrecen no tienen la calidad que se espera”, indica Juan Ricardo Ortega, exdirector de la DIAN.