El desarrollo de la infraestructura en el país, cuyo principal combustible son las inversiones, sigue reflejando un deterioro, como lo refleja el rezago de las obras civiles.
Según un informe de Fedesarrollo, las obras civiles, aunque dinámicas en ciertos segmentos, permanecen rezagadas en su contribución al PIB y frente a otros sectores productivos. El limitado avance de los proyectos de infraestructura 4G y 5G representa un desafío significativo para desbloquear el potencial del sector.
Este rezago no solo afecta el crecimiento económico de corto plazo, sino que limita la generación de empleo y los beneficios sociales asociados a la infraestructura. De no revertirse esta tendencia, Fedesarrollo estima que el crecimiento económico de largo plazo se mantendría entre 2,3% y 2,9%, muy por debajo del promedio histórico de 3,7%.
Indica, que para que Colombia logre volver a registrar tasas de crecimiento del 4%, es esencial implementar una estrategia integral que priorice la inversión en infraestructura como un motor del desarrollo económico. Esto implica alcanzar niveles de inversión cercanos al 25% del PIB, como en 2015, mediante la reducción de la incertidumbre a través del fortalecimiento del marco regulatorio, la estabilidad macroeconómica y la sostenibilidad fiscal.
Barreras
Señala el informe que “es crucial eliminar las barreras que frenan el avance de los proyectos de infraestructura, priorizando la culminación de los proyectos 4G y acelerando los 5G, cuya implementación tiene un impacto multiplicador significativo en la economía. También se deben fortalecer los mecanismos de financiamiento público y privado para garantizar un flujo constante de recursos hacia proyectos estratégicos. Con estas acciones, será posible consolidar una recuperación de la inversión que promueva un mayor crecimiento en los próximos años”.
Considera el centro de pensamiento, que “hasta el tercer trimestre de 2024, la tasa de inversión fue del 16,8% del PIB, un nivel inferior al observado incluso durante la pandemia (18,4% del PIB) y 9,3% menor al de 2019. A pesar de las señales de recuperación en los dos últimos trimestres, con un crecimiento acumulado del 0,5%, la inversión total continúa rezagada respecto a los niveles prepandemia, especialmente en el sector de infraestructura.
Indica que en 2023, la inversión, medida a través de la formación bruta de capital fijo, registró una contracción histórica del 9,5%, solo superada por la caída observada durante la pandemia en 2020. Esta disminución se debió a la contracción en todos los componentes de la inversión, particularmente en maquinaria y equipo, que cayó un 17,6%. Durante el primer trimestre de 2024, esta tendencia negativa continuó con una caída del 4,4%, acumulando cinco trimestres consecutivos de contracción anual.
No obstante, la inversión revirtió la tendencia observada en el último año con crecimientos anuales del 2,3% y 4,1% en el segundo y tercer trimestre, respectivamente. Esto permitió un crecimiento acumulado del 0,5% al cierre del tercer trimestre, reflejando una recuperación moderada. Sin embargo, este repunte se mantuvo por debajo del ritmo de expansión del total de la economía (1,6%), y resultó en una tasa de inversión equivalente al 16,8% del PIB.
Otros niveles
Por lo tanto, esta recuperación ha sido insuficiente para alcanzar los niveles de 2019, manteniéndose un 9,3% por debajo de ese registro y representando la tasa de inversión más baja en dos décadas.
La recuperación de la inversión ha estado liderada por el segmento de otros edificios y estructuras, el cual registró un crecimiento del 8,5% en lo corrido de 2024 hasta el tercer trimestre. No obstante, este segmento aún se encuentra un 32,7% por debajo de los niveles previos a la pandemia.
Adicionalmente, se observó una desaceleración de 16,7 puntos porcentuales en la caí- da del segmento de maquinaria y equipo, que mantuvo una variación anual negativa del -0,9% hasta el tercer trimestre de 2024, en contraste con la contracción del 17,6% registrada en 2023. Por otro lado, el rubro de vivienda continuó mostrando contracciones anuales, ubicándose un 20,9% por debajo de los niveles anteriores a la pandemia.
En comparación con otras economías de la región, Colombia presenta una posición desfavorable. Su tasa de inversión del 16,8% del PIB es una de las más bajas entre las principales economías de LAC, notablemente inferior a la de México (24,3%), Chile (23,2%) y Perú (20,6%), y superando solo a Argentina (15,4%).