Solo aumentando la inversión se podrá recuperar crecimiento de economía | El Nuevo Siglo
EL SECTOR de infraestructura es fundamental para recuperar el crecimiento. / ENS - archivo
Lunes, 14 de Octubre de 2024
Redacción Economía

SI EL país quiere aumentar la demanda y el consumo, deberá incrementar la inversión en sectores fundamentales que son grandes generadores de empleo como la construcción y en las obras de infraestructura.

De acuerdo con un informe de BBVA Research, realizado por un equipo de investigadores económicos, entre ellos Juana Téllez y Mauricio Hernández, y conocido por EL NUEVO SIGLO, la demanda interna y el consumo, que seguirán siendo el motor principal del crecimiento económico en lo que resta de 2024 y durante 2025 y 2026.

Se prevé que la demanda interna crezca un 2,8% en 2024, un 5,5% en 2025 y un 3,8% en 2026. En cuanto al PIB, se estima una expansión del 2,0% en 2024, que se acelerará a un 2,8% en 2025 y alcanzará el 3,5% en 2026. Estas proyecciones confirman la recuperación de la actividad, apoyada tanto por el consumo como por la inversión.

La economía colombiana ha comenzado a mostrar señales claras de recuperación a lo largo de 2024, tras un periodo prolongado de desaceleración. En el segundo trimestre, el PIB registró un crecimiento positivo, superior al del comienzo del año, impulsado por un mejor comportamiento en todos los componentes de la demanda interna, lo que revirtió cuatro trimestres consecutivos de contracción.

Retos estructurales

Indica el análisis, que el país enfrenta una serie de retos estructurales que limitan su capacidad de crecimiento a largo plazo, afectando el llamado crecimiento potencial de la economía. Uno de los problemas más persistentes es la baja tasa de inversión, que se ha estabilizado en torno al 18% del PIB, una cifra insuficiente para sostener un crecimiento económico robusto.

Comparada con los niveles históricos, es evidente que el país ha caído por debajo de los picos alcanzados en momentos de mayor dinamismo económico. Por ejemplo, durante la bonanza de materias primas entre 2004 y 2014, acompañada por la aceleración en la construcción de infraestructura y vivienda, la inversión alcanzó un máximo del 23,4% del PIB en 2014. Sin embargo, hoy en día no existe un catalizador claro que reactive la inversión con la misma intensidad de esos años de auge.

Por otra parte, advierte el análisis, que “la disminución de la natalidad, que ya no puede revertirse con políticas económicas actuales, ha puesto fin al auge demográfico que en el pasado impulsaba el crecimiento del producto potencial. Este factor, sumado a la alta informalidad laboral y la baja productividad en sectores estratégicos, continúa limitando las posibilidades de que Colombia logre tasas de crecimiento más elevadas”.

Catalizador

A diferencia de la dinámica demográfica, la inversión sí puede incentivarse, y desempeña un papel central en el crecimiento económico. Para revertir su tendencia, es fundamental que Colombia encuentre un nuevo catalizador de inversión. Sectores emergentes como la tecnología, la manufactura avanzada y la economía verde tienen el potencial de jugar un rol crucial en la transformación económica del país. No obstante, estos sectores necesitarán políticas públicas firmes que promuevan la modernización industrial y la adopción de nuevas tecnologías. Además, el desarrollo de infraestructura, especialmente en áreas clave como el transporte y la energía, será esencial para mejorar la competitividad de Colombia y facilitar su integración en las cadenas globales de valor.

Por otro lado, el consumo privado ha sido uno de los motores más importantes de esta fase de recuperación, con un notable aumento en el gasto en bienes durables, como automóviles y electrodomésticos, y semi-durables, como pequeños electrodomésticos. Este comportamiento refleja las mejores condiciones financieras de los hogares.

Se espera que el gasto en bienes siga acelerándose durante 2025, para luego estabilizarse en niveles más sostenibles en 2026. Mientras tanto, el consumo de servicios, aunque resiliente, ha comenzado a moderarse tras un ciclo expansivo significativo. Se proyecta que esta moderación continúe en 2025, con una recuperación más robusta prevista para 2026, impulsada por una mejora en las condiciones del mercado laboral y el inicio de un nuevo ciclo expansivo.